La compañera Acosta nos decía, el jueves 19/4, que “Estamos a días de un nuevo cambio del consejo de administración, ya que han pasado los tres años de la anterior elección. Seguimos con la producción a fasón con New San, para la que hacemos 1.000 microondas diarios. Por otro lado, mantenemos el acuerdo con Garbarino a través del Banco Santander, que nos permite una producción propia. A fines de junio estará llegando una partida para fabricar 15.000 microondas Electrolux. En los últimos tiempos han aumentado las trabas burocráticas, por lo que hay que firmar una declaración jurada que autoriza Guillermo Moreno, para poder realizar cualquier compra. Es como un nuevo despacho de importación, y recién cuando te dan la autorización vos podés pagar para que te envíen el cargamento, que en este caso viene de China.
“Esto ha hecho más complejo el circuito de varias fábricas, no sólo la nuestra. Por ejemplo en los celulares, es tan dinámico el mercado que tanto los pedidos de materias primas como las entregas de productos no se hacen por barco, sino por avión. Estas empresas fueron las primeras en despedir gente. De los 12.000 puestos en la industria electrónica que se hablaba el año pasado, se habla de una merma de casi 5.000. La mayoría de los despidos se da en fábricas de celulares, y el argumento es que tienen mucho tiempo parada a la gente hasta que se cumplen los trámites que te decía recién. Esto es un aspecto, y además están las medidas políticas que se han tomado por lo que está todo mucho más caro, y a la hora de definir si comprás un alimento o un electrodoméstico, está claro que no alcanza para las dos cosas. La inflación acá es espantosa. No sólo no conseguís algunas marcas de yerba desde hace dos meses, sino que el costo de vida es terrible. Para una familia pequeña, el gasto en comida es de 1500/1800 pesos por semana. Un litro de leche está 7,50, la carne más barata 60 pesos el kilo.
“Los compañeros están con un grado de ansiedad, porque hace un año que tenemos congelado lo que cobramos. Las medidas que se tomaron de cierre de importaciones podían hacer pensar que se tenían que producir esos componentes acá en la isla. En nuestras asambleas, que mantenemos como siempre, se discute mucho, porque por ejemplo se podría darle trabajo a nuestras 21 inyectoras, y a nuestro sistema productivo propio, para abastecer de insumos a las otras electrónicas. Esto no ocurre, porque las empresas que no fabrican componentes compensan los cupos de importación exportando productos de pesca, o uvas. No estamos de acuerdo con esta política. Nos parece bien que se cierren importaciones y se invierta en maquinaria, pero nuestra cooperativa no está en la situación del resto de la industria electrónica, que dispone de capitales, por eso estamos exigiendo decisiones políticas a nivel provincial, y estamos peleando una reunión con el secretario Moreno”.
—Después de la entrevista con la presidenta cuando visitó Ushuaia, que los derivó a la ministra de la Producción ¿qué pasó?
—No pasó nada. Hace más de veinte días que estamos con el tema de esta audiencia con Moreno. Nos vienen diciendo que nos van a recibir… Nosotros queremos plantearle eso que nos dijo la presidenta, que si no podemos competir, seamos un eslabón más de la cadena, como proveedores, que el Estado se iba a encargar de hacer lobby, pero hasta ahora cero…
Mientras tanto seguimos con lo de Sanyo y lo de Garbarino. Terminamos de entregarle 2.000 microondas y ahora vienen 15.000 en julio. Somos 140 personas en la cooperativa, trabajando 6 horas por día, y sacamos $48 la hora. Un oficial metalúrgico efectivo está en $68 la hora. Nuestros ingresos son precarios. Vamos a firmar un contrato con New San hasta diciembre, donde planteamos un aumento de salarios, pero eso está sujeto a la paritaria de la UOM. Estimamos la mano de obra sobre la base de lo que gana de convenio un trabajador especializado metalúrgico.
—¿Se mantiene lab incorporación de jóvenes?
—Sí. Se sostuvo y se ampliaron algunos puestos más. Estamos trabajando con la municipalidad de Ushuaia la firma de un convenio para la adquisición de tierras para 60 viviendas. Conseguimos que el intendente saque un decreto de excepción que permita a la Cooperativa Renacer acceder a tierras. Nos van a adjudicar un predio único, y la cooperativa se constituye en garante de un crédito para la construcción de las viviendas. Estamos muy contentos por esto. Hablamos mucho con los pibes para contarles que no siempre fue así. Ellos no pasaron por todo lo que tuvimos que hacer nosotros para que nos abran una puerta. Hoy no hace falta que dinamitemos una puerta para que nos atiendan.
