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29 de May de 2015

Con rindes similares a los del Nilo y tentadoramente cercana a los centros de consumo y a los puertos de exportación, la región del Delta del Paraná ha tentado a la oligarquía y al imperialismo para la realización de lucrativos negocios en detrimento de los auténticos pobladores, a quienes han tendido a expulsar. Este trabajo rescata el valor histórico y actual de la región, de cara a una política que sirva a los intereses de nuestro pueblo y nuestra nación.

Delta del Paraná, objetivo del capital financiero y de los negocios inmobiliarios

El Delta del Paraná es uno solo
Geográficamente, por la naturaleza del régimen de los ríos, por su clima, suelo y sus vías de comunicación, el Delta es una sola región, si bien dividido en tres jurisdicciones provinciales. (Recopilación de trabajos de Sandor Mikler, 1983)
 

El Delta del Paraná es uno solo
Geográficamente, por la naturaleza del régimen de los ríos, por su clima, suelo y sus vías de comunicación, el Delta es una sola región, si bien dividido en tres jurisdicciones provinciales. (Recopilación de trabajos de Sandor Mikler, 1983)
 
La Región
 
El delta del Paraná, el gran padre de las aguas de nuestros guaraníes, se asienta sobre lo que fuera un lecho marino,  y su formación data de no más de 5.000 años, con un constante crecimiento. Empieza en las barrancas de Diamante, frente a Rosario y se extiende hasta casi la Capital Federal, con cerca de 300 km y anchos variables que pasan de los 60 km de Rosario Victoria a poco más de 80 km sobre el Río de la Plata. Su escasa edad geológica es un indicador de su fragilidad.1  
Son en total 1.700.000 has que se meten como una cuña en la zona más poblada del país, y que se encuentran rodeadas, en lo agrícola por la zona núcleo hacia Buenos Aires y Santa Fe y por zonas de cualidades similares en Entre Ríos. Son estos los  lugares de la mayor producción agropecuaria, hoy sojera y transgénica del país. 
La región que hoy es entrerriana, tenía una línea que se traza desde la desembocadura del Ñancay en el Uruguay a la localidad de Ibicuy, donde se encontraba la estancia San Isidro, denominada línea del Ibicuy, que delimitaba por el sur  las propiedades de Urquiza.  Todo el que se acercaba era pasible de ser maltratado por los capitanejos que tenían sus puestos y alguna rueda de carro donde ataban a los desdichados para que sepan de quien era el lugar, y si  se les antojaba, los dejaban morir. 
 
Población
 
Por el lado bonaerense,  aparte de la conocida historia del gusto de Sarmiento por el Delta, la población se desarrolló rápidamente con motivo de la epidemia de fiebre amarilla en Buenos Aires.  Los que podían, se iban a vivir con sus familias al Delta, cruzando el Río Luján y poniendo esa barrera natural al avance de la epidemia. 
Con el inicio, desarrollo y finalización de la Gran Guerra, en 1914, se produce un importante  fenómeno de inmigración muy particular,  ya que llegan al Delta en busca de tierras que podían comprar por lo baratas, personas de las más variadas nacionalidades europeas,  y dotados de los más variados oficios, base para el notable desarrollo que adquiere la región  a partir de los años 30 del siglo XX. 
Exterminados los aborígenes por los españoles  y con los últimos guaraníes recluidos en Cayastá, con pocos criollos habitando la zona, los inmigrantes pasan a ser mayoría en la población.  Españoles, alemanes, suecos, italianos, dinamarqueses, portugueses, suizos, franceses, checoeslovacos, húngaros, ingleses, luxemburgueses, portugueses, austríacos, ucranianos y hasta griegos se afincan en el Delta. Uruguayos, brasileños, paraguayos y bolivianos, también encontraron un lugar en el enorme Delta del Paraná. Es interesante señalar que en tiempos de nuestra Independencia, eran uruguayos -y cuando ocupan la zona los mamelucos, brasileños, desde Nueva Palmira- los que daban las autorizaciones para explotación del Delta, extrayendo monte blanco para hacer carbón. 
 
