“Si algo demostró el Mayo francés fue la bancarrota del revisionismo y si algo confirmó, es que la existencia de un fuerte partido político de vanguardia del proletariado, estrechamente vinculado a las masas, es condición de triunfo en una situación revolucionaria”.
Jorge Rocha, Reportaje en el semanario hoy No. 714.
“Mayo del 68… Un inmenso fracaso”. ”Auge y caída de una utopía”. “Los jóvenes del 68 fueron los cornudos de la historia”
Títulos de la revista La Nación del 6 al 12 de mayo de 2018.
Sobre todos los hechos que marcan la historia de la humanidad, las clases dominantes tratan de ignorarlos y si no pueden, utilizarlos para sus intereses reaccionarios. Cuanto más reaccionarios son esos intereses, se necesitará tergiversar en mayor medida los hechos objetivos. Porque son debates del pasado que viven en el presente.
El mayo francés fue un gran levantamiento obrero-estudiantil, protagonizado por millones, que se alzaron en lucha abierta contra las consecuencias nefastas de los años de posguerra (la Quinta República Francesa) en lo económico, en lo social, y en lo ideológico.
La Quinta República está sintetizada en la mítica figura del General Charles de Gaulle. Que tenía el prestigio de haber sido uno de los pocos representantes de la burguesía francesa que se opuso y combatió a la invasión nazi a Francia. Donde el pueblo, junto a los guerrilleros comunistas, regó de sangre la primera trinchera de la Resistencia armada.
Pero ahora tenía que pagar el costo de la explotación obrera impuesta para la “reconstrucción” de la burguesía francesa. Y sobre todo pagar el costo de los crímenes de sus fuerzas armadas para tratar inútilmente de mantener las colonias francesas en África y Asia. La Guerra de Argelia, sus asesinatos, torturas y horrores y sobre todo el triunfo de su pueblo, así como la derrota vergonzosa del ejército colonialista francés en Diem Ben Phu (Vietnam) son una de las causas más profundas del estallido.
En 1961 una manifestación pacífica de argelinos en París, es reprimida a costa de 200 muertos, cuyos cadáveres son arrojados al río Sena. En 1963 una huelga salvaje de mineros. Luego otra de Renault, van marcando los tiempos.
La oposición, que salvo honrosas excepciones, acompañó la “reconstrucción” y las guerras coloniales, no podía comprender la profundidad del estallido. Particularmente nefasto fue el papel del Partido Comunista Francés, ya totalmente sometido al socialimperialismo ruso.
Sus posiciones frente al Mayo Francés, su silencio cómplice contra los crímenes coloniales y su apoyo a la invasión rusa a Checoeslovaquia, enterraron para siempre sus antecedentes gloriosos y lo llevaron hasta casi la extinción.
No se puede entender sino que un incidente menor, de una Universidad menor (la de Nanterre): la prohibición que las estudiantes pudieran entrar en las habitaciones destinadas a los estudiantes, terminara en semejante levantamiento.
Se ocupa la Universidad de Nanterre y se repudia al ministro de Educación. El gobierno la cierra. El conflicto estalla entonces en La Sorbona (el “monstruo” de la cultura francesa y universal) y todo el Barrio Latino de París es ocupado por los estudiantes, profesores, intelectuales y el pueblo.
El 10 de mayo es la noche de las barricadas. La policía brutal de De Gaulle, los temidos CRS, atacan a 30.000 jóvenes. 800 heridos y 400 detenidos.
Los estudiantes que ya han constituido organizaciones para el combate, debido a la traición de la Unión Nacional de Estudiantes de Francia (UNEF) dirigida por el partido Comunista Francés, marchan a las fábricas.
Fábricas donde ya se han producido mitines, a pesar de la actitud de los dirigentes de la CGT francesa, también dirigida por el PCF. Sin embargo, en asambleas masivas se levantan pliegos de reivindicaciones económicas y políticas contra el gobierno y la represión.
Y el 13 de mayo estalla una huelga general, jamás vista en Francia. Paran 9.000.000 de obreros con ocupación de fábricas (con los directivos como rehenes) y se paralizan los servicios esenciales.
