Como nunca el agua entró más de un metro y medio en nuestras casas, destruyéndonos todo lo poco que teníamos, comprado con tanto sacrificio. Pero el castigo del agua y la actitud vergonzosa de los responsables políticos, no lograron romper nuestra fortaleza y dignidad. Supimos convertir nuestro dolor en bronca, y salimos a cortar la ruta más de una vez. No teníamos nada para perder; y sí ahora tenemos todo para ganar, porque en la desgracia los pobres nos supimos unir en el barrio.
Debemos exigir soluciones urgentes para que nunca más nos inundemos, esa batalla la debemos dar y ganar, por eso es necesario seguir unidos para esta lucha. Es el Estado nacional, provincial y municipal, junto a la empresa constructora de la autopista, los que deben darnos esa solución. También son ellos quienes deben hacerse cargo de reintegrarnos todo lo dañado o perdido, viviendas, muebles, artefactos eléctricos, electrónicos, etc.
No fue negligencia, como se dice, solamente; aquí también se expresan las políticas de coimas para licitar grandes obras que después no se controlan. Ya es común escuchar que el porcentaje para coimas es el 20% del total de la obra, y que va a parar a las distintas cajas de los gobernantes para profundizar la corrupción y no para atender nuestras urgencias. Solamente cortando rutas logramos que nos escuchen y les arrancamos algo, que es insuficiente.
Tanto aquí, como en la autopista que une La Plata, donde también se inundó Villa Elisa, City Bell, Gorina, Melchor Romero, Abasto, El Peligro, y vecinos de El Pato por ruta 2, donde las empresas para abaratar costos, pijotearon de hacer las alcantarillas, puentes y las canalizaciones necesarias en los cruces con arroyos para que el agua siga su curso y no se formen diques, como finalmente ocurrió. ¿Nos querrán sacar del barrio inundándonos, como se sacan las vizcachas?
Lo que venimos haciendo entre todos es el camino para obtener logros. En nuestro barrio “El Caracolito”, aún tenemos pendiente la exigencia de red de agua potable, cloacas, título de propiedad de nuestras tierras, luminarias, calles mejoradas o asfaltadas, etc., para tener mejor calidad de vida.
Pero nuestra lucha principal pasa hoy por exigir que nunca más nos inundemos. Que se destinen fondos para resolver nuestras urgencias ahora y para las obras necesarias ya. Dinero sobra, hay 50 mil millones de dólares ahorrados en el Banco Central. Los gobiernos provincial y municipal deben exigir parte de esos fondos para resolver algunas de nuestras urgentes necesidades como inundados.
02 de October de 2010