Tenemos un problema con las tasas municipales, que son carísimas. El año pasado tuvimos que pagar $90.000, y este año se van a $245.000. Nosotros dijimos que no podemos pagar, porque tenemos que mantener los equipos, y la gente. Propusimos pagar el valor de los impuestos capacitando gente que acercaría el municipio, en talleres dentro de la fábrica. Vamos a enseñar Electrónica 1, Inyección del plástico, y Tornería y matricería. Después de tantos años de cortes y luchas, hoy los políticos tienen que pensar qué táctica darse con nosotros. Ni te cuento la cara de algunos cuando ven tantos pibes acá.
—Muchos de estos problemas tienen que ver con que falta una política hacia la industria y en particular con las recuperadas…
—Exactamente. Acá más que en ningún lado. Andan diciendo que llueven puestos de trabajo, y no es así. Una cantidad de jóvenes se incorporó a la producción vía el plan Empleo joven, que tira por la borda el convenio colectivo y esos pibes ganan muchísimo menos de lo que gana un efectivo. Esto con la complicidad de la dirección de la UOM. Hay compañeros en las electrónicas que llevan nueve años como contratados, y la UOM no pelea para que los efectivicen, porque cobra una multa por cada trabajador que está en esas condiciones. Multas que pueden ir de 10 mil a 50 mil pesos. Esto lo reconoció el ex ministro de Trabajo de la provincia.
—¿Qué se discute sobre la política del gobierno?
—Acá la mayoría aún no ve lo que decimos nosotros de que el gobierno ha tomado muchas de las banderas populares, y las reconvierte a conveniencia de cada uno de sus negocios. Se nota la falta de coherencia de decir que sos el nacionalizador número uno, tapando que fuiste cómplice de la política privatizadora y neoliberal. Si eran tan buenas las expropiaciones, porqué nosotros no teníamos apoyo mayoritario hace diez años, o los compañeros del Bauen, que siguen peregrinando por el tema de su expropiación.
Hemos pasado por muchos gobiernos, y los conocemos a todos. Por eso le digo a los compañeros siempre que no tengo esperanzas en estos tipos, porque sabemos que se agudiza la situación de los trabajadores. Los compañeros toman nota de la pelea del gobierno con Moyano, que fue su principal aliado. Y saben que Caló no tiene peso. A la vez, si bien hay apoyo a las expropiaciones, hay preocupación, como me decía un compañero hoy, “¿en qué irá a parar todo esto?”. La gente empieza a descreer.
—¿Cuáles son las perspectivas de la Cooperativa?
—Aunque el contexto es difícil, la situación es buena para avanzar. Queremos incorporar más compañeros. Tenemos la necesidad objetiva de no ser monoproductores de microondas. Porque el mercado no lo manejamos nosotros, y si mañana te dicen “hay sobre stock”, ¿qué hacemos? Por eso peleamos la diversificación de la producción viendo de hacer caloventores o aspiradoras. Tenemos que ver varias cuestiones, como por ejemplo que te digan que no te lo van a autorizar porque ya está el negocio de fulano con zultano para hacer aspiradoras en tal lugar.
Lo otro es la política que nos damos con el Estado, además de los convenios que estamos haciendo con el municipio. Queremos que la provincia invierta en Renacer para forjar un centro tecnológico que estudie bien la industria del componente, y esto es una pelea, porque sabemos que los intereses de esta industria los manejan los monopolios.
Hasta tenemos un proyecto en biomedicina. Creemos que podemos hacer varios insumos de los que tanto faltan en los hospitales de nuestro país. Desde ya para eso hace falta invertir, y ahí viene el aporte del Estado, sea provincial o nacional. Nosotros tenemos capacidad de hacer desde jeringas hasta, con desarrollo tecnológico, marcapasos. Por eso no hay que enchalecar a las recuperadas en un rubro específico, sino ver lo que hace falta desde el punto de vista de las necesidades populares. El debate no es ensambladora o productora, sino si estamos en condiciones de abastecer todo lo que se requiera para tener una industria nacional sólida.