Como antes los obreros de las automotrices extranjeras, los camioneros no quieren pagar los costos de una crisis que no provocaron.
El puerto chino de Shanghai es el de mayor movimiento de contenedores del mundo. En 2010 movilizó más de 29 millones de unidades y 650 millones de toneladas.
Como antes los obreros de las automotrices extranjeras, los camioneros no quieren pagar los costos de una crisis que no provocaron.
El puerto chino de Shanghai es el de mayor movimiento de contenedores del mundo. En 2010 movilizó más de 29 millones de unidades y 650 millones de toneladas.
El miércoles 20 de abril una huelga de camioneros en el principal distrito portuario paralizó parcialmente las exportaciones —en gran parte de textiles y maquinarias—, mostrando la indignación de ese sector popular por el aumento de los precios en general y del combustible en particular.
La inflación tuvo un pico del 5,4 por ciento en marzo, pero los precios de los alimentos subieron un 12%. El gobierno chino ha venido tomando algunas medidas de emergencia (como controles de precios y leves aumentos de las tasas de interés para encarecer el crédito), desvelado por la posibilidad de que la carestía provoque el estallido protestas como las que estremecen al mundo árabe. Todavía están frescas en China las huellas de las huelgas de mayo pasado en automotrices extranjeras como Toyota y Honda, que desnudaron las condiciones de explotación de 150 millones de trabajadores migrantes de China y dificultaron los planes de la gran burguesía china, que ofrece la región como una base manufacturera de bajo costo para los monopolios imperialistas chinos y extranjeros. Sin embargo, otros sectores monopolistas chinos quieren mantener bajas las tasas para mantener los “estímulos” que permitieron hasta ahora que Chia zafara de la crisis mundial en curso.
La policía detuvo a dos choferes y a algunos periodistas extranjeros. La burguesía monopolista china sueña en convertir a Shanghai en un centro financiero mundial capaz de competir con Hong Kong y Londres.
Unos 600 camioneros se juntaron frente a las oficinas de una empresa de logística en un cruce de rutas cerca del puerto de Baoshan, una de las terminales de la ciudad. Algunos apedrearon a los camiones que no se habían unido al paro.
Los huelguistas, muchos de ellos contratistas independientes, ya eran unos 2.000 cuando se enfrentaron el jueves con la policía, exigiendo al gobierno que detenga la inflación y las altas tarifas que cobran las empresas de logística.
Algunos analistas señalaron que, teniendo en cuenta el alza de los costos del combustible, la huelga camionera podría empujar a la lucha a otros trabajadores del transporte. En toda China hace tiempo que vienen produciéndose paros de conductores de taxis.
Los trabajadores chinos tienen pocos medios para luchar por mejores salarios o en defensa de sus condiciones laborales. En China están absolutamente prohibidos los sindicatos independientes: sólo se permiten los de la Federación China de Sindicatos, una organización propatronal subordinada al Partido “Comunista”.