El 12 de junio en Vinará, a 100 kilómetros de la capital, Luciana Maribel Ferreyra, de 23 años fue asesinada delante de sus 4 hijos, a golpes y patadas y con seis cuchilladas.
Harta de las palizas, la mujer dejó el hogar en Quimili, llevándose a sus cuatro hijos, su familia la recibió en Vinará. Cual crónica de una muerte anunciada, su victimario la siguió.
El 12 de junio en Vinará, a 100 kilómetros de la capital, Luciana Maribel Ferreyra, de 23 años fue asesinada delante de sus 4 hijos, a golpes y patadas y con seis cuchilladas.
Harta de las palizas, la mujer dejó el hogar en Quimili, llevándose a sus cuatro hijos, su familia la recibió en Vinará. Cual crónica de una muerte anunciada, su victimario la siguió.
Comenzó a hostigarla con mensajes de textos y amenazas. Le enviaba emisarios, asegurándole que tarde o temprano la mataría. Luciana había denunciado reiteradas veces esta situación en la policía.
Cuarenta horas después, un nuevo femicidio conmociona a los santiagueños. Viviana Himelfard de 45 años, fue atada, golpeada y rociada con gasoil. El femicida entró al cuarto de sus hijos de 3 y 5 años y los golpeó contra el piso reiteradas veces. Los niños tienen pocas esperanzas de sobrevivir. Viviana había denunciado en la policía, en la justicia y en la Dirección de Género de la provincia. La orden de exclusión se iba a efectivizar la mañana del femicidio. Sin embargo no se le había asignado custodia policial para protegerla.
El viernes 19 de junio, casi 2.000 santiagueños organizamos una nueva marcha exigiendo al Estado “Ni una menos”, y la efectiva aplicación de la Ley provincial y nacional para erradicar la violencia contra las mujeres. Fuimos recibidos con vallas policiales que impedían la llegada a Casa de Gobierno, Frente a los familiares de Viviana, nos prometimos seguir la lucha y llegar a toda la sociedad santiagueña con el proyecto de Emergencia en Violencia Sexual y Doméstica, a fin que toda la población santiagueña lo tome como propio y exija al gobierno de Claudia de Zamora su aprobación.
