Noticias

03 de October de 2010

En medio de la lucha, el sindicato de la alimentación transó un acuerdo vergonzante por presentismo; y realizó una convocatoria a elecciones de espaldas a los trabajadores.

Córdoba: bronca en la Alimentación

Hoy 1245 / Premio a la esclavitud y elecciones amañadas

En septiembre, los trabajadores de Arcor/Bagley iniciaron la movilización por aumento salarial. Desde mayo estaba pendiente una suma de $ 300 mensuales, que exigían las comisiones internas.
Si bien este año se había cerrado un acuerdo del 31%, los trabajadores midieron que fue producto de la lucha del campo y de la necesidad del gobierno de Cristina Kirchner de no seguir abriendo frentes de conflicto, pero que seguía quedando lejos de las necesidades de los compañeros.
En agosto, cuando el sentimiento era que pechando se podía abrirle la mano a los K, como hizo el campo, desde abajo se retomó la discusión por el aumento. El STIA Córdoba, con internas en la federación y mucho descontento de las bases en la provincia, inició negociaciones con Arcor/Bagley con un reclamo de $ 400 extras. Impulsaron bloqueos de plantas, y luego una movilización a las oficinas centrales de Arcor. Allí confluyeron seccionales de otras provincias y principalmente las plantas de Córdoba, donde los compañeros garantizaron la movida. La semana siguiente, sin ninguna respuesta de la patronal, se produjeron los paros de una hora por turno, con mucha decisión de los compañeros encabezados por los delegados y las comisiones internas, impidiendo que salga ni un solo kilo de producción. A la tarde la empresa estaba intimando a los delegados, y al día siguiente el Ministerio de Trabajo de K, dictaminó a favor de Arcor/Bagley la conciliación obligatoria.

El “acuerdo”
A partir de allí comenzó una larga “negociación” entre STIA y la empresa, que terminó en la firma, esta semana, de un aumento del premio por presentismo de $ 150. Cuando Arcor/Bagley, a mediados de octubre, hizo el mismo ofrecimiento, la directiva del sindicato lo consideró un “premio a la esclavitud”. Ese premio a la esclavitud fue lo que firmó esta semana, sin asambleas y sin discusión en las plantas. Eso sí: para que nadie diga que fue “inconsulto”, hicieron firmar la conformidad a los compañeros, con número de documento incluido.
En medio de las vacaciones anticipadas y las suspensiones, en medio de las amenazas de listas de retiros voluntarios, Morcillo –que en octubre se comía los chicos crudos– en noviembre (¿encuentro con Kirchner de por medio?) se olvidó que $ 150 de presentismo (hoy $ 50) es premio a la esclavitud…
Por otro lado, mientras las comisiones internas de cada planta de Córdoba garantizaba el plan de lucha, el gremio hizo el 2 de octubre una convocatoria a elecciones generales del Sindicato en un diario que ningún trabajador lee; no transparentó la convocatoria en las plantas, como ha hecho anteriormente, y armaron una junta electoral que no se sabe cómo ni cuándo fue elegida.

Las elecciones gremiales
Sabido esto, los delegados que encabezaron en las diferentes plantas la lucha por los $ 400, convocaron a unificarse para presentar una lista que dispute el Sindicato, aunque los plazos ya estuvieran vencidos. El debate alrededor de luchar para presentar lista estuvo ligado a cómo hacer para que los trabajadores no paguen la crisis. Porque el problema es que con estos dirigentes que negocian todo antes de empezar la lucha, es muy difícil lograr que la crisis la paguen los que se enriquecieron.
Generó mucho odio en los compañeros que el bloqueo de portones se hizo con los depósitos vacíos, después que la empresa había sacado la mercadería que iba a exportación esa semana.
El agrupamiento que se dio el nombre de Unión de Trabajadores, Lista Azul Nº 2, Renovación y Cambio, propagandizó su propuesta con la consigna “para devolver el gremio a sus legítimos dueños, nosotros los trabajadores; por los $ 400 ya; ni una sola suspensión o despido”. A partir de allí sobrevinieron los aprietes, al mejor estilo mafioso, a delegados, compañeros y compañeras en las plantas y fuera de ellas, amenazas de todo tipo a todo el que manifestara simpatía por la oposición, incluso a dirigentes de la CCC, hasta corrieron a compañeros con armas blancas.
Así van a las elecciones del gremio el 12/12: habiendo firmado un acuerdo que refuerza la subordinación de los compañeros a una empresa que no está en crisis, porque está sacando a exportación toda la producción típica de fin de año (pan dulces, budines, confituras, etc.) en medio del aumento del dólar y la devaluación del peso, aceptando sin chistar suspensiones y persiguiendo al mejor estilo de una dictadura a toda la oposición. Esos son los “progres” amigos de los K y de Schiaretti.