En su discurso del 7 de febrero, la presidenta Cristina Fernández volvió a deslegitimar la heroica acción de nuestros soldados, aviadores y marinos en la defensa de nuestras islas en 1982, y el despertar patriótico y antiimperialista de nuestro pueblo que ganó las calles por millones (y que la dictadura ya no podría acallar), utilizando para ello los dichos del “Coronel –integrante del Cemida– José Luís García”, que “el plan original era este de un grupo de hombres: izar el pabellón nacional, tomar y luego retirarse, pero precisamente hechos que se produjeron en la sociedad y fundamentalmente –lo decía hoy el Coronel en su reportaje– los medios de comunicación (¡!) que convirtieron enseguida como causa masiva esto y con la frase, que muchos de ustedes recordaran de: ‘ya ganamos’ vio o nació en la dictadura la idea de que podía ser entonces una cuestión para quedarse in eternum”. Sentenciando, luego: “En realidad creo que ningún acto de la dictadura militar puede ser revalorizado ni relegitimado por el apoyo que puede haber tenido circunstancialmente y manipulado por algunos (¿?) habitantes”.
Por si la extracción de las tiroides le produjo amnesia, le recordamos a la señora Presidenta que entre esos “algunos”, que fuimos millones (basta ver las fotos de esas jornadas), estuvo también Néstor Kirchner.
Y a Morales Solá le decimos que ahora puede agregar a su reivindicación “en solitario” de Raúl Alfonsín, a Cristina Fernández, quien en su discurso agregó: “Esta Presidenta (¿ya era?) no fue a la plaza de su pueblo, en Río Gallegos, el 2 de mayo (¿?), cuando sí fueron muchos habitantes de mi ciudad; si estuve en esta Plaza de Mayo el 14 de junio, accidentalmente estaba en Buenos Aires y concurrí, junto a miles de argentinos a expresar nuestro repudio por lo que pasaba”.
¿Lo traicionó el subconsciente?
Calzándose un saco que le queda grande, el ministro de Defensa Arturo Puricelli sostuvo en una entrevista posterior al discurso de la Presidenta: “Los toleramos en Malvinas. Pero si llega a venir al territorio argentino cualquier fuerza armada inglesa, no tenga la menor duda que nosotros vamos a ejercer nuestro legítimo derecho de defensa, y tenemos capacidades y con qué hacerlo”. Más allá de la bravuconada parece que el Ministro no considera a las Malvinas como parte del territorio argentino. ¿Hasta tanto le llegó la desmalvinización?
