Cuando una persona reniega de sus convicciones revolucionarias y abraza las de la burguesía, por cobardía o por lo que sea, inicia un camino de regresión no sólo psíquico, sino también biológico. Se retorna a fases anteriores de la evolución y, como dice un refrán africano, “cuanto más alto sube el mono, más se le ve el c.…”. Beatriz Sarlo renegó del marxismo-leninismo filmando una película asquerosamente anticomunista que difamaba a Salamanca y al PCR. Ahora, transformada en columnista “de opinión” del diario oligárquico La Nación, del pasquín, ayer videlista y hoy kirchnerista, Clarín, y de varios canales televisivos, está en lo alto de una palmera y se siente feliz, oronda en ese papel infame.
03 de October de 2010