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11 de November de 2015

El gobierno de Cristina Fernández cuenta una parte de la historia, en función de sus intereses. ¿Qué hizo el pueblo argentino en 2005, y cuál fue el rol de nuestro Partido y la CCC?

Diez años del “No al ALCA”

Cuando el pueblo argentino repudió a Bush

Han pasado 10 años de aquella Cuarta Cumbre de las Américas en Mar del Plata, con la presencia del “malvenido” ex presidente yanqui George Bush. Diez años de la Contracumbre y de la inmensa movilización popular contra el genocida. Escribimos en nuestro semanario el 9 de noviembre de 2005: “Cuando pregunten ¿qué hiciste cuando vino Bush a la Argentina? El PCR y la CCC podremos responder que hicimos lo que teníamos que hacer: repudiar en todo el país, y frente a las vallas de la Cumbre de las Américas, al asesino del pueblo iraquí”.
Esto es parte de lo que, a 10 años, el gobierno de Cristina Fernández intenta ocultar, al tiempo que asigna a Néstor Kirchner un papel en el entierro del tristemente célebre “Tratado de libre comercio”, el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que no tuvo. Con el marco de decenas de miles de personas movilizadas en todo el país repudiando a “Mr. Bush”, escribió nuestro columnista Ricardo Fierro en ese momento: “Los países del Mercosur —Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay—, y Venezuela, se opusieron hasta el final a la pretensión de Bush y sus aliados de establecer una fecha para reiniciar las negociaciones por el ALCA. Kirchner jugó un papel activo en la línea de forcejear sobre el ALCA. Es una línea de exigir la apertura del mercado yanqui (a las exportaciones agroalimentarias, acero y tubos, y resolver el tema de las patentes), como contrapartida a la apertura de nuestros mercados a las importaciones de Estados Unidos. Esa línea no rechaza el ALCA (como hace Venezuela), sino lo condiciona a que sea ventajoso para la burguesía intermediaria y los monopolios europeos, rusos y chinos (que buscan “nichos” en el mercado yanqui y han ido anudando acuerdos con los países del Mercosur), y los terratenientes. ‘Los gestos’ de Kirchner tienen que ver con estos ‘forcejeos’, aunque fueron ‘sobreactuados’ para ‘la tribuna’ que se movilizaba y ardía bajo los pies de Bush”.
Este balance, desde los medios oficiales, como el Canal Encuentro, destaca el rol de los presidentes latinoamericanos del Mercosur y de Chávez, aunque recortando su discurso en la Contracumbre del Estadio Mundialista, aquella donde terminó su discurso con el famoso “ALCA, al carajo”. Allí Chávez, citando a Mao Tsetung, había afirmado: “el imperialismo yanqui es un tigre de papel frente al cual se levanta el tigre verdadero de los pueblos revolucionarios”.
El verdadero héroe de esa jornada del 5 de noviembre de 2005 fue el pueblo argentino, con su masivo repudio al genocida imperialista. La vanguardia de esta lucha estuvo en Mar del Plata cuando la Convocatoria Antiimperialista No a Bush, y la Asamblea Antiimperialista Marplatense marcharon hasta las vallas que, por orden del gobierno argentino, “cercaron 250 manzanas para custodiar al asesino Bush y su comitiva”. Allí, en primera fila, los jóvenes de la JCR, la CCC y la CEPA respondieron el ataque policial a los manifestantes con gases y balas de goma, con una lluvia de piedras y molotovs.
“Las cadenas televisivas que aburrían al mundo con los discursos de la farándula política del continente se olvidaron del discurso de Kirchner: una vanguardia de miles de jóvenes argentinos luchando contra Bush, entre ellos los de la JCCC, la CEPA y la JCR, ocuparon el centro de la atención. Las banderas argentinas, las de agrupaciones, y “flameadoras” con la imagen de Mao, se recortaban entre los gases y el humo. Bush cosechó su siembra de opresión y guerra. La dignidad patriótica, antiimperialista y revolucionaria se mostró ante los ojos del mundo”, escribió Fierro en el número 1090 de nuestro semanario.
 
Seguimos dependientes
Diez años después, pese al relato del gobierno de Cristina Fernández, no estamos “desendeudados” pese a los pagos de miles de millones de dólares en efectivo al FMI y al Club de París. Tampoco hemos cortado los lazos de dependencia con el imperialismo norteamericano, y hemos “adquirido” nuevas cadenas con otros países imperialistas, como Rusia y China. Por esto, y por la cercanía de la fecha del balotaje en la que llevan como candidato a un menemista como Scioli, no hubo grandes movilizaciones impulsadas por el oficialismo, ni vinieron, como se rumoreaba, Evo Morales y Nicolás Maduro.
Hasta los sectores nucleados en el ALBA de los Movimientos Sociales (Capítulo Argentino), que se movilizaron hace pocos días en Buenos Aires recordando los 10 años del “No al ALCA” reconocen esta realidad, al denunciar empresas imperialistas como Monsanto, Barrick y Chevron, fuertemente beneficiadas por el gobierno de CFK. Estas mismas organizaciones y personalidades, muy vinculadas al oficialismo, no pueden dejar de mencionar que “Las economías latinoamericanas hoy están viviendo un nuevo vínculo de dependencia con un nuevo actor que es China, pero que no deja de tener los mismos efectos en las economías periféricas: (re)primarización de la economía y estrangulamiento de la balanza comercial (escasez de divisas)”.
Todo lo cual es consecuencia de la política del gobierno nacional que, con su línea de alineamiento estratégico con China y Rusia, pone al país en el lugar de peón de una disputa interimperialista que agrava los factores de guerra en el mundo, y sólo traerá sufrimientos a nuestro pueblo.