América Latina atraviesa por la mayor ola de protestas en años, en momentos en que la desaceleración de la economía choca con una población que resiste se descarguen sobre ella la crisis y los ajustes, sea con políticas monetarias ortodoxas, como en la mayoría de los países, o con políticas inflacionarias, como en Venezuela y Argentina.
América Latina atraviesa por la mayor ola de protestas en años, en momentos en que la desaceleración de la economía choca con una población que resiste se descarguen sobre ella la crisis y los ajustes, sea con políticas monetarias ortodoxas, como en la mayoría de los países, o con políticas inflacionarias, como en Venezuela y Argentina.
En la semana que pasó, decenas de personas resultaron heridas y fueron arrestadas en Brasil, cuando miles de manifestantes salieron a las calles el Día de la Independencia en una continuación de las protestas que sacudieron al país en junio. Asimismo, decenas de miles de personas marcharon por las calles de Ciudad de México para protestar contra los planes del gobierno de reformar la educación pública y el sector energético.
Las manifestaciones en general arrancan por distintos temas puntuales, desde una subida de las tarifas de autobús en Brasil al libre comercio en Colombia, o el ajuste inflacionario en la Argentina, transformándose en muchos casos en grandes demostraciones de rechazo a los gobiernos por parte de amplios sectores sociales.
(Notas sobre Colombia, Chile, Ecuador y Paraguay, en páginas 14 y 15).
