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08 de April de 2013

 Los obreros del Astillero Río Santiago, mujeres y jóvenes de la CCC, se organizan con brigadas para limpiar y desinfectar las casas, distribución de los alimentos y todo lo que se va consiguiendo, etc.

Crece la solidaridad popular ante el drama de las inundaciones

La Plata, entrevistas a brigadistas (AUDIOS)

Martín, delegado del Astillero Río Santiago

Solidaridad de clase

-¿Cómo ha sido la organización de la solidaridad con esta catástrofe?

Martín, delegado del Astillero Río Santiago

Solidaridad de clase

-¿Cómo ha sido la organización de la solidaridad con esta catástrofe?

-Algunos compañeros del Astillero sufrieron la inundación, por lo tanto, lo primero que empezamos a tratar de conocer fue la situación de ellos, de los compañeros que están peor. La solidaridad empezó primero yendo al gremio para que empiece a resolver necesidades como colchones, camas, frazadas. Eso se empezó a resolver y el lunes va a empezar lo más fuerte de la solidaridad porque hay una convocatoria para que todos los compañeros lleven elementos de limpieza, alimentos,  ropa y estamos convocando a las 16 hs. en el gremio para hacer brigadas de solidaridad en los barrios más afectados. Aunque algunos de los compañeros del Astillero ya estamos yendo a los barrios a dar una mano.

-Hubo asambleas en las secciones para organizarse?

-Sí, en algunas secciones se empezó con asambleas para conocer quiénes eran los compañeros afectados, para empezar a ir a los barrios de esos compañeros a limpiar, y para tirar distintas iniciativas e ideas que donde más fuerte se va a protagonizar desde el punto de vista de la solidaridad porque ya va a estar más resuelto lo de nuestros compañeros. Algunas de las iniciativas que surgieron en las asambleas de sección fueron la de donar todo un día de comedor y llevar las 3.600 viandas a los centros de evacuados donde está viviendo la gente que perdió todo.

-¿Cuántos compañeros del Astillero, calculás vos que están afectados directamente?

-No tengo la precisión, todavía hay compañeros que no han vuelto al Astillero incomunicados. Del sector de soldadura, que somos 400, tenemos 17 compañeros afectados. Y es más o menos parecido en el resto de las secciones, el porcentaje. Pero ahora estuvimos yendo a las casas de algunos y nos enteramos de que todavía no les había bajado el agua. Así que ese porcentaje va a ir creciendo.

-La valoración de la catástrofe es muy grande, no?

-Sí, a su vez, la mayor población del astillero vive en Berisso y Ensenada, que no fue tan afectado por la lluvia. Ahora está drenando el agua para Berisso y Ensenada, pero los compañeros que viven en La Plata son los más perjudicados.

-En relación a la continuidad, cuáles son las ideas que surgen entre los compañeros?

-Las distintas líneas con la solidaridad que se impulsa es si va a ser asistencialismo con los punteros o si se va a hacer una solidaridad de masas. La nuestra es hacer una solidaridad activa y de clase, ir a la casa de nuestros compañeros, ir a las casas de todo el pueblo, ayudar en lo que se pueda y a la vez empezar a organizar a la gente, no solamente para las brigadas y que protagonice la ayuda, sino además para que empiece a reclamar que los que verdaderamente tienen que hacerse cargo de esto hagan lo que tienen que hacer, que aparezcan y dejen de darle la espalda a la gente.

-Nosotros estamos haciendo este reportaje en una casa que ha sido inundada en la zona de Los Hornos, hay una cantidad importante de compañeros del Astillero que están haciendo trabajo solidario en los barrios.

-Son compañeros que militan con nosotros, que nos dan una mano, algunos son delegados, otros de sección. Les dijimos que este fin de semana íbamos a estar dando  una mano en los barrios, sin tirar rostro por las cámaras como hacen los políticos, sin clavarnos la remerita de ningún partido pero con  la solidaridad de clase que tenemos todos los trabajadores.

 

Valentina de la CCC

Experiencia en la casa de una compañera afectada por el temporal

El corresponsal de hoy conversó con Valentina, afectada por la inundación, que vive junto a su madre, docente jubilada, a quienes un grupo de compañeros, incluida una delegación del ARS, organizó un centro de solidaridad con comida y donaciones.

-¿Cómo empezó todo?