Los negocios ayer
 
No es novedoso que esta región es del mayor interés de los "especialistas" en negocios y negociados inmobiliarios y especulativos.  En tiempos de Lanusse, luego de una disputa judicial entre Buenos Aires y Entre Ríos, saldada con un fallo a favor de Entre Ríos, el gobernador militar de los ´70 Fabre entregó las Islas Lechiguanas a Lechiguanas SA, sucursal del King Ranch, para hacer en esas más de 35.000 has. uno de los mayores negocios inmobiliarios de la época, con un dique gigantesco y con pruebas que mostraban la alta productividad de esas tierras aluvionales. Con rindes similares a los del Nilo y tentadoramente cercanas a los centros de consumo y a los puertos de exportación.  Un rasgo particular y preocupante en el sentido de nuestra soberanía fue  que la maquinaria que se trajo de EEUU fue desembarcada directamente en las mismas Islas Había máquinas de 80 ton de peso y en conjunto  tenían más capacidad de mover  tierra que las usadas en el Chocón Cerros Colorados. 
Con el fracaso del experimento -que fue destruido por la enorme creciente del año 1983- y las dificultades del país, se fue postergando el interés directo, hasta que el desplazamiento de la ganadería por la sojización encontró en el Delta un lugar para su producción, arrendando caro las tierras núcleo  -como por ejemplo en la zona de San Pedro- y haciendo ganadería en tierras de las islas que se sitúan en la orilla de enfrente.  
Aquel fracaso  no impidió que  representantes del capital financiero como Pedro Pou, Escasany, Roque Fernández,y  más recientemente Broda, Gualtieri  y otros, compraran por monedas -o se apropiaran con maniobras de amigos-  gigantescas extensiones de hasta  50.000 has. con un claro sentido especulativo, esperando lo que hace unos años llegó.
 
