Desde el gobierno anterior hay una cantidad de trabajadores precarizados: alrededor de 2.500 trabajadores municipales que tienen contratos basura, contratos renovables por seis meses. Los trabajadores del Estado generalmente somos rehenes de los contratos precarios durante los cambios de gobierno. Lo que sucede es que tenemos compañeros con 5 a 8 años contratados a quienes el gobierno anterior nunca efectivizó, nunca los pasó a planta. Es decir que nosotros lo que tenemos es la herencia de un gobierno que no paró de ajustar, de meter contratos basura y tercerización en las relaciones laborales a los trabajadores del Estado.
En Quilmes hubo una baja de 1.000 trabajadores municipales. Frente a esta situación, como ATE, lo que hicimos fue recibir a los despedidos y planteamos la organización por lugar. Veníamos de poner la prioridad en el área municipal, porque sabíamos que se venía una ola de despidos. Y como primera medida fuimos a la elección de 30 delegados nuevos, fortalecimos el Cuerpo de Delegados y fundamentalmente las asambleas por lugar de trabajo. Fuimos entendiendo que la organización debía ser lugar por lugar y organizarnos desde adentro para enfrentar los despidos y bajas de contrato en los lugares de trabajo con toda la masa. La situación de los despidos empezó el miércoles 30/12 con siete compañeras de Inclusión y Emergencia Social. Fuimos a la Municipalidad, nos dijeron que nos quedáramos tranquilos, que los iban a reincorporar, y el lunes nos enteramos de los mil despidos de trabajadores municipales en Quilmes que todos hablan. Ahí empezamos el conflicto más duro.
Decenas de trabajadores vinieron a pedir nuestro respaldo. Todos sabían que nosotros íbamos a ir a la lucha. Fue fundamental llegar al planteo de que esta es una lucha larga, difícil y por etapas. Y en esta primera etapa, teníamos que salir a cortar calles de Quilmes en cada Delegación, Secretaría y sector municipal donde hubiera despidos, con el conjunto de los compañeros protagonizando la lucha, rompiendo con el miedo que nos metieron los gobiernos a los trabajadores municipales.
El martes a la mañana hicimos una asamblea de delegados, con 85 delegados que representan a alrededor de 1.100 trabajadores municipales de Quilmes. A la tarde hicimos una asamblea general donde definimos, a partir de la organización y la votación en asambleas de lugares de laburo, ir a cortes por lugar; al mismo tiempo, armar una lista, que provenga de las asambleas por lugar de trabajo, de los despedidos que van todos los días a trabajar. Porque nosotros defendemos a los laburantes, los que no van a trabajar pero cobran el sueldo a fin de mes, no están organizados ni sindicalizados en ATE; además, en un municipio como Quilmes nos conocemos todos.
Para ilustrar un poco la situación: los compañeros de Niñez y Adolescencia, que son los que hicieron punta en este conflicto, tenían ocho años de contrato basura, y no les renovaron el contrato. Así, los compañeros llegan a esta situación, rehenes de la precarización laboral.
Ante esta situación, nosotros definimos organizarnos en asamblea, en cada lugar de trabajo para que sean los trabajadores los que protagonicen las toma de decisiones, cómo, cuándo y qué hay que hacer. Y en el Cuerpo de Delegados aunar las voces de las asambleas por sector y tomar la resolución de ir el miércoles a cortes por lugar, que es lo que salió en todos los medios: hicimos cuatro cortes simultáneos, en dos lugares del centro de Quilmes (frente a Desarrollo y frente a Niñez), y dos en Solano (Hospital Oller y CIC La Paz). Terminamos con una marcha frente a Desarrollo Social unificando los cortes, y nos recibieron las autoridades del gobierno municipal: el secretario de Gobierno, y el secretario administrativo, legal y técnico. Abrimos una mesa de diálogo, empezamos a reincorporar a una parte importante de los compañeros que teníamos en nuestro listado. Ahora, vamos por el resto de los compañeros que faltan reincorporar.