La semana que pasó los estudiantes chilenos volvieron a ganar las calles en reclamo de una educación pública, gratuita y de calidad. Además de multitudinarias manifestaciones en Santiago, Valparaíso y otras ciudades, en donde los secundarios y universitarios confluyeron con sectores de trabajadores, estuvieron tomados cerca de 30 colegios de enseñanza media.
La semana que pasó los estudiantes chilenos volvieron a ganar las calles en reclamo de una educación pública, gratuita y de calidad. Además de multitudinarias manifestaciones en Santiago, Valparaíso y otras ciudades, en donde los secundarios y universitarios confluyeron con sectores de trabajadores, estuvieron tomados cerca de 30 colegios de enseñanza media.
En Santiago se calcula en más de 100 mil los manifestantes que repudiaron la política educativa del gobierno de Piñera el 26/6. En distintos tramos hubo enfrentamientos con los carabineros, y decenas de detenidos. A la marcha adhirieron la Central Unica de Trabajadores, la mayor organización sindical del país, los mineros contratistas y el gremio de los portuarios, entre otros, los que manifestaron su apoyo con asambleas y retrasos. La policía desalojó violentamente 20 escuelas que fueron ocupadas por los estudiantes, con el argumento que se necesitaban los edificios para las primarias que se realizarían el domingo 30. Los secundarios centran sus reclamos contra la municipalización de la enseñanza, que ha generado que haya escuelas “ricas” y pobres, de acuerdo a los ingresos de cada municipio, abriendo además las escuelas a las “donaciones” empresarias que digitan programas de estudio en función de sus intereses.