Miguel Hernández nació en 1930 en Orihuela, España, y falleció en las cárceles franquistas en 1942, antes de cumplir 32 años. Poeta campesino (“el más real de todos”, dijo Vicente Aleixandre ante su tumba), fue comunista y combatió con la pluma y con las armas en la Guerra Civil Española: “…aquí con el fusil tu nombre evoco y fijo,/ y defiendo tu vientre de pobre que me espera.// Nacerá nuestro hijo con el puño cerrado,/ envuelto en un clamor de victoria y guitarras…// Es preciso matar para seguir viviendo”. Sus libros son: Perito en lunas (1933), El silbo vulnerado (1934), El rayo que no cesa (1936), Viento del pueblo (1937), El hombre acecha (1939), Cancionero y romancero de ausencias y Poemas últimos (1938-1941). Biografía extractada de Poesía social y revolucionaria del Siglo XX. Jorge Brega, compilador. Ed. Agora, 2002.

El sábado 30 de octubre nuestra casa se colmó de amigos y vecinos convocados por la propaganda que realizáramos los días previos por el barrio, invitando a este espectáculo que un amigo había propuesto y que “La Calle Larga” tomó como propio ante la justeza del mismo.
Así, entre audiovisuales realizados por Rubén Delgado que nos traía imágenes de Miguel Hernández y de su época, la de la Guerra Civil Española; con la lectura realizada por el actor Martín Casalongue ubicándonos en el recorrido de la vida de Miguel Hernández, partícipe activo de esa lucha junto al pueblo español, con el excelente acompañamiento musical de Andrés Martínez, con poemas recitados por el actor y director teatral Carlos Torreiro, que nos estremecieron el alma y canciones interpretadas por el tenor Hugo Ponce, tuvimos el orgullo de poder realizar este sentido homenaje a quien fuera pastor, poeta, soldado, pero fundamentalmente un combatiente por la libertad.
Momentos de particular emoción se sintieron en la sala, ante la defensa de Madrid por la República Popular Española con combatientes obreros, campesinos, de artistas e intelectuales como Miguel Hernández, que en la práctica demostraban qué papel debe jugar el arte, en cualquier sociedad, combatientes de todas las edades con actos del mayor heroísmo se enfrentaban al avance del franquismo que contaba con el apoyo incondicional del fascismo de Mussolini y el nazismo de Hitler. Junto a esto, la alegría desbordante que aún en difíciles circunstancias produce la lucha, la convicción de una causa justa, como señalaba Miguel Hernández en cada una de sus producciones, las que se leían e interpretaban en cada frente de batalla.

Corresponsal