Los negocios hoy
 
 La producción genéticamente modificada ancla fundamentalmente en zonas de humedales, por la necesidad de agua que tiene. Y esa "cuña" que es el Delta del Paraná, inserta entre Entre Ríos, Buenos Aires y Santa Fe  -una zona tan conveniente- no podía quedar fuera del negocio, siendo como es, un enorme humedal.   Con gigantescos diques que no respetan nada, ni vecinos, ni cauces ni lógica alguna, complementados por rutas mal hechas para la región, sin trasparencia hidráulica, los negocios avasallan creando condiciones insostenibles para los pobladores, a la vez que son fuente de financiamiento de los políticos cómplices e impulsores de esta forma de "producción"  para imponer "democráticamente" su prepotencia imperialista y especuladora.  
Nuevamente fue la Provincia de Entre Ríos la que tuvo una iniciativa para explotar las islas del Delta mediante la que fuera denominada "Ley de Arroz del Delta entrerriano".  El redactor del engendro, estimaba que se podían entregar alrededor de 200.000 has para la producción de arroz, mediante el mecanismo de concesión por 99 años previsto en la ley, ya que no se pueden vender.  Es una de las leyes que más rápidamente se aprobó y que más rápidamente fue anulada (duró un mes), por la firme oposición de distintos sectores de la sociedad, ambientales, entidades del Delta y por las groseras contradicciones que significaba con otras jurisdicciones, como la de Santa Fe, que presentó un recurso ante esta aberración. 
¿Como es el “negocito”?.  En el Delta, donde hace 30 años la tierra no valía nada,  ahora, se pagan cifras como 1.000 dólares la ha. o más, comprando en superficies enormes de 5.000, 1.500 has. los últimos negocios. Si se traza un eje imaginario sobre  la costa bonaerense y santafecina del Paraná se paga un 10% de lo que vale la tierra a 30, 40 km al otro lado de ese eje.  Así, queda un margen impresionante  de miles de dólares por hectárea para hacer movimientos de tierra.  De ese modo, una superficie de 5.000 has para tomar como ejemplo uno de los diques más grandes y que tapa tres cauces se cierra con un dique de alrededor de 30.000 mts. de perímetro, o sea, 6 metros lineales por hectárea.  Si se pretende hacer un dique sobre una superficie de 100 has., por ejemplo, el perímetro es de alrededor de 5.000 mts.  o sea, 50 metros lineales por hectárea.  Esa es la razón por la cual, sin importar consecuencias, se hacen diques monstruosos.  En el ejemplo, el costo es de  7 veces más por ha. para las 100 has. Tomando los valores del trabajo, podemos estimar en 180 dólares la hectárea de costo por hacer el dique.. En el caso de las 5.000 hectáreas, aunque incorporáramos a estos costos las obras de mejoras, caños de desagüe, bombeo, caminos internos, divisiones y estimamos el doble, 360 dólares, tendríamos un costo final de 1.360 dólares la ha con una productividad potencial que puede ser muy próxima  a la de lo zona núcleo. Claro que hay que tener  los 5 millones de dólares para la tierra y el millón para las obras.
El otro gran negocio inmobiliario es el denominado de los "barrios náuticos", estilo Nordelta.  El ejemplo  a mano de Buenos Aires es Colony Park, esa barbarie hecha en la Sección 1° de Islas perteneciente al partido de Tigre, que expulsó a los isleños residentes,  hizo transformaciones brutales y está paralizado por acciones judiciales y una aceptación a regañadientes del municipio de Tigre.  A su vez, es el municipio de Tigre el primer estado con jurisdicción en el Delta que dicta normas específicas para su región insular. Normas controvertidas, pero que son un avance en  el camino de frenar la ley de la selva, con principios como insularidad (comunicación a tierra solo por navegación) y trasparencia hidráulica (no admisión de obstáculos para el desplazamiento del agua) que son acordados por los isleños.  Por otro lado,  Nordelta, al haber ocupado los esteros junto al río, es el responsable del agravamiento de las inundaciones de los barrios humildes  cuando las lluvias no tienen la facilidad de drenaje de antaño.  
Esto, que es historia actual, de pocos años, se ha extendido abarcando todo el Delta: tierras baratas, acceso náutico, y proximidad con las grandes ciudades, comunicados por vías rápidas de acceso.  Últimamente, la increíble inundación de Luján y otros partidos bonaerenses, tienen el sello de las obras, barrios privados y otros, que ocupan el valle de inundación y agravan todas las secuelas de las grandes lluvias. 
 
Apropiándose del dinero de otros
 
Hace dos años fue conocido un proyecto elaborado, según sus mentores, para mejorar la salida de las aguas en caso de inundación.  Se trata del dragado de la parte final del arroyo Sagastume Grande. Cuando se pidieron explicaciones, se pudo verificar que además de perjudicar a los vecinos, ya que la profundización del cauce que iban a "limpiar", implicaba el seguro derrumbe de las costas y posiblemente hasta de sus viviendas. Era, en realidad, una argucia para que un barrio náutico, el Barrio Náutico Sagastume, tuviera una importante cantidad de tierra para el relleno de sus lotes,  pagos por el estado, ya que, generosamente, ofrecieron su propiedad para que se descargue el material del refulado.2  El "importante proyecto" involucraba, para lubricar su desarrollo, a una vecina con un alto cargo político local, que también  ofreció su campo.  El barrio náutico  en cuestión es el campo  El Guasuncho. Fue propiedad de don Rogelio Frigerio y hoy lo regentea su homónimo, Rogelio Frigerio (a) “Rogelito”,  designado por Macri presidente del Banco de la Ciudad de Buenos Aires.  Otro individuo ligado al capital financiero. Pese a las críticas hechas  por distintos medios y entidades y hasta de modo personal en una reunión en Ceibas y a la evidencia que el Director de Hidráulica, Ing. Fontana, no podía explicar cómo mejoraba el drenaje la obra en cuestión, se licitó y fue adjudicado.
 En una reunión llevada a cabo también en Ceibas, con motivo de la inundación actual, a fines de septiembre,  el  sucesor del Ing. Fontana, fallecido, reconoció públicamente que iban a limpiar un cauce limpio y que están discutiendo con la empresa como reorientar  los 35 millones de pesos presupuestados a valores del mes de agosto. Aunque es deplorable, este reconocimiento es un pequeño y valioso triunfo en tan desigual pelea.  Como un refuerzo y aval a la necesidad de regulación y respeto del orden de la naturaleza, el Sr. Pedro Pou, dueño de 50.000 has inició juicio a la Provincia de Entre Ríos porque el Corufa3, en el único caso conocido de exigencia de romper una obstrucción a un cauce de gran importancia que atraviesa su propiedad.  El Superior tribunal de la Provincia ha fallado reconociendo que el accionar del Corufa fue correcto y no dando lugar a la demanda del dueño de Estancias del Ibicuy SA. 
 