-Acá en el barrio, nosotros fuimos viendo despacito cómo iba subiendo el agua y tuvimos la suerte de poder levantar los muebles y los papeles, y cosas importantes. El agua cuando quisimos acordar nos llegaba a la rodilla. La casa de mi mamá está en el terreno de adelante y nosotros estamos al fondo, tuvimos que cruzarnos sin saber qué pisábamos ni cómo venía. Intentamos irnos en un momento pero el agua en la calle nos llegó a la cintura y la correntada era terrible, así que nos volvimos. Por suerte paró de llover después y bajó bastante rápido. Pero cuando salimos a la mañana nos encontramos con que había sido devastador acá en el barrio. Las calles perpendiculares, la corriente había pasado y había tapado las casas, se había llevado por lo menos la parte superior de las puertas y había destrozado todo.

-¿Hay víctimas acá en el barrio?

-Yo personalmente no sé, pero  la gente comenta en las casas que están del otro lado del arroyo que sí, que han visto que se ha llevado gente. Pero no se sabe nada, hay  mucha desorientación. La gente dice: yo vi una cosa, yo vi otra. Lo que hay sí es un desánimo, algo increíble. Y aparte no sabe qué hacer ni por dónde empezar. Por suerte hay gente que no lo ha sufrido tanto e inmediatamente se prestó para ayudar. Acá en casa justamente estamos preparando comida, ayudando a los vecinos en lo que se pueda porque las cantidades que uno puede hacer no alcanza a cubrir a la cantidad de gente que está afectada.

-Hicieron una cantidad importante de viandas en estos días, no?

-Sí, acá igual la necesidad es tan grande que no se puede cubrir directamente.

-Tu casa, luego que los compañeros te ayudaran a limpiar, se convirtió en un centro de solidaridad con todos los vecinos.

-Sí, incluso le han acercado a los vecinos porque los vecinos no tienen como acercarse a los lugares, así que todos los muchachos y las chicas que han venido, la verdad que se portaron bárbaro, porque la gente no sabe cómo hacer, no tiene más fuerza y que les alcancen las cosas hasta la casa también es importantísimo.

-Lo que veo es que no hay ningún cartel ni propaganda, sabemos qué somos, quiénes somos pero lo que se está haciendo es con la participación de los vecinos, ¿verdad?

-Sí, sí. La gente ve que hay gente solidaria, que simplemente quiere ayudar, listo, toma la ayuda esa. En otros lugares han querido hacer uso de la situación entonces surgen disturbios y peleas y cosas así. 

 

Reportaje al compañero “Vasco” de la JCCC

La lucha en Melchor Romero

“La lucha arrancó el día miércoles, posterior a la tormenta, a la lluvia, la mayoría de las casas habían sufrido las consecuencias con el agua, con 15 o 20 centímetros. Y muchos compañeros, en sus casillas, entró el agua y perdieron sus ropas, sus colchones. En una situación muy desesperante, ese mismo día convocamos a asamblea, y se decidió cortar una de las avenidas que rodea al barrio, que es la calle 520. Alrededor de 150 compañeros, donde reclamábamos al municipio las cuestiones elementales, las urgencias: colchones, mercaderías, frazadas, membranas, para que la próxima vez que vuelva a llover no se mojen los colchones. Los techos de las casillas fueron dañados.

“El primer día no recibimos respuesta, solo promesas, lo que llevó que al día posterior, el día jueves, alrededor de 300 vecinos volvimos a cortar el acceso. Los vecinos pudimos ganar colchones, frazadas, y la mayoría de las cuestiones que fuimos solicitando. Eso generó primero gran alegría en la gente, pese a la situación difícil que le toca atravesar a un pueblo que se ha agravado con la lluvia. Un barrio muy humilde, de casillas, donde la crisis viene golpeando muy fuerte y lo de las inundaciones potenció y agravó esa situación.

“Conseguimos la mayoría de las cosas que solicitamos en la urgencia pero están pendientes obras que son a mediano plazo: obras para que el barrio no vuelva a inundarse, como el entubamiento de las zanjas que rodean el barrio, la reparación de las calles que llevan los desagotes al interior de las casas. Eso es lo que ha quedado pendiente y bienes materiales como colchones que todavía que no alcanzaron a todos los vecinos.

“También el barrio ha recibido, producto de la solidaridad enorme del pueblo camiones de donaciones: mercadería y ropa que durante el día de ayer estuvimos repartiendo de forma equitativa para todos los vecinos.

“Las donaciones, principalmente, son las que recibimos de los compañeros de la CEPA y la CCC, organizados en el centro de donaciones que hemos puesto en el Centro de Estudiantes de Ingeniería. Y desde acá han salido varios camiones  que la gente del barrio ha recibido muy gratamente.”