Hace dos semanas, Santiago Zamora, dirigente de la CCC de Jujuy denunciaba que en los comedores que administra la Corriente desde el 2001, a los que concurren 3.000 chicos, el gobierno destina sólo 4 pesos por chico por día, y exigía un aumento en este monto.
Hace dos semanas, Santiago Zamora, dirigente de la CCC de Jujuy denunciaba que en los comedores que administra la Corriente desde el 2001, a los que concurren 3.000 chicos, el gobierno destina sólo 4 pesos por chico por día, y exigía un aumento en este monto.
El Ministerio de Desarrollo social de la provincia, ante el reclamo de la CCC, por la situación en los 13 comedores de la organización, y en el conjunto de ellos, no tuvo mejor idea que mandar una nutricionista para que las compañeras que cocinan –muchas de ellas precarizadas y cobrando apenas un plan social- “aprendan” a estirar y estrujar esas monedas y convertirlo en un plato de comida.
Zamora aclaró que el monto por chico se mantuvo en $3 por día durante tres años, y el año pasado aumentó a $4. Esto, como tampoco los $6 que dice el gobierno nacional, no alcanza para darle a un chico una comida con las proteínas necesarias”, denunció Zamora en medios nacionales.
El dirigente de la CCC contó que la nutricionista les preguntó “¿Para qué le ponen puchero a la sopa?”, y “sugirió” que repartan bolsones en vez de mantener comedores, a la vez que defendió el monto de $4 diciendo que esa era “una ayuda complementaria”, cuando esa comida es la principal, cuando no la única para la mayoría de esos chicos.
Zamora dice que “En la Argentina y en nuestra provincia hay un problema estructural que es no generar fuentes de trabajo. Cada vez son más los chicos que se anotan en el comedor, porque hay más necesidad en las casas”, enmarcando esto en una política que, por ejemplo, ante el conflicto en Aceros Zapla, en vez de sancionar a empresarios vaciadores como Taselli, y estatizar la empresa para generar más fuentes de trabajo, sanciona a los trabajadores. El gobierno nacional compra trenes a China, compran los rieles, cuando tenés una planta fabril como Zapla que siempre fabricó los rieles y produce aceros especiales con los que se podrían fabricar los trenes. Si no hay trabajo genuino el problema de los comedores va a seguir. La necesidad va a seguir
Contó Zamora en una entrevista televisiva que el cura Olmedo denuncia que en La Puna lo que se destina a los comedores es $0,80 por chico “Una miseria y una burla”, se indigna Santiago. “Con $4 no compramos ni un kilo de pan. La carne pasó en un año de $37 a $57/61, y tenemos una demanda de chicos en los comedores que aumentó un 40%”.
Zamora planteó además que pidieron al Ministerio provincial que se extienda el cupo de edad. Actualmente a los comedores pueden concurrir chicos de 0 a 14 años. “Como la franja entre 14 a 18 años es de las más golpeadas por las crisis, pedimos que se los deje entrar a los comedores hasta esa edad. Nosotros pretendemos que los comedores sean, además, un lugar de contención en lo deportivo, no como ahora, que el gobierno nos usa para tercerizar el tema de la comida de los chicos, y no se hace cargo del hambre de los chicos”.
En Libertador comen en los basurales
Posteriormente a las declaraciones de Zamora, se conocieron nuevas denuncias sobre la situación de la niñez en Jujuy. Reproducimos extractos de una nota aparecida en Jujuyalmomento.com, titulada “En Libertador: El complemento ali- mentario, los chicos lo buscan en un basural”.
Dirigentes de la Corriente Clasista y Combativa de Libertador General San Martín, ratificaron la denuncia realizada días pasados, donde afirmaban que los chicos van a buscar el “complemento alimentario del día” en los basurales.
La nota recoge las denuncias “de los responsables del Comedor del Barrio San Lorenzo, ubicado en las afueras de la ciudad de Libertador General, próximo al río que lleva el mismo nombre y a pasos del ingreso al Parque Nacional Calilegua.
“En el Barrio San Lorenzo funciona el comedor que depende de la Corriente Clasista Combativa. Ellos tienen asignados un cupo para 150 chicos que reciben la ración diaria de alimento al mediodía. Pero es insuficiente, porque los asentamientos generados luego de las tomas de tierras producidas hace tres años atrás, hizo que se engrosara el número de niños con necesidades nutricionales.