Lucha agraria, incendios, PIECAS-DP 
 
En este marco general se protagonizó en la región la histórica lucha agraria en el 2008.  La tremenda sequía que se vivió en esos días facilitó lo que siempre ocurrió en el Delta: grandes incendios de pajonales y forestación. La histeria kirchnerista vio en esos incendios una acción intencional de los agraristas en lucha, que hicieron llegar el humo hasta la Casa Rosada,  difundieron videos mostrando las llamas  y animales corriendo delante de ellas.  Su ignorancia les hacía afirmar que los ganaderos, en pleno invierno, quemaban los campos adrede y ¡¡con las vacas adentro!!.  Con ello dejaban en claro que el inicio de los incendios lo más probable es que haya sido hecho por elementos provocadores, y su aventurerismo los llevó a enviar bomberos no preparados para esos combates y costó dos vidas. 
Como respuesta, el gobierno de los Kirchner creó  el PIECAS-DP ( Plan Integral Estratégico para la Conservación y e Desarrollo Sostenible de la Región Delta del Paraná). Lo organiza la Secretaria de Ambiente por el Gobierno nacional y lo  integraron con representantes de los gobiernos de las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe.  Aún hoy siguen siendo cerradas las reuniones y de casi imposible acceso las actas que se hacen.  Así se formalizó  el tratamiento del Delta como una unidad, al margen de las divisiones provinciales, convirtiéndose en política de Estado. 
Para los isleños residentes, la vida concreta tiene esa práctica, que desconoce los límites políticos, desde que comenzó la repoblación con inmigrantes, hace más de 100 años.  Se produce en el Delta y se comercia en las ciudades, como Tigre, San Fernando, Escobar, Zárate, San Pedro hasta Rosario. 
 
El agua
 
 Buenos Aires, el Gran Buenos Aires y muchas de las localidades ribereñas del Paraná, tienen las napas freáticas contaminadas con productos muy peligrosos para la salud humana, cosa que no ocurre en prácticamente ninguna ciudad importante en el mundo "desarrollado". Es por ello que la única forma que tienen de abastecer de agua potable  a los millones de habitantes de esa amplia región, es tomando el agua del Paraná, del Río de la Plata  y tratándola.    
En ese sentido, el Delta cumple una importante función de mantenimiento de la  calidad  del agua dulce, absorbiendo en sus humedales los elementos contaminantes que trae en su curso, así como reteniéndola para demorar su llegada al mar y mejorar su aprovechamiento.  
Esta importante función vital para millones de personas, es crecientemente agredida por la construcción sin control de endicamientos que de acuerdo a las estimaciones de especialistas  de la UNSAM (Universidad de San Martín) cubren ya una superficie de 250.000 Has. distribuidas por toda la región del Delta.
 Si le agregamos que una parte de esos endicamientos -que no está definida pero puede estimarse que si da resultado va a ser seguramente la mayor parte- está destinada a la producción genéticamente modificada, con la carga de productos altamente contaminantes -cuyo uso  debería prohibirse-  en las proximidades de todas las  nacientes de ríos, arroyos,  cauces y lagunas que abastecen al humano  del país. Y que por las particularidades de la flora del Delta necesita una composición en sus aplicaciones mucho más  elevada en las proporciones que la que se usa en tierra firme, tanto en glifosato o Round up, como en fungicidas e insecticidas  (concentración de productos que si llueve es directamente evacuada o bombeada al río, como ya se ha hecho, con tremenda mortandad de peces y en los casos extremos, hasta de animales vacunos), está configurándose una situación en la que la llamada "producción" se convierte en un hecho prácticamente criminal. 
 
