Frente a la escalada represiva y proscriptiva de la dictadura
La comisión política ha balanceado la marcha de la campaña partidaria por el voto en blanco para las elecciones del 11 de marzo.
Frente a la escalada represiva y proscriptiva de la dictadura
La comisión política ha balanceado la marcha de la campaña partidaria por el voto en blanco para las elecciones del 11 de marzo.
Las organizaciones zonales en todo el país han discutido la resolución del CC pronunciándose por el voto en blanco y la han aceptado. En algunos casos se balancean ya experiencias muy importantes y positivas en su aplicación por las células allí donde éstas la han llevado a las masas obreras y populares, especialmente en las grandes empresas, villas de emergencia, facultades, localidades del interior.
Simultáneamente la CP observa que presionadas por tendencias economistas u oportunistas de uno u otro signo, numerosas organizaciones partidarias aun no han comenzado una campaña votoblanquista intensa que nos ayude a acumular fuerzas para nuestra salida insurreccional, y dar un salto de cantidad y calidad en el crecimiento del partido. Por eso la CP reitera la necesidad de volcar al Partido a una amplia y audaz campaña votoblanquista.
Esto es particularmente importante porque crece la combatividad de las masas obreras y populares, y se agudizan las divisiones arriba, entre distintas camarillas militares que expresan a diferentes sectores de las clases dominantes. Todo ello multiplica los signos que indican que el país marcha a nuevos avances revolucionarios, y a la crisis política.
La dialéctica de la situación es tal que si bien la clase obrera aun no ha tenido ni tiene fuerzas para imponer su salida revolucionaria, las elecciones que las clases dominantes montaron para convalidar el Gran Acuerdo Nacional, ante el fracaso de éste, se han convertido en la expresión del gran desacuerdo nacional con la política de la dictadura.
En la Resolución del CC acerca de las elecciones, así como en el editorial de Nueva Hora 111, se ha puesto de relieve que haya o no elecciones, y sean estas con más o menos proscripciones, el país marcha a un aceleramiento de la crisis política. El editorial citado señala que en “caso de predominar la tendencia lannusista no se pueden descartar nuevos condicionamientos proscriptivos para el 11 de marzo o golpes y contragolpes de Estado e intensificación de la represión dictatorial”.
Nuestra posición votoblanquista de enfrentamiento a las elecciones proscriptivas y fraudulentas facilitará en tal caso al proletariado revolucionario responder a la escalada represiva con una escalada de lucha revolucionaria, que puede implicar medidas aún más profundas que el voto en blanco.
Esto impone al Partido, al conjunto de nuestras direcciones y células, al tiempo que proyectar con más audacia el actual trabajo electoral hacia las grandes masas obreras y populares, acentuar nuestra labor con las masas peronistas con vistas a lograr acuerdos de combate contra la dictadura y su escalada proscriptiva y represiva.
En caso de proscripción de la fórmula del Frente o del Frente en su conjunto, debemos plantear acciones de lucha inmediatas a partir del repudio a la medida y contra el conjunto de medidas represivas y proscriptivas de la dictadura, de repudio a la farsa electoral y la dictadura, acciones que comprenden huelgas, paros, tomas, manifestaciones, actos, etc.
En esta perspectiva, dar batalla contra quienes retroceden, concilian y se entregan a la dictadura, y avanzar con nuestra posición votoblaquista.
No es de descartar que a partir de la proscripción del FREJULI, pueda llegarse a una situación política y de masas en la cual la consigna de voto en blanco tenga un apoyo, en cantidad y calidad, mucho más importante que hoy, o que puedan plantearse consignas de lucha aun más radicalizadas de enfrentamiento a las elecciones condicionadas y fraudulentas de la dictadura. Para que ello sea así hay que propagandizar y organizar a las masas por el voto en blanco en forma mucho más audaz.
Hay que evitar que en la actualidad, en nombre de la perspectiva señalada, se contraponga mecánicamente y se diluya nuestra posición votoblanquista. Por el contrario, hoy día ésta es la gran herramienta para avanzar en el camino de responder a la escalada dictatorial con una escalada de lucha revolucionaria.
El criterio apuntado de ofensiva política es igualmente válido para el caso de producirse enfrentamientos en la cúspide militar.
Es difícil prever de antemano en el caso que ello ocurra, qué características pude adoptar dicha eventualidad, y qué caminos puede abrir en el país. Máxime cuando las tensiones no se han aquietado sino agravado, y hasta dirigentes burgueses hablan de la posibilidad de una guerra civil en la Argentina. En el caso de producirse dichos enfrentamientos en la cúpula militar deberemos llevar a la masa una clara posición que impida a ésta ilusionarse con un nuevo recambio y que afiance el camino insurreccional independiente del proletariado.
En esta perspectiva, es también que el Partido debe dar un viraje en su preparación y en el trabajo con las FF.AA. de tal manera de estar preparados y en las mejores condiciones políticas, orgánicas y militares para aprovechar a favor de su línea, las contradicciones existentes y toda situación favorable. Viraje indispensable apara evitar la posibilidad de estar incapacitados de hecho, en determinadas circunstancias, para practicar la línea política partidaria
