El domingo 21 se realizaron las elecciones definitivas de la provincia de Mendoza en las que el frente Cambia Mendoza, integrado por un gran abanico de partidos encabezados por la UCR, se impuso al FPV por 46,4% a 39,4%, terminando con 8 años de gobiernos justicialistas.
El domingo 21 se realizaron las elecciones definitivas de la provincia de Mendoza en las que el frente Cambia Mendoza, integrado por un gran abanico de partidos encabezados por la UCR, se impuso al FPV por 46,4% a 39,4%, terminando con 8 años de gobiernos justicialistas.
En comparación con las elecciones primarias, no hubo grandes cambios en los números generales, CM (Cambia Mendoza) incrementó en 1,5% sus votos y el FPV disminuyó en un punto. Sin embargo cambió el mapa político en los municipios, donde el gobierno sintió profundamente el castigo, perdiendo 6 departamentos, muchos de ellos con signo justicialista desde el retorno de la democracia pero sobre todo municipios emblemáticos y populosos como Guaymallén y Las Heras. El resultado electoral deja al FPV con 7 departamentos y al frente panradical con 10 y le otorga mayoría en las cámaras legislativas provinciales.
Las elecciones reflejaron un castigo a la política de gobierno nacional y provincial, al impacto de la crisis en el pueblo y la falta de trabajo, al quiebre de la economía regional y la desaparición de miles de productores y al avance de los grandes dramas sociales como la pobreza, la inseguridad y la droga. También fue un castigo a los caudillos municipales embarrados en denuncias de fraude, extorsión y negociados turbios.
Todo el FPV intentó mantener el gobierno, sin embargo no les alcanzó, trajeron a Cristina y a Scioli en la campaña, intentaron limar las “asperezas”: los caudillos departamentales más cercanos a Scioli, tuvieron que ir a negociar con Cristina y aceptar el rearmado de las listas con gente de la Campora; y el kirchnerismo duro tuvo que digerir al conservador de Bermejo como candidato a gobernador y el adelantamiento de las elecciones provinciales. Sin embargo en la masa pesó usar el voto para el cambio y el castigo en la provincia.
Cornejo, el nuevo gobernador radical, asumirá con una provincia endeudada y con una grave crisis agropecuaria, sin la intención de aplicar cambios estructurales, por el contrario en su discurso sobresalieron las nociones de “racionalidad”, “ajuste ordenado”, etc, lo que evidencia quiénes seguirán pagando la crisis. A su vez, se comenzó a desgranar el “rejunte” que integra desde el PRO, pasando por el Frente Renovador, el Partido Demócrata y hasta Libres del Sur y los Socialistas, en medio de una elección nacional con resultado incierto, con deudas públicas a vencer y con un kirchnerismo que dará batalla.
El FIT obtuvo 10,3%, incrementando en 4 puntos en relación a las primarias pero por atrás de las legislativas del 2013, aglutinando un voto disconforme. En comparación con las primarias se incrementó el número de votantes en 4 puntos llegando al 78,12% y bajó el porcentaje de votos blancos y nulos por la polarización.
Desde el Frente Popular, ante la falta de expresiones verdaderamente populares, realizamos un llamamiento a votar por un proyecto que defienda la soberanía, que promueva una industria nacional que genere fuentes de trabajo y recupere nuestros recursos y bienes naturales, que desarrolle una agricultura que resuelva la alimentación del pueblo, que enfrente las políticas de concentración de la riqueza y luche por resolver las necesidades populares de trabajo, educación, salud y futuro para la juventud; y nos preparamos para una campaña activa por De Gennaro presidente.