El viernes 28 de mayo, al cumplirse un mes de la actual oleada de lucha en Colombia, conocida como Paro Nacional, miles salieron a las calles en todo el país, y el gobierno de Duque descargó otra sangrienta represión con muertos y heridos.
Como afirmara un compañero desde Colombia en el hoy 1863 “En Colombia se vive una crisis multidimensional, económica, social, sanitaria, ambiental, política, cultural, que la pandemia del Covid-19 potenció y no es como el gobierno y analistas dicen que fue la pandemia la que originó la crisis, cubriendo de esta manera las groseras desigualdades sociales, miseria, y hambre de millones de colombianas y colombianos y que son responsables este gobierno fascista y los poderosos grandes burgueses y financieros. Esa es la base de la situación revolucionaria de desarrollo desigual que dio lugar al levantamiento popular que el pueblo llama Paro Nacional”.
Estas razones de fondo echan luz a la firmeza de la movilización popular, que no cede a pesar de los ataques del odiado Esmad (Escuadrón Móvil Antidisturbios) de la policía, los paramilitares y el ejército. El mismo 28, el fascista Duque dio la orden de despliegue militar en Cali, ante la profundidad de los combates populares.
Distintos videos y denuncias muestran los ataques de civiles armados sobre los manifestantes en Cali, Medellín y otras ciudades. No hay certeza en el número de víctimas fatales, pero algunas organizaciones de derechos humanos la llevan a diez, todos jóvenes, sólo en la jornada del 28 de mayo.
En Bogotá la CUT (Central Unitaria de Trabajadores) convocó a un festival masivo, y hubo represión en distintos lugares de la capital, como el emblemático Portal de las Américas donde las primeras líneas, compuestas de jóvenes y madres, repelieron los ataques policiales.
Rebeldía y dignidad popular
La crisis política en Colombia se profundiza, en la medida en que la lucha popular se sostiene. El 27 de mayo se presentó una “moción de censura” en el Congreso contra el ministro de Guerra Diego Molano, que fue rechazada por una mayoría de congresales, cada vez más lejos del pueblo colombiano. Decía el Modep (Movimiento Democrático Popular) de Colombia que esto “Es una muestra más de la indolencia de este gobierno y de las mayorías parlamentarias con los reclamos del pueblo Pero también muestra que el levantamiento popular que se viene desarrollando los asusta, y por eso los de siempre se unen para derrotar la rebeldía y la dignidad popular que se alza portentosa en los campos, calles y ciudades de Colombia.
“La decisión del Congreso de la República –continúa la declaración- lo único que logra es acrecentar la indignación frente a la confabulación de los poderes del Estado para mantener la impunidad frente a los crímenes de lesa humanidad que tienen como principal responsable al ministro Molano.
Por la dignidad de nuestro pueblo, por la digna rabia de nuestros y nuestras jóvenes, porque la lucha es por otra Colombia posible, exigimos como garantía inicial, no sujeta a negociación alguna, la renuncia del ministro de guerra Molano debe irse, de lo contrario no hay ninguna posibilidad de discutir absolutamente nada con el gobierno de Uribe Duque.
“La lucha continúa en los campos, calles y ciudades exigiendo la renuncia del ministro de guerra. Ninguna negociación que dé la espalda a esta exigencia será bien recibida, cuando la represión sigue desbordada en todas las regiones del país, los puntos de resistencia son constantemente hostigados, los defensores y defensoras de derechos humanos perseguidos, las desapariciones y asesinatos siguen, sin ninguna voluntad de iniciar siquiera las investigaciones pertinentes, no hay aceptación de responsabilidad alguna frente a la brutalidad policial y, mucho menos, intención alguna de detener el accionar de grupos armados civiles instigados desde la institucionalidad estatal ni el accionar abierto o encubierto de las estructuras paramilitares contra la movilización popular”.
La fuerza de la lucha popular en Colombia volvió a demostrar su extensión y firmeza en la jornada del 28 de mayo, y promete continuar. Es una obligación para todos los sectores populares de nuestro país redoblar la solidaridad con el heroico pueblo colombiano y exigir que se termine con la sangrienta represión.
Hoy N° 1866 02/06/2021