Nuevo ciclo
 
La región, cuando escribimos esto, está sufriendo las consecuencias  de una inundación importante cuando la creciente del Paraná y del Uruguay en junio, para el Delta, fue menor, ya que tuvo picos muy altos en Iguazú y en Guarruchos, pero de corta duración. Los que además fueron muy bien manejados por las represas de Yacyretá y Salto Grande, merced al funcionamiento del alerta hidrológico.  Entra el agua desbordada del Paraná y el Gualeguay  y sólo sale por un cauce, el Rio Paranacito. La existencia de organismos que supuestamente deberían atender la situación y decenas de funcionarios pagos para ello, solo tiene por resultado un enjambre de burócratas que intentan explicar lo inexplicable.  Con luchas, denuncias y gestiones, en agosto, el gobierno de Entre Ríos se dignó declarar la emergencia ganadera, que dispone medidas que son inútiles para pequeños y medianos productores, pero que al menos significa el reconocimiento de la situación. Porque ni eso eran capaces de hacer, pese a los pedidos de las entidades, como Federación Agraria Argentina (FAA Delta) y Sociedad Rural Islas del Ibicuy (SRII),  e incluso alguna autoridad política,  realizados anteriormente. 
El enfrentamiento de intereses en el Delta data de mucho tiempo, siendo algunos hitos la denuncia en un Congreso de FAA del año 1982 del proyecto para el Paraná Medio -cuando comenzaba la inundación que sería la más grande del siglo XX- utilizando un trabajo de geólogos que demostraba que para nada servía en cuanto a control de inundaciones, como se lo propagandizaba, y también los efectos negativos que tendría aguas arriba de los cierres proyectados. Otro fue en el año 2009, cuando el Congreso aprobó una declaración que se titulaba: Para que la próxima inundación no vuelva a ser la primera. Nos permitió conseguir algunos miserables subsidios mientras no se tomaban medidas para con las secuelas de la inundación, que, como describimos, se han ido agravando. 
 
Agudizando contradicciones en el seno del pueblo. 
 
Unos días atrás, un vecino observa el trabajo de una máquina excavadora, y, como conocedor, se arrima a preguntarle al maquinista quién era el dueño del campo que estaba haciendo ese trabajo. El maquinista de mal modo, isleño y dueño de esa máquina, le dice quién es ese dueño,  a la vez que le advierte que se deje de joder, que lo deje trabajar tranquilo, que así ni lo dejan trabajar, etc.  El trabajo consistía en tapar un cauce para completar el cierre del dique, dique que pasa a pocos metros del terraplén del ferrocarril, y, que en ese cauce, tiene un importante puente a la vista de la "obra", puente que existe desde que se construyó el ferrocarril, alrededor de 1907. 
 Evidentemente, el cerramiento dejaba ciega toda la región aguas arriba de ese dique y ese puente, con las consecuencias que se han descripto. Así, apropiándose de tierras y dejando inermes a los isleños, en lo que es el sistema feudalizado mas retardatario del que tengamos conocimientos a una distancia de alrededor de 100 km de una ciudad de la importancia de Buenos Aires, esos  verdaderos señores feudales asociados al capital financiero  chantajean a un sector de la población, que entra en la ley de la selva, en el sálvese quien pueda, olvidando hasta su origen y su propia historia.  Ni siquiera observan que, si se construyen diques de un modo racional, respetando aunque mas no sea los cauces como aquellos puentes del ferrocarril, van a tener mucho más trabajo. Las necesidades del momento, liquidan la razonabilidad para un trabajo metódico y sustentable, y logra adhesiones hasta en los propios damnificados, ya que algún hueso de vez en cuando reciben. Y esto es una de las consecuencias de una política sistemática aplicada por lo menos desde la dictadura videlista en adelante. 
 
