El 15 de mayo se movilizaron organizaciones sociales, sin techo, juveniles y sindicatos, con los “Comités Populares de damnificados por la Copa del Mundo”. Salieron a las calles, a menos de un mes del comienzo del Mundial, para denunciar los negociados realizados entre la FIFA, el gobierno brasilero y grandes monopolios. Se reclamó por más presupuesto para salud y educación pública, mejores servicios, una política de viviendas populares, cese a la represión, rebajas en los transportes públicos, etc, informa A Verdade, semanario del PCR do Brasil.
Estas manifestaciones se dan en medio de distintas huelgas –en muchos casos por encima de dirigentes sindicales traidores o conciliadores. Así estuvieron en huelga los “rodoviarios” (choferes de micros) de Río de Janeiro, Campinas, Belém y Florianópolis. En Río también pararon los profesores y los vigilantes bancarios. También hubo conflictos de técnicos de universidades, los docentes de Río, San Pablo y Minas Gerais, además de los barrenderos, los trabajadores de la cultura y de la salud.
Las manifestaciones en San Pablo, Río de Janeiro, Brasilia, Porto Alegre, Recife, Belho Horizonte y Manaos, estuvieron protagonizadas principalmente por jóvenes de distintos sectores, que se mantienen organizados luego de la gran rebelión de junio del año pasado, en la que miles salieron a luchar por rebajas en el transporte público, entre otros reclamos. En San Pablo, donde miles de integrantes del Movimiento de los Trabajadores sin Techo (MTST) reclamaron viviendas dignas , hubo enfrentamientos con la policía, que reprimió con balas de goma, causando heridos y detenidos.
“¡Dilma, escucha, en la Copa tendrás lucha!”
La militarización de los lugares donde se jugará la Copa del Mundo es hasta ahora la repuesta del gobierno de Dilma Rousseff, que va por la reelección en los comicios de octubre de este año. “No tiene por qué haber ningún tipo de pánico para la recepción de tres millones de turistas brasileños y 600.000 turistas extranjeros” al Mundial, dijo el ministro de Deportes, Aldo Rebelo, en el Congreso.
“¡Dilma, escucha, en la Copa tendrás lucha!”, se cantaba en las manifestaciones, en las que los organizadores del 15M denunciaron que “el campeón de este mundial son las grandes corporaciones de ricos y poderosos encargados de todo el desarrollo de la infraestructura. Mientras tanto la mayoría de la población sufre el alza de alquileres, desalojos de sus viviendas en “zonas de interés”, y desmejoramiento en las condiciones de vida debido a la desviación de recursos a los fines del mundial”. Las denuncias se centraron en las empresas a cargo de la construcción de los estadios, como OAS, la Odebrecht y la Andrade Gutiérrez, y los monopolios beneficiados por los contratos de la FIFA. En las marchas se denunció también la creciente política represiva del gobierno, exigiendo el fin del procesamiento de varios activistas en distintas ciudades. Algunos manifestantes cargaron cruces con los nombres de los ocho trabajadores que murieron durante las obras de los estadios. A cada grito de nombre, los manifestantes gritanban: “¡Presente!”. En Sao Paulo, los manifestantes bautizaron al torneo como “Copa das mortes”.
Los organizadores del 15M ya están preparando nuevas movilizaciones para el día del partido inaugural de la Copa del Mundo, “cuando los ojos del mundo estén en Brasil”, dicen.