Crecen en Brasil las luchas contra las reformas reaccionarias del gobierno de Temer. El 15 de marzo se realizó un paro nacional con movilizaciones contra la reforma del sistema de jubilaciones y pensiones. Ese mismo día arrancó una huelga de los trabajadores de la educación pública, que paralizó las clases en muchos lugares del país.
Crecen en Brasil las luchas contra las reformas reaccionarias del gobierno de Temer. El 15 de marzo se realizó un paro nacional con movilizaciones contra la reforma del sistema de jubilaciones y pensiones. Ese mismo día arrancó una huelga de los trabajadores de la educación pública, que paralizó las clases en muchos lugares del país.
La reforma jubilatoria propuesta por Temer aumenta a 65 años el mínimo de la edad jubilatoria tanto para hombres como para mujeres, así como la exigencia de un mínimo de 25 años de aportes. Además, plantea la eliminación de los regímenes especiales como el de docentes y trabajadores rurales, y un tremendo ajuste en los ingresos al desvincular la jubilación mínima del salario mínimo.
Las luchas obreras y de otros sectores se dan en la difícil situación que atraviesan las masas, con medidas gubernamentales como el congelamiento por 20 años de los gastos del Estado, incluso en el área social. Han estado en lucha en este mes, además de los trabajadores de la educación, los bancarios, metalúrgicos y químicos.
Durante la jornada de paro del 15 de marzo se llevaron a cabo multitudinarias protestas en más de 150 ciudades de 26 estados. 250 mil en las calles de San Pablo, más de 100 mil en Río de Janeiro, 150 mil en Minas Gerais, son los exponentes más altos de la oposición a las reformas de Temer.
Este gobierno corrupto, del que todos los días se conocen nuevos escándalos con funcionarios implicados en coimas y negociados, quiere hacer retroceder décadas las conquistas laborales del conjunto de los trabajadores.
Parte de esta ofensiva ha sido la reciente aprobación, la semana pasada de una ley en la Cámara de Diputados que permite la subcontratación de trabajadores en cualquier rama de la actividad privada y en muchas de las públicas. Como han denunciado varios sectores gremiales y políticos, esta ley, aprobada por 231 votos a favor, 188 en contra y ocho abstenciones, permitirá aumentar la precarización laboral y un gigantesco beneficio para los empresarios.
La oleada de lucha no decae, pese a la ofensiva patronal, como se vio en la reciente huelga de docentes, que duró 10 días e implicó a más de 1 millón de maestros de todo el país. Para esta semana estaban previstas nuevas huelgas de los trabajadores de la educación.