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08 de February de 2012

Poco se conoce de los países del Este de Europa otrora dominados por el socialimperialismo soviético. Extractamos estos párrafos de una nota de la agencia de Associated Press en Bucarest, Rumania, el 31 de enero de 2012, antes que la ola polar agravara la situación.

El descontento en Europa del Este

Hoy 1405> Trabajadores y pueblos no quieren pagar la crisis

En los ex países del bloque soviético que forman parte de la Unión Europea, la frustración está en aumento a causa del estancamiento económico y el mal gobierno, lo que ha alentado las protestas y una imprevisibilidad que podría poner aún más en peligro el crecimiento y la estabilidad en una parte del continente, ya presa de la agitación.

En los ex países del bloque soviético que forman parte de la Unión Europea, la frustración está en aumento a causa del estancamiento económico y el mal gobierno, lo que ha alentado las protestas y una imprevisibilidad que podría poner aún más en peligro el crecimiento y la estabilidad en una parte del continente, ya presa de la agitación.
Muchos de los problemas son los mismos que en otras partes del mundo: países endeudados que suben los impuestos y recortan el gasto público para seguir siendo solventes. Pero estas nuevas cargas afectan a una región que ya enfrentaba un nivel de pobreza y corrupción más grave que en Occidente desde antes de que se produjera la crisis mundial.
En los últimos días la situación ha cobrado mayor dramatismo en Rumania, donde la furia acumulada contra el gobierno y un decadente estándar de vida estallaron en protestas callejeras que por momentos se tornaron violentas.
Gran parte de la frustración se remonta a la transición rumana tras el golpe de 1989 contra el dictador Nicolae Ceausescu, cuando muchos ex comunistas conservaron el control del poder y los recursos. En la actualidad los resultados de esa transición se manifiestan en un afincado amiguismo, una enorme brecha entre ricos y pobres y una falta de transparencia que produce un generalizado sentimiento de injusticia.
También los húngaros han salido a las calles con mayor frecuencia en los últimos meses para protestar contra una nueva Constitución y un diluvio de leyes que concentran el poder en el partido de derecha Fidesz, del primer ministro Viktor Orban.
Mientras tanto, en Eslovaquia, las encuestas predicen un probable retorno al poder en las elecciones de marzo de Robert Fico, un ex primer ministro prorruso. Fico se puso de parte de Rusia durante la guerra de 2008 con Georgia, en contra de la tendencia vigente en todo el ex bloque soviético, que manifestaba su preocupación por la ofensiva de Moscú. También se dice simpatizante de la Revolución Cubana de Fidel Castro.
Por ahora es evidente que la furia es mayor en Hungría y en Rumania, y allí como en los otros países del ex “bloque soviético”, las injusticias de hoy están arraigadas en el pasaje hacia una economía de mercado en la década de 1990. En ese momento, con las privatizaciones, los apparatchiks (ex funcionarios del régimen) se apoderaron de grandes cantidades de propiedades que antes eran del Estado, y así establecieron su posición dominante en la sociedad.