El 23 de mayo, 200.000 campesinos marchan por París contra el gobierno.
Tiembla el gobierno y la burguesía, De Gaulle viaja a Alemania a pedir ayuda y entrevistarse con el jefe del Ejército francés (gran carnicero de Argelia) para sacarlo a la calle a reprimir.
Los partidos de la oposición socialdemócrata y comunista negocian con De Gaulle. Se disuelve la Asamblea Nacional y se llama a elecciones para el 23 de Junio, para frenar el estallido.
La CGT firma los acuerdos de Grenelle, obteniendo algunos aumentos salariales, a cambio de manifestarse abiertamente contra las huelgas y ocupaciones. Y sobre todo contra la unidad con los estudiantes y resto del pueblo. A los que llama “provocadores pequeño burgueses”.
De Gaulle y toda la burguesía empujan una manifestación derechista el 24 de Mayo. Son disueltas las organizaciones revolucionarias y marxistas-leninistas y se expulsa a los extranjeros detenidos. Sobre la base de estos acuerdos, el gobierno empuja una contraofensiva brutal. En el desalojo de la fábrica Renault, a la madrugada, muere un estudiante secundario. En la Peugeot son asesinados dos trabajadores por la represión policial. La CGT se ve obligada a un paro de una hora por los asesinatos.
Las elecciones significan un golpe para los socialdemócratas y el PCF. De Gaulle consigue ganar, pero está herido de muerte y un año después es obligado a renunciar, terminando su carrera política y arrastrando con él a la 5ª República. Ya nada será como antes.
Las repercusiones del Mayo Francés fueron muy grandes en el terreno político, social e ideológico. Se multiplicó la radicalización de grandes masas obreras, juveniles, católicas (abate Pierre), abrió cauces inéditos en la lucha contra la opresión de género, en las manifestaciones artísticas, etc.
A partir de la lucha y la simpatía por el maoísmo de protagonistas de la talla de Jean Paul Sartre, reaccionando contra el revisionismo del PCF, crecerá una nueva izquierda que protagonizará grandes acontecimientos en los años posteriores.
En nuestro país será uno de los tantos hechos que ayudaron al creciente combate y radicalización de las masas que explotará en el gran levantamiento de los 60 y 70. En los Cordobazos, los Rosariazos, etc.
Desde el recientemente fundado PCR de la Argentina, que buscaba resolver en Argentina un cauce revolucionario, buscamos estudiar y aprender del Mayo Francés. Conocíamos el clima y los debates previos por la participación de la FUA y su presidente Jorge Rocha en las reuniones de la Unión Internacional de Estudiantes (UIE). Rocha estuvo en Francia poco tiempo antes.
Nuestra adhesión fue inmediata. Nuestras conclusiones, totalmente válidas hoy, están resumidas en un reportaje publicado en el hoy 714 del 10 de junio de 1998.
Mientras se desarrollaba el Mayo Francés, protagonizábamos desde la Federación Universitaria Argentina que dirigíamos, la conmemoración del 50 aniversario de la Reforma Universitaria, organizando el primer gran paro nacional universitario contra la dictadura de Onganía, que convocó la adhesión de otros sectores populares.
En Rosario, los actos fueron autorizados con valentía por jueces como Juan Carlos Gardella, que fueron golpeados por la policía y cesanteados por la dictadura, creando una crisis judicial y política.
Los reaccionarios no pudieron sepultar el Mayo Francés. Los que debieron encabezar las luchas de los obreros, los estudiantes y el pueblo francés y las traicionaron, inventaron mil teorías para ocultar su cobardía.
Pero para todos los pueblos del mundo el Mayo Francés, como inmediatamente el levantamiento de los estudiantes mejicanos aplastado por la Masacre de la Plaza de Tlatelolco (con cientos de asesinados) y en el mismo año 1968, “la marcha de los cien mil” contra la dictadura en Brasil, son las necesarias batallas que la clase obrera, los estudiantes, los pueblos libran contra todos los reaccionarios, por la vida, por el progreso, por una sociedad sin explotadores, ni explotados. Por eso nuestro recuerdo y nuestro homenaje.
Hoy N° 1717 16/05/2018
Luis Molinas
