1 – La trampa
En Tierra del Fuego se marcha a elecciones polarizadas entre Cóccaro, el “candidato K”, y Garramuño, del MPF, que ya fue a negociar con Kirchner por las dudas. Todo, en medio del “destape” de la corrupción.
En la Capital Federal, los dos candidatos del sistema, Macri y Filmus, se visten de “corderos” y se sacan los trapos sucios revelando sus pasados oscuros. Pero el centro de la campaña está en otra cosa.
Dijo Macri: “yo solo le pido que vaya y vote”. Dijeron Filmus y Heller: “Quién vota en blanco, se abstiene o impugna vota por Macri”. Como se ve, los dos coinciden en atacar el voto en blanco, nulo o no votar, que los sorprendió por su fuerza en la primera vuelta y amenaza con deslegitimar al que gane.
El macrismo ha usado el viejo y podrido discurso de las promesas electorales para encubrir que encarna en cuerpo y alma al sistema. Para tratar de hacer “creíble” su encubrimiento, Macri se escondió atrás de su compañera de fórmula. Quedó a un empujón de entrar.
La convocatoria que hace el gobierno de “votar para derrotar a la derecha” es puro chantaje electoralista. Lo único que le interesa a Kirchner en esta segunda vuelta, es forzar el voto de sectores del centroizquierda para mejorar su porcentaje y reducir el desgaste de su derrota con vistas a las elecciones de octubre.
Las historias negras de Filmus y Heller
En plena década menemista, Filmus fue designado director Nacional de Educación de la Capital Federal, por un acuerdo entre el ultracorrupto intendente Grosso y el principal autor intelectual de los indultos menemistas a los genocidas del proceso: Miguel Angel Toma. Grosso lo ascendió luego a subsecretario de Educación.
Filmus hizo carrera en el menemismo, ascendió a asesor de la ministra de Educación Susana Decibe, siendo uno de los autores de la Ley Federal de Educación que destruyó la escuela pública. Siguió trepando, fue asesor del jefe de Gabinete menemista Jorge Rodríguez. Trepó más: por acuerdo con el menemismo asumió la presidencia de Flacso, instituto desde el que defendió a fondo esa ley de educación reaccionaria. Después pasó al gobierno de Ruckauf en la provincia de Buenos Aires, integrando el Ministerio de Educación.
¿Y Heller? Como cabeza del poderoso Banco Credicoop, hizo muchísimos negocios con la dictadura (los memoriosos recuerdan que altos ejecutivos del Banco “se codeaban” en Mar del Plata con jerarcas de la dictadura).
Heller, durante el “Proceso” integró la Comisión Directiva de Boca que presidía Alegre, el constructor de las famosas autopistas del brigadier Cacciatore, entonces intendente de la Capital Federal: un negociado de 1.239 millones de dólares que fue denunciado por Alejandro Olmos y el fiscal Ricardo Molinas.
Heller fue el gran propagandista del “corralito”, con el que De la Rúa, Cavallo y los usureros estafaron a cientos de miles de ahorristas y engordaron sus bancos empujando el país a la más brutal crisis económica que se recuerde.
¿Cuál es la diferencia entre Macri, Filmus y Heller? Ninguna. Los tres son funcionales al sistema.
Hace mucho que gobiernan
Los que hoy se disputan Tierra del Fuego han gobernado y gobiernan la isla, la provincia más joven y con grandes recursos. Se llenaron los bolsillos y no fueron capaces de resolver las cuestiones más elementales para el pueblo.
En la Capital Federal hace 8 años que gobierna el llamado “progresismo”, desde Ibarra hasta Telerman. En esos 8 años dispusieron de una “caja” de miles de millones de dólares. ¿Qué hicieron?
En la Capital Federal aumentó la pobreza, crecieron las villas y los chicos de la calle, la educación y la salud públicas están en crisis. El “paco” y otras drogas controlan barrios enteros. Se cerraron fábricas y talleres a montones. Y del otro lado del mostrador siguieron los grandes negociados inmobiliarios, creciendo las zonas de lujo como Puerto Madero. En resumen: más de lo mismo que hizo el menemismo.
¿Y en lo democrático? Aprobaron un Código de Convivencia reaccionario hasta los tuétanos, y hay procesados de la movilización popular en su contra. Ibarra reprimió brutalmente luchas populares como las de la vivienda. La marca a fuego de Cromañón, esa gigantesca masacre, desnudó ese falso progresismo sediento de coimas a costa de la vida de la juventud. Es el mismo falso “progresismo” con el que Kirchner, a pedido del genocida yanqui Bush, empuja una “ley antiterrorista” (ya aprobada por el “Senado K”), por la que cualquier luchador popular va a ir preso acusado de “terrorista”.
No hay duda de que los candidatos K, Cóccaro, Filmus, Heller e Ibarra, integran la lacra política y económica del sistema. Encarnan lo mismo que Macri y Garramuño: grupos de poder del bloque dominante. Contra todos ellos el pueblo gritó, en un histórico diciembre: ¡Que se vayan todos!
