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04 de December de 2013

En los últimos días se llenaron las páginas de los diarios, las trasmisiones radiales y televisivas, acerca de los “sucesos” en VGG y también en la zona sur de la ciudad de Rosario.

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En todos ellos se apelaba a que eran bandas de delincuentes, presumiblemente narcos y algunos aventuraban internas policiales contra la provincia. La pregunta qué nadie se hizo ¿esto es así? ¿Realmente todo se reduce a un accionar delictivo, que realmente lo hay? ¿Será cierto que desde hacía varios días, las banditas de narcos, estaban preparando esto?, ¿o deberíamos indagar más profundamente en qué pasó en los últimos diez años en VGG y las barriadas rosarinas? Otra cuestión. Qué casualidad que en todos los hechos intervienen jóvenes adolescentes.
Cuando nos internamos en la profundidad de los barrios, comenzamos a ver la falta de perspectivas de los chicos. Una enorme mayoría que en muchos casos ni siquiera terminan la escuela primaria. Son tercera generación de padres que si no son desocupados, han obtenido un empleo en negro, o los “cooperativizan”, eufemismo con el cual se quiere tapar la desocupación. Ya de muy temprana edad “cirujean” y en la medida que van creciendo, al no tener un horizonte en cuanto a estudio y/o trabajo, se convierten en presa fácil de las bandas narcos y la corruptela policial asociada a éstas. En estos días se arriesgan cifras verdaderamente escalofriantes: se dice que hay 7.000 jóvenes con “sueldos” en los diferentes bunkers. Y quien los contrata percibe una suma de $8.000. Un pingüe negocio a costa del hambre y la miseria de cientos de jóvenes. La CCC hizo pública su oposición a los saqueos, llamando a la unidad para la lucha.
Ante esto, ¿cuál es la reacción del estado provincial, municipal y nacional? Garrotes y cárcel. Las expresiones del gobernador Bonfati son elocuentes: “es sólo delincuencia y se va a usar toda la fuerza represiva”. ¿De esa manera piensan resolver el grave problema? Ya se puso en marcha un operativo para sacar la Gendarmería a la calle y hay un plan con 500 gendarmes para patrullar. Creemos que éstos vienen para quedarse y tratar de ejercer el control de los casi seguros desbordes sociales, que sin dudas se van a producir como consecuencia de los ajustazos, que ya han sido anunciado por Capitanich, es decir Cristina.
Mientras tanto no hay planes de contención de ninguna naturaleza. Enumeremos: Las condiciones de la escuela pública son deplorables. Se está terminando el año escolar y hay escuelas que no han sido inauguradas. Salones que se caen a pedazos, docentes que hacen verdaderas piruetas para contener, tratar de dar clases y alimentar a los alumnos -en esto codo a codo con los porteros-. Las cooperadoras en muchos casos reemplazan las tareas del Estado. Hay que remarcar que en VGG hay un solo Emmpa y 400 chicos en lista de espera. 
 
Organizarse por barrio y por manzana
El tema de la droga es tomado por los funcionarios como simples relatores de los acontecimientos. Pero no hay en la provincia ni presupuesto ni una sola granja de recuperación para adictos que sea de uso gratuito para las familias carenciadas, que es donde más estrago está haciendo este flagelo. Tampoco existen planes concretos de contención de los cientos de jóvenes que si no cayeron, están a punto de hacerlo en el consumismo. Cuando hablamos de planes remarcamos que deben ir acompañados de presupuestos para llevar a cabo los mismos. Para colmo esta semana se conoció que en el nuevo presupuesto de la provincia, cada senador contará con la friolera de $3.600.000 para repartir subsidios. Demás está decir que esa plata irá a parar a los “amigos” y muy poca llegará a clubes barriales, o de pueblo que muchas veces trabajan en una obra de contención importantísima.
Cada municipio tiene planes nacionales vinculados a empresas de las zonas, con los cuales se pueden capacitar jóvenes con vistas a incorporarlos definitivamente. Pero los mismos son manejados en forma mezquina y con amiguismo político. 
La única forma de poder hacer frente a esta situación es la organización por barrio, y en ellos por manzana, que tome en sus manos el problema. En esto las madres tienen un papel fundamental, ya que sufren en forma directa este flagelo. Además son las que contienen, no sólo el problema de la droga, sino las que tienen que administrar la miseria de sus hogares. Por ello es necesario iniciar una campaña para que se quite el IVA a los precios de los alimentos y con ello dejar de lado una desigualdad manifiesta. 
Hay que exigir al Estado provincial y nacional, granjas de contención para los chicos que han caído en la drogadicción. Que las asociaciones vecinales y organizaciones sociales soliciten predios que se transformen en campos de deportes y recreación para los jóvenes y así alejarlos de las esquinas y del porrón, vía por la cual entran a la droga. Y por sobre todas las cosas, la creación de más Emmpas, que posibiliten que los jóvenes terminen sus estudios y escuelas de capacitación laboral.