En 2017, un informe del Sedronar había dado a conocer que, en siete años, se triplicó el consumo de estupefacientes en un rango etario de los 12 a los 17 años. Ahora, un informe de la Cicad-OEA determinó que nuestro país tiene una demanda local de sustancias ilegales y bebidas alcohólicas proporcionalmente similar a la registrada en los Estados Unidos.
Al tiempo que el gobierno pretende instalar su política represiva contra los pibes pobres –agravado con una política con achiques de presupuesto, desocupación y ajuste a nuestro pueblo– con la excusa de combatir el narcotráfico, con una fuerte campaña encabezada por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, el consumo de alcohol y estupefacientes no parece retroceder.
Ya en 2017, Sedronar informaba que los jóvenes tienen mayor acceso a la marihuana y a la cocaína que en años anteriores, al igual que la subestimación de los peligros en la valoración del consumo. Ahora, el estudio de la Cicad-OEA informó que el uso de sustancias psicoadictivas, legales o prohibidas dio un salto en los últimos años, quedando nuestro país en el mayor nivel proporcional de ingesta alcohólica de la región, y se coloca casi junto con Estados Unidos en los índices más altos de consumo de cocaína.
El Estudio de OEA hoy expresa que en nuestro país el consumo de alcohol no retrocede. Asimismo, expresa que el 1,6% de la población argentina inhaló cocaína en el último año, duplicando a la estadística de Brasil.
“En la Argentina se observó un leve cambio del consumo al inicio de la serie, con 3,7% en 2008 y 3,2% en 2010; sin embargo, hacia 2017 la prevalencia del último año de consumo de marihuana registró 7,8%.
Por otro lado, la Academia Nacional de Medicina expresó su “preocupación por la problemática del alcoholismo en niños y adolescentes”. Se advirtió en los últimos siete años un crecimiento de 50% en el consumo de alcohol entre menores de 14 años, situación que llevó a los académicos a exponer la posición institucional mediante un documento en el que se solicita “el cumplimiento de las leyes vigentes relacionadas con la venta y consumo de bebidas alcohólicas.
Esta preocupación no es ajena a los movimientos sociales. Desde el movimiento Ni Un Pibe Menos por la Droga se viene denunciando la ejecución de una política que pone en el blanco a los jóvenes pobres –con la criminalización, con el gatillo fácil, con la baja de la edad de imputabilidad, con el crecimiento del narcotráfico– y la falta de presupuesto para educación, salud, programas de prevención y asistencia en adicciones. Por eso urgen medidas de emergencia, como plantea el Programa del Partido del Trabajo y del Pueblo en materia de adicciones que garanticen “la prevención, atención, acompañamiento y tratamiento con enfoque comunitario e integral del consumo problemático” y en términos de salud y educación: “asegurar educación, y salud pública de calidad. Garantizar salarios dignos a los docentes y edificios seguros. Boleto gratuito, becas y útiles a los estudiantes. Presupuesto para medicamentos gratuitos para los sectores más vulnerables. Plan nacional de salud. Defensa del hospital público. Aumento del presupuesto en ciencia y tecnología”.
Hoy N° 1771 19/06/2019