Conversamos con Irma Suárez, delegada de la fábrica Centauro, y con Daniel Veloso, trabajador en negro, quienes nos relataron las claves de este conflicto.
¿Qué se conquistó?
Conversamos con Irma Suárez, delegada de la fábrica Centauro, y con Daniel Veloso, trabajador en negro, quienes nos relataron las claves de este conflicto.
¿Qué se conquistó?
I: Se conquistó un 30% de aumento dentro del 2011. El arreglo contempla un pago del 18% retroactivo a marzo, cifra de la que sólo es remunerativo el 12%. Los otros dos pagos se harán completamente remunerativos: 6% el 1 de julio y 6% el 1 de noviembre. También se establece que en caso de dispararse la inflación las partes se comprometen a reabrir nuevas conversaciones.
¿Cuándo empieza el conflicto?
D: Se patea el tablero cuando los empresarios plantean un 24% hasta marzo escalonado, esto es un detonante, podemos decir el inicio del proceso. Se comunica al cuerpo de delegados esta propuesta y se decide comenzar el plan de lucha. Se decide empezar con paros escalonados para evitar la conciliación. Los paros los comenzábamos a las 8 de la mañana para movilizar a la gente.
I: El último paro lo comenzamos a las 9 de la mañana para ir al Ministerio de Trabajo. Cuando llega el gremio el ministerio ya había decretado la conciliación obligatoria, eso causó una gran indignación entre los compañeros, se decidió desconocerla y seguir con la medida de fuerza, hacemos una movilización hacia los accesos al puerto. Ahí nos enteramos que citan a la secretaria del gremio a Trabajo en Buenos Aires.
¿Para qué citan al Ministerio de trabajo de Nación?
I: Citan al gremio y citan a la cámara. Ahí le preguntan por qué desobedecían la conciliación. En ese momento nosotros en reunión del cuerpo de delegados decidimos continuar con el paro para no involucrar al gremio con el tema del marco legal, por el tema de la personería legal.
Fue clave la participación del Cuerpo de Delegados…
I: Sí, sí. Firmamos todos los delegados; no sólo en lo formal sino en la dirección del conflicto. En momentos difíciles como cuando citan a la secretaria del gremio a la Fiscalía, desde ahí siempre se consultaba con el cuerpo de delegados, se iban manejando todas las propuestas.
D: Fue importante la participación de todos los compañeros, participaron también los que trabajan las seudo “cooperativas”. Estamos hablando de un gremio de ocho mil personas, a veces te cuesta que coincidan veinte, imaginate ocho mil.
¿Hacía mucho tiempo que no se lograba la unidad entre cooperativos y efectivos?
I: Eso es verdad. Fue impresionante la cantidad de compañeros que participaron en las distintas actividades. La última marcha fue impactante. Hacía mucho tiempo que no se veía una movilización tan grande.
D: Se conjugaron para mí tres pilares que son el gremio, los efectivos y la gente que trabaja en negro en seudo cooperativas. Si bien era difícil consensuar una estrategia que abarcara a todos, porque cuando ellos paraban a las 8, las cooperativas las llamaban a las 12 de la noche y si hacías paro desde las 12 era difícil concentrar a la gente efectiva en cada fábrica para movilizar.
I: El tema de cómo íbamos a hacer lo decidíamos entre los delegados ¿Qué cortamos primero, el puerto o vamos a la cámara? Eso lo hicimos por votación en el cuerpo de delegados. Somos 94 delegados. La mayoría decidimos en la votación bloquear el puerto, porque era la parte más importante, porque los empresarios ya no querían sentarse, a mí me parecía que no correspondía ir a la cámara porque lo importante era cortar el acceso y paralizar la producción.
D: Paralizar la producción era uno de los fundamentos de todo esto. Para lograrlo se combinaron dos cosas, el corte de los accesos y el paro en las fábricas. Algo que me llamó mucho la atención era el mecanismo que teníamos, no quiero mentirte, pero llegó un momento que había cincuenta motos para recorrer las fábricas, había mucha disposición de los compañeros y nos organizábamos en el corte. Los compañeros traían carpas.
¿Cómo fue la actitud del gremio?
I: La participación de los delegados fue muy importante. La anterior conducción cocinaba todo por arriba, y acordaban los aumentos entre gallos y media noche. Con el convenio PYME vinieron con el convenio firmado. Hay una nueva situación desde las elecciones, vemos que hay una apertura distinta.
¿Fue importante la unidad con el resto de los gremios del puerto?
I: Sí, eso fue muy importante, había compañeros en el corte y los sindicatos afirmaban que si no se arreglaba iban todos al paro. Había mujeres con chicos, compañeros que nunca habían participado estuvieron día y noche, hubo un cambio en las mentalidades.
D: La CTA arrimó unos chorizos. Fue un corte simpático, había un montón de viejitos que pasaban y te decían ‘dale, dale no aflojen’, se vivía un buen clima, venían los compañeros con los hijos, con la familia.
¿Cuáles son las cosas que quedan pendientes?
I: Para mí lo primero que hay que hacer es denunciar el convenio PYME. La salida es ir a un convenio unificado.
D: Queda pendiente la lucha por el blanqueo de todos los que trabajan en negro y para eso es fundamental un gremio fuerte.
I: Los compañeros tienen que tener conocimiento de lo que es el convenio del año ‘75. Primero que fue logrado con lucha de años y por la cuál se derramó sangre. Hay que hablarle y contarle a los jóvenes sobre esa lucha. Claro que a ese convenio hay que hacerle muchas modificaciones. Una lucha clave que tenemos que enfrentar es la pelea por la insalubridad, que entre otras cosas permite la jubilación anticipada. Esto es clave, cuando un obrero del pescado pasa los 50 años empieza a tener reuma, artrosis, problemas en las piernas. Los marineros ya la tienen, tenemos que lograr que se declare insalubre el trabajo de los que estamos en tierra.
