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03 de May de 2017

Cuadernos del Progreso (1)

Crónicas proletarias - 265

 El Partido Socialista Internacional, a partir de 1920 Partido Comunista, publicó entre 1919 y 1921 una revista quincenal llamada Documentos del Progreso. En la misma, los editores escribían en el primer número “El progreso se hace, ora con ritmo lento, ora con ritmo acelerado. En la actualidad la grande y horrible guerra ha como escindido la historia en dos secciones y la humanidad libre ya de trabas que dificultaban su rápido avance, parece haber iniciado una era de progresos vertiginoso”.
Más allá de las dudas que se manifiestan en el “parece”, y que son una muestra de las confusas ideas que tenían sobre el marxismo y la revolución bolchevique, esta revista encaró una obra importantísima, al poner al servicio de los lectores una gran variedad de artículos de la Rusia soviética, de la Tercera Internacional, de otros partidos comunistas y de notables intelectuales y políticos de la época que apoyaban el proceso revolucionario. Así lo decían los directores: “Nadie puede negarlo, en la vieja Europa se está gestando un nuevo mundo, un mundo más bello, más armonioso, y más justo que el anterior al de la guerra, un mundo en el desaparecerán las carnicerías fratricidas y la bestial explotación del hombre por el hombre”. Y proseguían afirmando que en la revista publicarían todos los documentos “de los gobiernos proletarios, proclamas, manifiestos, escritos de periodistas y de observadores imparciales”, además de las publicaciones de “eminentes escritores, artistas y hombres de ciencia”. 
Así, los lectores de nuestro país tuvieron acceso a innumerables textos de Lenin, de Trotsky (que aún formaba parte de la dirección bolchevique), al manifiesto completo de la fundación de la Tercera Internacional, así como gran cantidad de artículos periodísticos que analizaban los múltiples aspectos de la construcción de la dictadura del proletariado en Rusia: desde el desarrollo de los sóviets hasta los primeros pasos en la economía, educación, la cultura, los derechos de la mujer. Además, textos de Máximo Gorki, Roman Rolland, Henri Barbusse, Anatole France, entre otros grandes intelectuales de la época. Se percibe en la lectura de los Documentos del Progreso la extraordinaria obra en la construcción del socialismo, y el marcado optimismo en el advenimiento de un mundo nuevo que expresaba Gorki en su Manifiesto al espacio publicado en el primer número en el que afirmó: “Hombre camina… No te vuelvas ni siquiera para escupir con desprecio esas almas viles… Camina para erigir el templo de la Justicia, de la Libertad y de la Verdad ¡Camina, compañero!”.