En muchas ocasiones, se le tuvo que entregar “fideo y huevo” para que puedan dar de comer a los niños que quedan fuera del comedor. Otras veces, se tuvo que partir la ración diaria. Aún así y conociendo las autoridades de Desarrollo Social de las necesidades de estas familias, jamás se otorgó mayor presupuesto al comedor, ni se aumentó el cupo.
José Ibáñez, y dirigentes del comedor del barrio San Lorenzo, estuvieron en Sobremesa y ratificaron lo anticipado en Radio 2 la semana anterior. Denunciaron que los niños que concurren a los comedores infantiles, salen a buscar más comida en los basurales, porque el hambre no entiende de razones.
“El pibe que se acerca al comedor es porque no tiene para comer en la casa, por eso va. Para la mayoría es la única comida diaria y todo eso se suma con que tiene que ver con que entendemos que el trabajo que se hace es no solo darle de comer, sino también ver la situación de cada familia. Cuando uno ve que es un grupo familiar numeroso, o con el padre sin trabajo, la madre soltera, entendemos que es la única comida diaria”, dijo una madre que ayuda en el comedor.
Aclaró que los de los cuatro pesos que se están dando hace dos meses, “veníamos cocinando con tres pesos y tratábamos de resolver con la ayuda de la organización, buscando donaciones de verduras, donaciones de mercadería, tratando de sustituir algunas cosas. Pero ahora, ni la verdura ya no se puede porque antes iba a la feria y los vendedores te donaban, ahora no quieren donar porque viven de eso”.
“El comedor queda a dos cuadras del río San Lorenzo, en la proximidad de un basural que está en lo inmediato a donde termina la ciudad. San Lorenzo está en una esquina marginal de la ciudad de Libertador, ahí pasa el río, y ahí está el basural donde bajan los camiones a dejar la basura del día. Hemos sido testigo de que muchos chicos han estado rondando los lugares porque justamente, lo que le da el comedor es la comida principal del día, la única que reciben y obviamente es insuficiente, entonces recurren a esos lugares a ver si pellizcan algo más de lo que se desecha de los supermercados, de las verdulerías y demás”.
Confirmó que esta situación se puso en conocimiento de la ministra Magdaleno, pero no encuentran repuestas. “Hace dos o tres años venimos haciendo el pedido de que es insuficiente; con la inflación, no se puede sostener y que también entendemos que hacemos un trabajo hacia el Ministerio desde un censo, hasta saber qué cantidad de personas que hay en la ciudad. Hemos venido planteando que es insuficiente la cuota, se hizo varias notas diciendo y se vino planteando el incremento de cupos. En el caso de nosotros, en San Salvador, en el barrio “Che Guevara”, venimos planteando porque después de la toma de tierras, allí se centralizaron todos los terrenos y se hicieron los asentamientos. Por lo general creció muchísimo y nosotros tenemos un cupo de 156 chicos que es poca la comida y a algunos le tenemos que decir que no está en la lista. Todos ellos tienen que volver a la casa, a algunos le podemos resolver porque vemos que son de muy escasos recursos, y ni siquiera tienen casas, viven en lona o carpas, le damos un poco de fideos, unos huevos para que ellos se preparen en casa”.
Ante esta situación y realidad, evidentemente significa que crece la pobreza. “En la zona no hay trabajo, la mayoría de las familias changuean, con este tema de la Cooperativa, no sé cómo será el pago, pero me parce que no cubre la canasta. Y en ese sentido, por lo menos en la zona donde estamos, vemos la escasez de recursos” dijo la mujer que cocina en el comedor.
Aclararon los dirigentes, que “esta situación se va agravando, porque una como trabajadora (en el comedor) ve de una manera completa lo que es el reclamo de pasar a una estabilidad mejor, ser reconocido el trabajo en negro; hay también una lucha de todas las mamás que trabajan en el comedor. Para nosotros también es un trabajo y no se lo reconoce porque creemos que formamos parte del desarrollo social”.
A modo de reflexión un dirigente sindical del gremio docente, aseguró: “Creemos que la repuesta está en las acciones, si se expresa en la conciencia que tiene. Si no hay acciones es porque no hay conciencia y si no hay conciencia se generan problemas sociales y esos problemas sociales después generan reclamos sociales, que es lo que de algún modo estamos haciendo”.