Ahora estamos con un dólar estable, inclusive a la baja. Entonces, cómo se produjo esto, qué parte tuvo de buena trayectoria, de mala y qué perspectivas.
Una primera foto de estos días y estas semanas es que el dólar si tuvo una breve baja tuvo que ver con que el impuesto a las grandes fortunas obligó a una parte de los fugadores que tienen los dólares metidos en algún colchoncito a salir a venderlos para pagar este impuesto. Esto es coyuntural. Pero muestra un tema de cuál es el rumbo de salida. Porque acá, como lo decía un oyente en el programa, se habla siempre de la falta de dólares, pero el primer tema es cómo se manejan los pesos. Entonces, si se le saca el peso a los especuladores y ellos están arriba en un grupo muy reducido, inevitablemente, se mejoran las condiciones de nuestra moneda y del trabajo con el dólar.
El otro tema es ¿qué va a pasar con esos pesos que se recaudan y a dónde van? Si van a ir a un plan de inversión productiva por parte del Estado o van a seguir pagando subsidios y deuda externa.
Otra cuestión para mostrar el conjunto de la realidad de cómo se llegó a este dólar estable. Recordemos que entre octubre y diciembre hubo una embestida fuerte para la devaluación. Tenía dos factores, uno los terratenientes y los exportadores que buscaban mejorar el precio para aumentar su ganancia y otra los grupos inversores, los grupos de tenedores de bonos que habían quedado aprisionados desde la época de Macri, sobre todo Pimco y Templeton que tratando de ayudarlo a Macri compraron una cantidad de bonos, los BoPoMo, que pagaban el mismo interés que el Banco Central, el mismo interés que pagaba las Lelics pero en un bono entregado por el Tesoro. Ese bono venció recién en junio del 2020, y como se estaba en la negociación de todo el paquete externo se prorrogó. Esta gente quedó, por lo tanto, con bonos en el mercado interno, en legislación argentina. Ellos presionaron fuerte para la devaluación en esa corrida que hubo entre octubre y diciembre. El gobierno y el Ministro para frenar esta situación concedió fuertemente agrandando nuestra deuda pública porque se le dieron bonos de salida, con lo cual aumentamos en otros 4 mil millones de dólares aproximadamente la deuda pública. Eso los calmó y tiene que ver con esta calma relativa. Ese factor es de mucho peso que va a volver a operar según cómo siga la negociación con el FMI.
Entonces, hubo factores por los cuales se llegó a este veranito del dólar. Uno de una perspectiva mala, como es haberle cedido a los bonistas, y otra que tiene que ver con que el impuesto a las grandes fortunas genera un alivio relativo.
Hay otros factores que están en juego que es la suba del precio de la soja en un mundo que ya varias veces lo señalamos: esta pandemia va a cambiar el tablero mundial. Hay una perspectiva que la Argentina podría usar muy a su favor que es, por ejemplo, que los alimentos van a subir de precio más con la inyección de dólares que está haciendo Estados Unidos. Ahora, este aumento de precios, ese ingreso mayor de dólares que va a tener el comercio exterior ¿a dónde va a ir? Por ahora, los dólares que el Banco Central está pudiendo comprar, fue en febrero y va a ir en marzo a pagar intereses al FMI. Porque mientras siga en curso la negociación se pagan los intereses de aquel préstamo que tomó Macri. No es que el FMI negocia y no se paga, mientras se negocia se paga. Estas dos alternativas que aparecen en el gobierno donde una sería, sigamos negociando y no cerremos el acuerdo hasta diciembre, que aparecería más dura y como exigiendo mejores condiciones en la negociación, se la hace pagando. Si la Argentina tiene que pagar todos sus compromisos con el FMI este año son 4.000 millones de dólares. Esto es: los intereses más un vencimiento en septiembre de 1.800 millones de dólares y otro a fin del año de 2.000 millones de dólares. Más lo que habría que pagar en abril al Club de París. O sea, esa vía de no cerrar el acuerdo, pero mantener la negociación, se va a chupar todos los dólares que obtengamos por el comercio exterior. La otra vía, que es la que empuja el Ministro, es llegar a un acuerdo que postergaría el problema aumentando la deuda al próximo gobierno o a una gestión futura, y un ajuste en el presente.
Ninguna de las dos es salida seria, hay que decidirse a decir que esas deudas son ilegales, como hasta el propio FMI insinúa reconocerlo. Y no pagar, por lo menos mientras se negocia no pagar. Si tomamos medidas de este tipo como sería frenar la salida de dólares por una deuda ilegítima y el manejo interno de una reforma impositiva que logre redistribuir la plata interna y mandarla al consumo, por un lado, como se hizo con el impuesto a las ganancias, y a la inversión por parte del Estado, la Argentina puede tener una salida rápida.
De Renzis: Si el FMI está revisando el préstamo político al gobierno de Macri, no sería menester una gran movilización popular para pedirle al gobierno que lo menos que tiene que hacer es decir “señores, como fue un préstamo político para ganar una elección o se lo cobran a los que lo pidieron, o caso contrario la Argentina no va a pagar los intereses”. El FMI no tiene por qué cobrar intereses en un préstamo, el más grande de su historia, que se sabe y lo están investigando que fue hecho para ganar una elección por decisión del Presidente norteamericano de entonces.
Arnoldo Gómez: Sí, además el tema de fondo para cualquier negociación es partir de suspender los pagos.
De Renzis: No tendría que ser un tema de la política, de las organizaciones sociales, en las calles, más allá de la pandemia para decir “señores, esta investigación que está haciendo el Fondo la queremos acompañar, pero no se le puede cobrar intereses a un país cuando fue un préstamo hecho a un gobierno, no a un país”.
Arnoldo Gómez: Por supuesto, no solo que tendría que estar para avanzar en esa dirección, porque en la medida en que uno está quieto la que avanza es la derecha.