¡Calentitos los panchos! decían en mi barrio. Así quedaron los mediáticos K después de la visita de Beatriz Sarlo al programa 6,7,8. La dama, que dejó hace algunas décadas la izquierda para pasarse al “centro” (cuando no decididamente a la derecha), sin mucho gasto dejó pagando a un multitudinario panel. Y lo peor para esa troupe: puso en evidencia que manipulan las noticias de la misma (o peor) manera que los medios del monopolio que critican; que sus periodistas y los intelectuales que invitan son Gardel sólo cuando opinan entre ellos, y que sus argumentos no tienen más consis tencia que los tigres de papel.
El suceso no sólo fue el goce de los medios adversarios el día después, sino que impactó en las propias huestes K, levantando una oleada de críticas para el deslucido panel (registradas, entre otros, por el periódico Miradas del Sur el domingo 29). Así las cosas, Superego Aníbal F., lengua fogosa en correspondencia con cabeza llena de humo, se puso su capita de vampiro y salió con el afán de castigar a Sarlo, dando de paso una “lección” a los humillados chupamedias de 6,7,8, para que vean cómo se opera.
Tal vez de su pluma, o de la del mismo amanuense que le escribió su reciente Manual de zonceras argentinas, Aníbal F. firma una columna en Tiempo Argentino el 1° de junio, cuyo eje, como obedientes discípulos, retoman (con más cautela) en 6,7,8.
La nota de A.F. recuerda, sin dar fechas, que en una salida del programa televisivo Los siete locos, conducido por Cristina Mucci, Sarlo dejó plantado un panel apenas comenzaba a hablar David Viñas. El episodio es de 1998 y se puede encontrar por estos días en youtube. La mesa, que compartían con otros integrantes, tocaba el tema de “los intelectuales y la política”. Viñas comienza su alocución mostrándose incomodado por la presencia allí de tantos “funcionarios y ex funcionarios” y alude al “pacto” entre la UCR y el Frepaso en la Alianza. Es ese el momento en que Sarlo, vinculada por entonces con Graciela Fernández Meijide, se levanta y se va.
Sobre esa realidad, A.F. (o su escriba) monta una patraña. Inventa que Viñas llevaba en sus manos el N°42 de la revista Los libros, que codirigían Sarlo y Carlos Altarmirano (omitido por A.F. en su nota), militantes por entonces del PCR. La llevaba, dice, para enrrostrarle a B.S. “su pecado, que es algo más que ‘un pecado de juventud’” (sic). Para dar cuenta del “pecado”, el columnista afirma que los “chinos” (así se refiere al PCR) “habían pactado” con Isabel Perón y López Rega, y habla de la revista como “un opúsculo favorecedor de las bondades del ‘lopezrreguismo’”. De más está decir que para tamaña mentira no hay citas ni fuentes. La nota sí cita, en cambio, párrafos del editorial de ese número (julio-agostode 1975), donde se denunciaba un golpe institucional dirigido contra Isabel Perón.
Gol en contra
Nada de esta historia sobre Viñas llevando Los libros al programa está registrado por el video de Los siete locos. Allí se puede ver perfectamente que tiene en las manos los tradicionales papeles donde hacía anotaciones. Quienes conocimos a David sabemos, además, que una cosa semejante no encaja ni siquiera en sus ficciones. Utilizar el prestigio de Viñas para pergeñar una infamia como esta, explotando la muerte que le impide contestarla, es una muestra de inescrupulosidad a la que muy pocos podrían atreverse: sólo aquellos cuya omnipotencia los hace presumir impunes.
Esa misma omnipotencia les impide ver que las citas de Los libros –como la invitación a Sarlo por 6,7,8– pueden convertírseles en un gol en contra. Porque si en 1975 era posible operar la chicana para desvirtuar la información y desacreditar la fuente que denunciaba la intención golpista, después del 76, concretado abiertamente el golpe y sufrido el genocidio, el asunto no da para chacota. Tampoco quedan dudas en 2011, chanchullos al descubierto y políticas explícitas, sobre el carácter imperialista de la ex URSS. Ni qué hablar de los personajes como Gelbard, de quien hasta los libros del mismo palo, como el de Isidoro Gilbert, o el de María Seoane, vinculan con los negocios del PC y de la Unión Soviética. Sólo la ignorancia o el devoto consumo del Katecismo pueden validar argumentos tan groseros como los firmados por el ministro para desacreditar lo que se decía en 1975 en Los libros. (David Viñas, por otra parte, estuvo 25 años sin visitar Cuba porque en 1981 se negaban allí a incorporar a la Argentina entre los países bajo una dictadura. Y reconocía que esa actitud tenía que ver con la relación de la Argentina con la URSS y de la URSS con Cuba. Véanse sus dichos en La Marea, N° 26, Otoño-invierno 2006.)
Amigos son los amigos
¿El jefe de Gabinete parlanchín está perdiendo agudeza política? ¿O ya no corren para él los tiempos en que, travestido de guapo, luciendo chambergo y pañuelo al cuello, podía sacarse fotos montado a caballo y hacer declaraciones sobre todas las cosas? De capa caída y entrada clausurada a la mesa chica K, ahora se dedica a sacarse lustre alternando en los medios intelectuales, donde los únicos que lo reconocen son sus escribas o periodistas “amigos”. O no tan “amigos”, ya que le descuidan los flancos. Porque ¿qué tal si en esto de revisar la historia, alguien le retruca y tiene que salir a explicar, por ejemplo, por qué es más cómodo viajar en el baúl de un auto para dejar la intendencia de Quilmes? O cómo se pasa de hombre fiel del duhaldismo, a fiel servidor del kirchnerismo. O cuáles son las ventajas de defender el libre comercio de la efedrina. Porque no hay que padecer el “síndrome de Diógenes de la política” para tener registradas esas en su momento populares noticias. Y es más, ¿qué tal si alguno, trayéndolo más al presente, le pide que explique tan suelto de cuerpo como habla de Viñas, de Sarlo o del PCR, qué pasa con las “políticas públicas en materia de prevención y control de tráfico ilícito de estupefacientes, la delincuencia organizada transnacional y la corrupción”, a cargo de su Jefatura? ¿Por qué la Argentina pasó a ser un país de producción, tránsito, venta de insumos y lavado, y encarcelados por esos delitos sólo conocemos a algunos perejiles de los barrios?
En fin, Aníbal, “amigos” de verdad son los de 6,7,8, que le dieron la oportunidad de lucirse invitándolo junto con Viviana Canosa, así sus “amigos” de Tiempo Argentino podían titular al otro día “La lección de Fernández a Canosa” (3/6/11), para que lo aplauda “la gilada”. Los que lo alentaron para meterse en otros bretes, no le van a hacer recoger aplausos, sino bochorno. (A lo mejor ya están preparando le edición de su propio Manual de Zonceras, que lo tendrán a Ud. como protagonista).