Escribimos estas líneas conmemorando las jornadas del 19 y 20 de diciembre de hace 16 años, tras los combates populares contra las reaccionarias reformas de Macri de diciembre de 2017. Al momento de cumplirse dos años de su gobierno, y envalentonado por el triunfo electoral, el gobierno se creyó que iba a hacer pasar sus planes de ajuste y entrega. Pero chocó con la voluntad de lucha de los trabajadores y el pueblo, este pueblo que protagonizó aquellas jornadas en el 2001, cuando el hambre de De la Rúa llegaba a límites insostenibles para millones de argentinos.
El inmenso acto de la CCC, la CTEP y Barrios de Pie del 13 de diciembre, y el combate popular alrededor del Congreso del 14, dejan varias enseñanzas, entre ellas, que el camino del Argentinazo, en condiciones políticas distintas a las de hace 16 años, sigue vigente.
La Argentina en 2001
El pueblo argentino en esos años venía sufriendo las consecuencias de las nefastas políticas de Menem primero, que se agravaron con De la Rúa en la presidencia. Millones de desocupados, el patrimonio nacional rematado al mejor postor, una deuda externa usuraria y fraudulenta que crecía hasta hacerse impagable; la represión en aumento, la salud y la educación hecha pomada. Desde los pueblos despojados del petróleo y el ferrocarril, crecieron inmensas luchas que sacudieron el país.
Ya el 30 de marzo de 1996, el secretario general del PCR, Otto Vargas, en un acto en Córdoba, planteó que no había otra forma de acabar realmente con las políticas y los gobiernos del hambre y la entrega, que el camino de las puebladas, el camino de “un santiagueñazo nacional triunfante, un Argentinazo”. Durante cinco años las fuerzas clasistas y revolucionarias trabajamos para esta salida, en medio de un auge de luchas que venía del Santiagueñazo de 1993, y que tuvo hitos como Cutralcó, Tartagal–Mosconi, La Matanza.
Los acontecimientos se precipitan
En sus dos años de gobierno, el repudio popular a De la Rúa se expresó en un combate popular que se intensificaba día a día. Hubo 7 paros generales, innumerables luchas parciales, cortes de rutas, movilizaciones estudiantiles, masivos encuentros de mujeres, etc.
Se fueron configurando así, todos los rasgos propios de una situación revolucionaria objetiva. En primer lugar, los de abajo no podían vivir bajo el hambre, la desocupación y demás consecuencias de la crisis, y los de arriba ya no podían aplicar pacíficamente la política de hambre y entrega. El bloque dominante se fracturó entre los que querían mantener la “convertibilidad” y los que pretendían devaluar. Y las masas se vieron empujadas “a una acción histórica independiente”: las puebladas y el Argentinazo.
De la Rúa no tuvo mejor idea, frente a una crisis que se devoraba su gobierno, que aplicar las recetas de su ministro de Economía Domingo Cavallo, que ya lo había sido con Carlos Menem. ¿Qué hizo Cavallo a comienzos de diciembre de 2001? recortó el 13% a los salarios de los estatales, las jubilaciones y las pensiones; congeló los depósitos y estableció el “corralito”. No hay que olvidar que ya la pobreza y la desocupación afectaban a 15 millones de personas. Las organizaciones populares redoblaron las luchas; el gobierno, aterrado, el 19 de diciembre dictó el estado de sitio y realizó un inmenso despliegue de fuerzas represivas. La respuesta popular no se hizo esperar. Cientos de miles se volcaron a las calles la noche misma del 19. Se libraron los primeros combates con las fuerzas represivas, que enterraron en la práctica el estado de sitio y Cavallo tuvo que dejar el Ministerio de Economía. El 20 de diciembre la lucha siguió hasta conocerse la renuncia del odiado De la Rúa, y su salida de la Casa Rosada en helicóptero.
La pueblada tuvo centro en Plaza de Mayo, en la gran jornada del miércoles 19 y el jueves 20, y en la lucha de calles que le siguió. Pero fue nacional: desde Jujuy hasta Tierra del Fuego, en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, en las capitales de provincia y ciudades y pueblos del interior, cientos de miles de personas protagonizaron el levantamiento popular. Treinta y nueve compañeros regaron con su sangre este hecho heroico. Entre estos mártires se encuentra el compañero de la CCC de Entre Ríos, José Daniel Rodríguez.
Vigencia de un camino
El Argentinazo del 19 y 20 de diciembre de 2001 sacudió las estructuras del sistema oligárquico e imperialista hasta sus cimientos. Aquellas jornadas fueron un paso superior de un camino que viene recorriendo nuestro pueblo desde hace casi cien años: el camino de las puebladas, que generó hechos como la Semana de Enero de 1919, el 17 de Octubre de 1945, el Cordobazo, entre los más relevantes. Las puebladas son una forma de lucha que está enraizada no sólo entre los trabajadores, sino en los más vastos sectores populares. Esto lo hemos venido comprobando en los últimos años, en infinidad de casos: ante los femicidios y la violencia hacia las mujeres; en casos de gatillo fácil; con los cortes de energía eléctrica o cuando aparecen narcos protegidos por el poder político y policial.
Por el camino del Argentinazo, hace 16 años la lucha popular logró forzar la suspensión del pago de la deuda externa, conquistó dos millones de planes sociales para paliar el hambre, eliminó el recorte del 13% a los estatales y jubilados, impidió el remate de 300 mil productores agropecuarios, obligó la devolución de parte de los ahorros atrapados en el “corralón”, y abrió una situación revolucionaria.
Si bien no se concretó el anhelo de “que se vayan todos”, en diciembre del 2001 se abrió una nueva situación política, y la Argentina se llenó de asambleas populares y procesos de recuperación de fábricas. Luego el kirchnerismo logró recomponer la “institucionalidad”, pero no pudo sacar al pueblo de las calles.
El camino de las puebladas volvió a mostrar su vigencia y su potencia en los últimos días, frente a los planes reaccionarios del gobierno de Macri. Es nuestro desafío, encabezando las luchas, que en este 50 aniversario, nuestro PCR crezca y se fortalezca para que sea un instrumento de las masas para poder avanzar, con las banderas del Argentinazo, por el camino de la revolución de liberación nacional y social.