Distintas recetas 
 
Siendo la región del Delta del Paraná uno de los extremos del acuífero Guaraní, reconocido como uno de los reservorios de agua dulce más importantes del mundo, es de imaginar que no pasa desapercibido al apetito de las grandes potencias.  Desde lo militar, donde las tropas yanquis, aleccionadas por lo ocurrido en el Delta del Mekong, hacen prácticas con tropas argentinas, actualmente suspendidas, hasta el de distintos organismos oficiales o paraoficiales que impulsan diferentes proyectos , entre los que se encuentran el del fundamentalismo ecológico, que se propone transformar el Delta en una reserva natural y dejarlo sin población, hasta lo que de hecho se impone por ahora, que es el "modelo" de producción descripto. 
Con algunos ecologistas que  tienen posiciones sensatas se puede acordar. Pero -por las características y trascendencia de la situación- es por sobre todo, tarea ineludible de las poblaciones urbanas directamente involucradas, comenzando por el proletariado,  porque desde el Delta en sí, con su escasa población, y sin la participación amplia y activa  de nuestro pueblo,  afectado directa o indirectamente,  es una batalla extremadamente despareja. 
Es necesario platearse la  necesidad de dar un trato particular al Delta, por lo que implica como reserva y zona muy próxima para esparcimiento de la enorme población ribereña, aunque sea tarea de  muy largo plazo, para la que es necesario cambios profundos.  
Por ahora, desde las necesidades populares, de los pequeños y medianos campesinos que resisten y aún no se han ido, los esfuerzos son para retrasar, atenuar, y en alguna medida paralizar las aberraciones que en nombre de la "producción" y el "trabajo" se despliegan en una zona en que actualmente rige la ley de la selva, sin que el Estado tenga políticas que se preocupen por la vida y los bienes de los habitantes, por ejemplo,  cuando hay situación de inundación. 
En este sentido hemos mantenido un trabajo político que, con triunfos y derrotas, avances y retrocesos no ha dejado de hacerse, desarrollándose en estos últimos dos años, un importante trabajo de investigación sobre la utilización de la región por parte de la dictadura  como  "destino final"  de los miles de desaparecidos, asesinados y torturados, arrojándolos en los grandes cauces y amplios esterales de la región. 
El Delta puede y debe ser una zona de provisión de los productos, en particular alimentos, para los cuales tiene una enorme potencialidad como lo demuestran los avances en la producción de miel, nueces y, con un trato respetuoso, de la pesca para los grandes centros urbanos que le son aledaños garantizando  productos para el consumo nacional de primera calidad, como se merece nuestro pueblo  y que  son compatibles con la sustentabilidad de la naturaleza pródiga de la región. Puede y debe ser una región donde se retomen las mejores prácticas de los primeros tiempos de la radicación de inmigrantes, que permitieron que se desarrollaran industrias, prácticas deportivas, esparcimiento y producción agraria de granja que dieron lugar al enorme desarrollo que truncó la brutal concentración que con leyes perversas promovió el Estado, junto con los negociados de los que hemos puesto algún ejemplo.
 
 
Noviembre 2014