El gran desgaste de K
Al kirchnerismo se le han encendido varias luces rojas en sus tableros económico y político, a los que creía que podía manejar, como a los aviones con piloto automático.
En lo económico, se le desbocó la inflación, y no puede “ponerla en caja” sin un gran costo político. El invento de un “IndeK” se le volvió al gobierno un pelotazo en contra: nadie le cree. Los técnicos del Indec hacen otro índice: entre enero y abril, frente a la “carestía K” del 2,9%, los técnicos publican la del 6,6%.
Brotó la crisis energética. El invierno ha pasado a ser un fantasma que lo persigue a K. Con alma de usurero, pijoteó en la reparación y construcción de usinas. Y fiel privatizador de YPF, mantuvo la fracasada política menemista: los monopolios exportan el gasoil que falta en el campo, el transporte y las usinas; no invierten en exploración ni explotación, y el resultado es que falta gas y se lo importa caro, y no se sabe a qué futuro no tan lejano, también habrá que importar petróleo.
En lo político, brotan las demandas insatisfechas de la enorme deuda interna: salarios, jubilaciones, desocupación, tierra, salud, educación, cultura, vivienda, etc.
Los diputados y senadores se aumentaron los sueldos, ahora cobrarán $ 14.500; y no son capaces de aprobar por ley un aumento a los planes de desocupados congelados a $ 150: ¡qué miserables! La lucha salarial de los trabajadores ocupados, y el plan de lucha de los desocupados y los mayores, junto a los pobres del campo y la rebeldía estudiantil que avanzan en su confluencia, van mostrando a la verdadera oposición al kirchnerismo.
Por otra parte, la multiplicación de las luchas obreras, campesinas, estudiantiles y populares, la inflación y la crisis energética, y su derrota en las elecciones de Misiones, han mostrado al bloque dominante que Kirchner ya no es “el gran bombero” del incendio del 2001. Por arriba se agudizan las disputas entre fracciones de poder. Hay sectores que lo desafían, incluso en el terreno electoral, en el que Kirchner se creía invencible. Con notable caradurez, Lavagna (candidato presidencial de Techint) pidió a “los grupos de poder” que “elijan a uno” de los varios candidatos rivales de K, López Murphy propuso un pacto de “no agresión”, y Michetti (la compañera de fórmula de Macri) dice que le gustaría que hubiera “diálogo” entre ellos.
2 – Castigue con la lucha y con el voto
Sigue la oleada de luchas salariales: Terrabusi, telefónicos, transportistas, estatales, docentes universitarios, entre otros.
El gobierno debió dar marcha atrás con un congreso de originarios K: el tema de la tierra (que tan mal lo pone a K) brota en muchas regiones. Los yerbateros de misiones volvieron consus tractores a Posadas. Originarios y productores de las economías regionales preparan su marcha federal a la Plaza de Mayo. Los universitarios siguen en las calles por presupuesto y democratización, y los docentes por salarios; mientras el corte del gas ha motorizado cortes de calles y marchas de más de 100 colegios.
Siguen los cortes de Entre Ríos y las marchas de otros movimientos ambientalistas. Sigue en las calles la lucha por la aparición con vida de López, por justicia en Cromañón, y contra la “ley antiterrorista”, un engendro represivo fascista. La crisis energética ha potenciado la lucha por la reestatización de esos recursos, frente al fraude de una falsa “nacionalización” a manos de socios y testaferros de Kirchner. El gobierno debió retroceder ante el fracaso total de su política de defensa; pero, alma de usurero al fin, sólo accedió a pagar una parte de la deuda a los veteranos de Malvinas y sólo a los soldados.
El gran desafío
El deterioro de Kirchner es grande, y crece.
Kirchner empujó a Filmus a la segunda vuelta. En los días siguientes salió con los tapones de punta a jugar contra Macri. Pero ante el resultado de las encuestas (que le estarían dando al candidato oficial una derrota por un 25% o 30%), dicen que Kirchner “tomaría distancia” para presentar el resultado como un problema “local”.
La trampa electoral del 17 de junio en Tierra del Fuego y del 24 de junio en la Capital Federal está armada, y no se rompe votando a alguno de los candidatos del sistema. Todo lo contrario. Con el verso de las promesas mentirosas o del “mal menor” se pierde el voto.
Lo único que rompe la trampa electoral, es un castigo masivo con el voto bronca que demuestre el repudio de las grandes masas populares fueguinas y porteñas. Que muestre el avance de la unidad de las fuerzas obreras y populares, patrióticas y democráticas que están en la lucha. Que revele que los gobiernos que surjan son expresión de minorías. Que les quite legitimidad, que los desgaste, creando las condiciones para que la lucha popular los derrote como derrotó a Ibarra en Capital y a Sancho en Santa Cruz.
Ese es el gran desafío.