Hoy quisimos escribir unas palabras sobre un compañero nuestro, Nahuel Cortés, que hace un año se nos adelantó en el camino. Pero no pretendemos ponerlo como un clásico homenaje. La mayoría de los que estamos acá lo conocimos. Nahuel no era un mártir, no en el sentido estricto de la palabra. No era un super hombre, ni el super militante que solo habla de política. Nahuel Cortés, fue hermano, hijo, sobrino, pareja, conocido, amigo, compañero, camarada. Amaba el teatro, la murga, le encantaba tocar la caja peruana, le gustaba Cortázar, y el norte de nuestro país, era su lugar preferido. Nahuel era un joven como varios de los aquí presentes. Hacía cosas que muchos de nosotros hacemos, salía, estudiaba, trabajaba medio tiempo, tomaba con sus amigos y conocidos, y muchas cosas más que son irreproducibles por ser puramente anecdóticas, y porque es imposible expresar toda una vida en tan pocas palabras.
Nahuel pertenecía al ALDE, pertenecía a la Corriente Estudiantil Popular Antiimperialista y formaba parte del Partido Comunista Revolucionario. Luchaba todos los días desde su lugar para cambiar, para transformar esta situación que nos golpea en cada esquina de este país. Nahuel cursó un par de años en la carrera de Sociología y después se cambió a Trabajo Social, siempre comprometido con una realidad durísima, y en buscar cómo transformarla, convirtiendo su formación y su profesión en una herramienta para ello; contra el modelo restrictivo y para pocos de esta universidad, que nos expulsa, que refleja las injusticias de afuera en su propio seno.
Vio la necesidad de organizarse, de luchar por un Trabajo Social transformador con sentido latinoamericano, para ello, conformamos junto a las y los compañeros de Senderos, que luchamos por la autonomía del centro de estudiante, por el primer encuentro nacional de estudiantes de Trabajo Social.
Así nacía Senderos, como un espacio independiente de las autoridades, donde se construyó y se construye colectivamente un centro de estudiantes para la lucha de nuestros derechos. Defendimos la autonomía del centro histórico de trabajo social mediante la toma de Derecho, logrando torcerle el brazo a la gestión de la Franja Morada y superar las divisiones del kirchnerismo.
Seguramente faltan muchas cosas por mencionar, por el sentimiento de irremediable pérdida que tenemos todos nosotros, al habernos sido arrebatado de una manera tan inverosímil. ¿Pero cabe preguntarnos donde no está? ¿O cabe hacer que no sea un recuerdo, que lo hagamos brillar como ejemplo y tengamos la certeza de que vive en cada lucha de nuestro pueblo? Eso es algo que ninguna situación, ningún homenaje, ninguna derrota podrán borrar. En cada lucha, el estará, por más pequeña que pueda parecer.
Hoy más que nunca, te levantamos, compañero, camarada, amigo, hermano. Tu ejemplo brillará por siempre en cada uno de tus compañeros y en cada lucha de tu pueblo. Como siempre nos recordabas, usando palabras de Mao: “la felicidad eterna no existe. La felicidad es la lucha”. ¡Compañero Nahuel Cortés, presente! ¡Ahora y siempre!
