Desde su inicio los juicios expresan su dualidad, por una parte implican un gigantesco triunfo de la lucha popular, permiten llevar al banquillo y condenar a connotados represores, conocer testimonios y datos sobre los sucesos y para los familiares y compañeros es un acto de esperada justicia. Por el otro, muestran sus profundas limitaciones al no abrir los archivos de la dictadura, y al no ser comprendidos como juicios especiales por crímenes contra el pueblo cometidos por un Estado fascista, dejando a la mayoría de los represores impunes y a la mayoría de las causas de los desaparecidos sin justicia ni verdad.
A su vez, es importante en la situación actual en la que el macrismo ha dado pruebas de retroceder en los objetivos que hemos logrado en la lucha democrática, poniendo en duda el número de detenidos-desaparecidos, intentos de reinstalar la teoría de los dos demonios, las domiciliarias para varios genocidas, que este sexto tramo del juicio por lesa humanidad en Mendoza, se esté llevando a cabo.
El logro de la justicia pasa por este juico, pero lo excede absolutamente. La justicia debe ser propiedad del pueblo, cosa que en este Estado es imposible de realizar. Lo que sí podemos avanzar es en que el movimiento democrático vaya protagonizando cada vez con mayor profundidad ese reclamo, que no lo dejemos encerrado sólo en los tribunales. En el caso de Mario, tenemos muchos indicios y hasta nombres que implican a personajes de bandas fascistas que operaban en la facultad de la UTN regional Mendoza. Algunos compañeros no han sido citados por la actual querella, a pesar de haberse presentado como testigos de contexto desde 2013.
Estaremos atentos y activos para que en el juicio de Mario como en el de los 30.000 (la gran mayoría de los cuales ni entran en estos juicios) tengan la justicia que se merecen.
El asesinato de Mario Susso
El asesinato de Mario el 20 de marzo, sólo 4 días antes de concretarse el golpe imperialista abierto, es fundamental para la memoria y el balance de estas generaciones sobre el durísimo período antigolpista que comenzó ya desde la muerte del Gral. Perón el 1 de julio del 74. Desde ese momento comienzan los preparativos del llamado golpe, institucional primero, y abierto después. En esa dura y sangrienta batalla, el PCR había dado su posición antipolpista, viniera de donde viniera, en noviembre de 1974. Plantéo la defensa del gobierno peronista, unirse y armarse contra otro 55. El PCR planteó lo nuevo de este golpe, la lucha por la hegemonía entre los sectores dominantes no sólo con los imperialismos y terratenientes tradicionales, sino con la aparición de uno nuevo, con rostro “socialista” pero fascistamente socialimperialista. La lucha antigolpista fue el principal acierto de nuestro Partido, y por esa lucha fue duramente golpeado. La sangre del pueblo peronista se mezcló con la sangre de los comunistas revolucionarios.
Fueron mártires de esta lucha el 29 de noviembre de 1974 Daniel Winer, quien como Mario, era un dirigente estudiantil, en la Facultad de Ingeniería de la UBA. Enrique Rusconi fue asesinado el 7 de diciembre de 1974 en su casa de Tolosa en la provincia de Buenos Aires. En mayo del 75, también en La Plata, fueron asesinados por pintar por la libertad de un compañero detenido el día anterior, cinco militantes de nuestro PCR: Ana María Cameira, Carlos Polari, Herminia Ruiz, David Lesser y Guillermo Guerini.
En esta lista, hay que agregar el asesinato de Mario Susso el 20 de marzo de 1976. Su fuerte denuncia del golpe en su querida facultad de la UTN Mendoza, donde había librado luchas estudiantiles por las necesidades de sus compañeros, guiado por la línea de la necesaria unidad obrero-estudiantil, también lo vieron en las puertas de bodegas y los surcos, activamente luchando contra ese golpe que venía a aplastar el auge de luchas que el pueblo empujaba por la liberación nacional y social de nuestra patria. Mario Susso fue asesinado por ser patriota, antigolpista y comunista revolucionario.
El inicio del juicio será una ocasión en avanzar en la verdadera justicia por Mario, presentando todas las pruebas que tengamos y las que seguiremos buscando y exigiendo se busquen… y en las calles haciéndolo conocer por lo que fue, alguien a quien “nada de lo humano le fue indiferente” a quien “sintió cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo”. Como dijo Paco Urondo, asesinado en Mendoza: “arderá la memoria hasta que todo sea como lo soñamos” ¡Hasta la victoria siempre Mario!