Tenemos la fuerza y la voluntad para construir una Patria Nueva, libre y soberana. El trabajo de cada día en la ciudad y el campo, en la educación, la salud, la ciencia, la tecnología, el arte, el deporte. La diversidad que nos enriquece como Nación: los originarios, los descendientes de inmigrantes y los migrantes de las naciones vecinas. La hermandad de historia que nos une a los pueblos y naciones latinoamericanas.
Tenemos la fuerza y la voluntad para construir una Patria Nueva, libre y soberana. El trabajo de cada día en la ciudad y el campo, en la educación, la salud, la ciencia, la tecnología, el arte, el deporte. La diversidad que nos enriquece como Nación: los originarios, los descendientes de inmigrantes y los migrantes de las naciones vecinas. La hermandad de historia que nos une a los pueblos y naciones latinoamericanas.
Es el mandato que nos dejaron, con su ejemplo y enseñanzas, los patriotas de la Revolución de Mayo de 1810, el Congreso de Tucumán de 1816 y la Guerra Emancipadora. Es el mandato de los que se insurreccionaron contra el régimen oligárquico, del Grito de Alcorta, de la rebeldía popular del 17 de Octubre de 1945, del Cordobazo y las puebladas de 1969 y del 19 y 20 de diciembre de 2001. Es el mandato de la resistencia antidictatorial y de nuestros 30.000 detenidos-desaparecidos. Es el reclamo de nuestros veteranos de Malvinas. Es el legado del Che. Todos ellos nos trazaron un camino.
El pueblo argentino nunca fue manso. Usó sus herramientas, la huelga, el paro nacional y las calles, incluso bajo la dictadura genocida. No será el coro gorila del gobierno y los multimedios del sistema lo que va a frenar la voluntad, la firmeza y el coraje popular. En un mes de marzo histórico millones nos hemos volcado masivamente a las calles, y no las vamos a abandonar. Millones hemos castigado al gobierno en un contundente paro nacional, y vamos a seguir con un plan de lucha que le tuerza el brazo al ajuste, la entrega y la represión del gobierno.
No podemos resignarnos a que más de la mitad de las familias argentinas sufran hambre, desocupación, no tengan acceso al agua, la electricidad, la vivienda, la educación, la salud y demás condiciones de la pobreza. Que los mayores cobren jubilaciones y pensiones de indigencia. Que las mujeres estén sometidas a la desigualdad y la violencia. Que la juventud no tenga futuro. Que los campesinos y sus hijos sean expulsados año a año de sus tierras. Que siga el genocidio silencioso contra los originarios, despojados de sus tierras y sus territorios. Que la industria y el comercio nacionales sean manejados por un puñado de monopolios y oligarcas asociados o sucursales del capital extranjero. Que el territorio sea crecientemente ocupado por el narcotráfico, la trata y el delito organizado, con la complicidad de funcionarios corruptos.
No podemos resignarnos a que Macri sea el brazo ejecutor de ese país que no nos merecemos. Que nos prometan “pobreza cero con trabajo de calidad” y sometan a la miseria y la desocupación a millones. Que nos mientan que la salvación de la patria va a venir de “una lluvia de dólares”, mientras cierran fábricas y comercios y los usureros de afuera y sus socios de adentro se llenan los bolsillos.
Los Macri y su equipo de poderosos empresarios y oligarcas latifundistas son los que se enriquecen con la miseria del pueblo y el sometimiento de la Nación.
Hay una herencia recibida del gobierno anterior, y los anteriores, de pobreza, desindustrialización, concentración y entrega de la tierra y los recursos naturales, corrupción y mafias. Pero esa herencia no es un argumento válido frente a las políticas que aplica el gobierno que profundizan esos mismos males, agravando los sufrimientos del pueblo y el hundimiento a la Nación.
Trabajadores ocupados, desocupados y jubilados, productores del campo, originarios, mujeres, jóvenes, profesionales, científicos, artistas, PyMES de la industria y el comercio y demás sectores populares, se fueron rebelando a medida que el gobierno intentó avanzar con sus políticas. Muchas de esas luchas forzaron al gobierno a abrir la mano. Mostraron un camino para unir todos los afluentes populares en una gran lucha nacional, para pararle la mano al ajuste y la entrega que agobian a nuestro pueblo y nos hunden en el atraso. El pueblo lucha y discute en todas partes.
Este Congreso Nacional del PTP convoca a todas las fuerzas populares, patrióticas, democráticas y progresistas a construir un gran frente, que en las próximas elecciones pueda pararle la mano a la política macrista.
Un frente que supere la polaridad construida entre el ajuste de Macri y la vuelta atrás al gobierno kirchnerista. Capaz de unir: a los que pensamos distinto, a los que pertenecemos a distintos partidos o no tenemos ninguno, a los que mueven distintas injusticias o todas ellas. Pero en el que todos tengamos la voluntad de construir los cimientos de la Patria Nueva.
Una herramienta que exprese el protagonismo popular y la vocación nacional, que actúe antes, durante y después de las elecciones, para conquistar la Patria Nueva, basada en la democracia grande del pueblo.
Partido del Trabajo y del Pueblo
