“Los chicos a través del juego recrean escenas de la cotidianeidad de sus vidas… ‘Por ejemplo: picar tiza y hacer de cuenta que la aspiran’. Las cosas que se dicen: ‘Andá si vos sos soldadito’, el conocimiento que tienen de dónde, cómo y quién compra y vende en el barrio… Cualquier maestro atento puede dar cuenta de estas situaciones que se viven a diario. Pero la intervención frente a este flagelo no puede ser individual. Necesariamente debe ser política…, dice una maestra de una escuela primaria de la zona oeste rosarina desde hace, por lo menos, cinco años”.
Carlos del Frade: Ciudad blanca Crónica negra. Rosario, Santa Fe, 2015.