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04 de July de 2018

28 de junio

Día Internacional del Orgullo LGTBI

Esta represión en 1969 generó una amplia solidaridad popular con la comunidad homosexual, harta de la persecución y la política represiva del Estado imperialista yanqui. Esto se dio en un contexto mundial convulsionado, con una feroz disputa interimperialista, principalmente entre EEUU y el socialimperialismo soviético. En los años siguientes se fueron consolidando distintas agrupaciones LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) con el objetivo de visibilizar la existencia homosexual, combatir la homofobia y luchar por leyes igualitarias, resumido en la consigna “¡Salgamos del armario, a las calles!”.

El movimiento LGTB, el marxismo y el movimiento obrero
Cincuenta años antes de Stonewall, en la recién nacida Unión Soviética, se despenalizó la homosexualidad mediante la remoción de los artículos del Código Penal que lo consideraban delito. Un ejemplo de los espacios que se ganaron con la revolución fue la designación de Chicherin como Comisario de Relaciones Internacionales, un militante abiertamente homosexual. Junto a estas conquistas también se logró el derecho al divorcio y, vale decir, que la URSS también fue el primer país en legalizar el aborto, entre otras libertades democráticas.
Años más tarde, previo al inicio de la Segunda Guerra Mundial, se retrocede en estas conquistas y la homosexualidad vuelve a ser penalizada. La posterior restauración capitalista consolidó este retroceso y constituyen el fundamento de la terrible homofobia que impera hoy en la sociedad rusa.
A pesar de esto, también en los últimos años, el movimiento obrero adoptó políticas que apoyan al movimiento LGTB y la lucha por la igualdad.
En Gran Bretaña un grupo de jóvenes militantes por los derechos de la comunidad LGBTI en la década de los 80, decidieron formar un fondo de huelga con los mineros que se encontraban en una histórica lucha contra el ajuste del gobierno conservador de Thatcher. En el marco de un enorme aislamiento y persecución de la comunidad LGBTI debido a la epidemia del HIV/SIDA crearon el movimiento Gays y Lesbianas en Apoyo a Los Mineros y salieron a recolectar donaciones del pueblo.
Este movimiento sostuvo que su lucha contra la opresión estaba hermanada con la de los mineros debido a que ambos enfrentaban los mismos enemigos, a saber, la policía que los reprimía y encarcelaba, los medios que los estigmatizaban y al gobierno de Thatcher que les negaba sus derechos. Enfrentaron los prejuicios sociales y lograron que la marcha del orgullo gay de 1986 fuera encabezada por una delegación del sindicato de mineros, que como expresión de su solidaridad presionó para que, por primera vez se incorporara el pliego de demandas de la comunidad en la propuesta electoral del Partido Laborista.

El movimiento de los derechos en Argentina
El 1 de noviembre de 1967 se fundó en Buenos Aires el grupo “Nuestros Mundos” que reunía a diez militantes obreros, varios de ellos delegados, que se propusieron formar un espacio de reflexión teórica y lucha política en base a su orientación sexual. Esta fue la primera agrupación de orgullo LGBT de América del Sur, por eso la marcha del orgullo en Buenos Aires se realiza en noviembre.
Durante la dictadura videlista muchos fueron perseguidos, asesinados y forzados al exilio, al mismo tiempo que se fue gestando un movimiento democrático, que jugó un rol clave para la retirada de la dictadura, y que una vez recuperada la democracia, dio un salto en su masividad e influencia política. Las Madres de Plaza de Mayo fueron las primeras en solidarizarse con el naciente movimiento LGTB de Argentina, vinculándose con Carlos Jáuregui, fundador de la CHA (Comunidad Homosexual Argentina) y otras organizaciones, quienes encabezaron la primer marcha del orgullo en el país, bajo la consigna: “En una sociedad que nos educa para la vergüenza, el orgullo es una respuesta política”.

El movimiento de la diversidad sexual hoy
La lucha del movimiento LGBT está lejos de agotarse, aún tiene mucho que conseguir. Recordemos que recientemente fue retirada de la OMS la transexualidad como un trastorno mental.
En nuestro país, el movimiento LGTB viene de importantes conquistas. En el año 2010 se aprobó en el Congreso le ley de Unión Civil entre personas del mismo sexo, conocida como la Ley de Matrimonio Igualitario. Fue un triunfo de la movilización popular, en particular del movimiento LGTB, que logró arrancarle la ley al entonces gobierno de Cristina Kirchner. Posteriormente, y con el impulso de esta lucha se ganó la Ley de Identidad de Género, la primera en América Latina y la mejor de su tipo a nivel mundial. Hoy sigue vigente la pelea por su plena implementación. Recientemente se conoció la primera condena por odio de género y el reconocimiento expreso del travesticidio como delito en el juicio por el asesinato de la dirigente trans Diana Sacayan.
La situación del colectivo se ha deteriorado rápidamente en los últimos años. Según el informe del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra la comunidad Lésbica, Gay, Bisexual y Travesti, y Transexual (LGBTT) -que depende de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, la Defensoría del Pueblo de la Nación y la Federación Argentina LGBT- las denuncias por crímenes de odio aumentaron: de 31 casos se pasó a 103. El 13% de los casos fueron homicidios y el 67% restantes, golpes y abusos sexuales.
También la violencia institucional se descarga sobre nuestros cuerpos, ejemplos de esto son el encarcelamiento de Higui, cuya libertad conquistamos, y Joe Lemonge, el entrerriano de 25 años, condenado a 5 años de prisión por defenderse de un ataque de odio por su elección de género.
El movimiento por los derechos de la diversidad sexual ha encontrado en la lucha del movimiento de mujeres contra su doble opresión un aliado incondicional para potenciar las luchas; gracias a este movimiento, se viene desnudando y poniendo en cuestión la opresión del patriarcado, la heteronorma y la heterosexualidad como única forma de la expresión sexual. A su vez este movimiento, con sus luchas particulares, ha permitido develar las otras formas en las que se expresa la opresión patriarcal. La expectativa de vida de una persona trans se redujo de 40 años -en 2012- a un promedio de 35 años en el corriente año. Esto debido a la situación de exclusión social y discriminación estructural a la que son sometidas, forzándolas a la prostitución como única forma de subsistir, exponiendo sus cuerpos para que sean golpeados, abusados, maltratados y asesinados. El asesinato de más de 41 compañeros y compañeras trans durante 2017, nos llevó a exigir que sin las trans no hay ni una menos.
El debate de masas alrededor del aborto legal, puso en discusión la necesidad de que se implemente en su totalidad la Educación Sexual Integral (ESI), y que incorpore contenido que aborde las relaciones de la comunidad LGBT.
Es necesario unirse a las luchas contra la política de ajuste, entrega y represión de Cambiemos. Por eso repudiamos la reforma laboral que precariza nuestras formas de vida y que dificultan aún más el ingreso de personas LGTBI al mercado laboral. Por eso exigimos la implementación del cupo laboral trans en los tres niveles del Estado y una reparación histórica para aquellas compañeras que han sufrido violencia institucional (principalmente de parte de la policía). Exigimos plena implementación de la Ley de Identidad de Género; la implementación de la Ley de Educación Sexual Integral. Y hacer realidad la consigna que convocó a la 2º marcha del Orgullo en Argentina: “Iguales en la diversidad, vivir libres en un país liberado”.

 

Hoy N° 1724 04/07/2018