Tanto el PO, el MAS, como el PTS coinciden en plantear que el conflicto entre el gobierno y el campo es una lucha entre sectores patronales que ellos enfrentan por igual. Desde esta posición critican al PCR y a las fuerzas de izquierda que apoyamos la lucha de los pequeños y medianos productores agrarios. En eso coinciden con el kirchnerismo que nos acusa de apoyar a la oligarquía. No vamos a discutir los argumentos esgrimidos por estos grupos, porque tendríamos que empezar por la diferente caracterización sobre la estructura económico social del país (expuestas en los documentos de nuestro Partido), además de las falsedades que usan en sus argumentaciones, solo queremos referirnos a las consecuencias políticas de esas posiciones.
Es bueno recordar que en el Argentinazo de diciembre del 2001 confluyeron contra el gobierno de De la Rúa las fuerzas populares acosadas por el hambre y la desocupación; con miles que salieron porque tenían los fondos atrapados en el corralito, con Duhalde, Moyano y la UIA encabezada por de Mendiguren que empujaban la devaluación, por solo mencionar los más notorios. Sin embargo el Argentinazo abrió un gigantesco proceso político de masas que cuestionó, no solo al gobierno de turno, sino al sistema de las clases dominantes en su conjunto, clases que desde entonces están tratando de apagar sin éxito las brasas de aquel incendio.
En la pueblada agraria en curso, han habido más de 400 cortes de ruta a lo largo y ancho del país, asambleas masivas en los piquetes, adhesión de los pueblos y ciudades del interior (incluido del movimiento obrero), donde todo se pone en debate: las retenciones, la renta de la tierra, los arrendamientos, el federalismo y hasta la reforma agraria. Nosotros consideramos que no hay salida para las grandes masas populares sin una revolución que cambie el poder de manos. Para que eso sea posible, es necesario unir a la mayoría del pueblo, que en el caso de nuestro país, pasa centralmente por la unidad obrero campesina. No inventamos nada nuevo, ese es el camino que hizo posible la revolución bolchevique, la revolución china y la revolución cubana.
En cambio, el PO, MAS y PTS, tienen una política que aísla a la clase obrera del resto del pueblo, facilitando su derrota. Esa es la línea que practican en todos las luchas que participan.Eso sí, siempre desde posiciones de “izquierda”. Cuando se les pregunta ¿cuál es la salida al conflicto del campo?, dicen: “nacionalización del comercio exterior, de la banca, de los puertos privados, de la gran propiedad agraria y poblamiento del campo mediante arrendamientos a cargo del Estado”. Lo que no queda claro es si esperan que estas medidas las tome el gobierno de CK o tenemos que esperar que ellos lleguen al gobierno a través de las elecciones. En cualquiera de los dos casos, parece de difícil concreción. Ni Kirchner va a tomar esas medidas, ni estos, en vista de los últimos resultados electorales, van a llegar al gobierno. En realidad esa aparente equidistancia del gobierno y del campo, es falsa. Porque estas posiciones son absolutamente funcionales a la política del gobierno, de dividir, aislar y derrotar la lucha agraria.