Los datos oficiales dados por el sistema de seguridad social indican que se perdieron más de 127 mil empleos en blanco en los primeros nueve meses del año. Los famosos “brotes verdes” de la reactivación prometida por el gobierno de Macri han demostrado ser otra falsa promesa, porque su política de ajuste sólo favorece a los de arriba y a los de afuera.
Los datos oficiales dados por el sistema de seguridad social indican que se perdieron más de 127 mil empleos en blanco en los primeros nueve meses del año. Los famosos “brotes verdes” de la reactivación prometida por el gobierno de Macri han demostrado ser otra falsa promesa, porque su política de ajuste sólo favorece a los de arriba y a los de afuera.
Según la AFIP, cerraron 2.145 empresas, y la mayor caída del empleo se verificó en empresas medianas y grandes, que emplean a más de 100 trabajadores. Los sectores que perdieron más puestos de trabajo fueron la construcción (46.163), actividades administrativas (36.578), la industria manufacturera (36.257), servicios de transporte y almacenamiento (11.634), profesionales (7.154) y servicios de alojamiento y comidas (6.389).
Los datos de los últimos días muestran un gran agravamiento de la desocupación formal. No hablemos de los trabajos en negro y las changas, que han disminuido enormemente. Veamos algunos hechos sólo de los últimos días.
El monopolio alemán Volkswagen informó que despedirá a 7.000 trabajadores en Brasil y en nuestro país, como parte de los 30 mil que echará en todo el mundo. Ya las plantas de Volkswagen se encuentran suspendiendo personal y adelantando vacaciones, debido al estancamiento de la industria.
En Tierra del Fuego, la empresa IFSA (Informática Fueguina), que se dedicaba a ensamblar netbooks y notebooks para BGH, presentó quiebra y dejó 465 trabajadores en la calle. En BGH la totalidad de los trabajadores han paralizado las tareas para acompañar a los compañeros de IFSA, y denuncian que otros 300 contratos se vencen a fines de noviembre.
La industria textil es una de las más afectadas. Además de las denuncias por despidos que hacen gremios como la AOT (Asociación Obrera Textil), tanto la Federación Obrera de la Industria del Vestido y Afines (Foniva) como la Unión de Cortadores de la Indumentaria dan cuenta de despidos y suspensiones. Lo mismo informaron los supervisores del Sindicato de Empleados Textiles de la Industria y Afines (Setia), con 2100 despedidos.
La semana pasada, la Secretaría de Trabajo de La Rioja informó del desplome de la industria textil local. Hubo 130 despidos en la empresa Hilado, del Grupo TN Platex. La textil ENOD suspendió 70 trabajadores.
En Neuquén, la papelera Molarsa echó 30 empleados y comenzó a retirar la maquinaria. Los obreros cortaron la Ruta 7 y realizaron un paro de 24 horas.
Yendo a la provincia de Buenos Aires, la Secretaría de Producción de La Matanza informó que ya suman 20 mil los trabajadores matanceros que sufrieron despidos, cesantías o aceptaron retiros voluntarios.
En el Frigorífico Rioplatense de Tigre la empresa quiso despedir 32 compañeros. Ante una masiva asamblea y paro de los trabajadores, el ministerio de Trabajo tuvo que dictar la conciliación obligatoria. Se hicieron presentes en solidaridad comisiones internas de otras fábricas de la zona, como Bimbo y Mondelez.
En la localidad de Junín, un grupo de trabajadores de la Uocra cortó la intersección de las Rutas 7 y 188 a raíz de 30 despidos en la empresa constructora Decavial SA.
Todos estos datos muestran la certeza del reclamo para que se dicte una ley de emergencia social y laboral, y que se prohíban los despidos y suspensiones.
