Conversamos con la compañera Romina Canchi, dirigente de la CCC de Jujuy, quien nos comenta sobre la situación vivida por el pueblo jujeño frente a la emergencia en violencia de género y los femicidios cometidos durante los últimos 50 días.
Jujuy tiene el problema de una violencia estructural profunda, pero en este contexto de pandemia el Estado se retiró por completo. Esta oleada de lucha tuvo origen ante la desaparición y femicidio de Cesia Reynaga y la inacción del Estado en la localidad de Abra Pampa. Esto fue seguido el 23 de septiembre por la desaparición de Iara Rueda, de 16 años, en Palpalá, y en menos de 24 horas desaparece Gabriela, de 26 años. Lo que generó la bronca de la población fue que a Iara no la buscó ni la policía ni las instituciones del Estado, quienes la buscaron fueron la familia, amigos y vecinos, haciendo rastrillajes en descampados y zanjones. Frente a esto se hace una marcha a la comisaría de Palpalá, donde el personal responde que no contaban con móviles ni nafta para ellos, ni con la orden de San Salvador de Jujuy. Esto desata bronca y desesperación, y se autoconvoca a un corte de ruta.
El 28 de septiembre, miles de personas agrupadas en organizaciones feministas, partidos políticos, organizaciones sociales y autoconvocados nos concentramos en la Ruta Nacional 66, en donde hay un enfrentamiento con la policía y no logran desalojarnos. Allí nos enteramos de la aparición del cuerpo de Iara en un lugar donde los vecinos habían rastrillado el día anterior y además hubo un apagón.
La marcha posterior al corte de ruta fue la marcha más multitudinaria en la historia de Palpalá, y eso generó puebladas en las zonas de Libertador, Perico, Humahuaca y Tilcara, donde se autoconvocaron familias, mujeres y muchísima juventud a exigir Ni Una Menos.
El 29 de septiembre nos enteramos del tercer femicidio. Roxana Malaza era una compañera del MTE de Perico y había decidido ir a marchar el día anterior por el pedido de justicia de Iara, y la mata su pareja, quien después se suicida.
El 30 de septiembre se realizó una marcha multitudinaria en San Salvador de Jujuy exigiendo justicia por Cesia, Iara, Roxana y la aparición con vida de Gabriela, en la que participaron alrededor de 15 mil personas.
Tras la posterior aparición del cuerpo de Gabriela, se vuelve a realizar una marcha en la localidad de Palpalá, donde desde la población se manifestaba muchísimo dolor, porque las pibas, las mujeres sentían miedo porque nos estaban matando una compañera por día.
Pero ¿Qué es lo que desnudó principalmente lo de Iara? Que el Estado, a través de instituciones como la policía y el Consejo Provincial de la Mujer no hacía nada. Frente a esta situación, el gobernador Gerardo Morales relanza un protocolo de búsqueda rápida de personas desaparecidas, que ya había sido aprobado en 2017, y arma un comité interministerial que es más de lo mismo, porque quien lo preside es la responsable del Consejo de la Mujer, Alejandra Martínez, de la que se exigía su renuncia, junto al fiscal Sergio Lello Sánchez, quien tiene denuncias por violencia.
Lo que sucedió posteriormente fue que en la Legislatura se comenzaron a presentar distintos proyectos de ley para que se apruebe la Emergencia en Violencia de Género en la provincia. Para ello se abrió una lista de oradoras, y se han presentado compañeras de la CEPA, CCC, JCR, PCR, la Casa de la Mujer María Conti de San Pedro, desde la Diplomatura en Violencia de Género habló Mariana Vargas, y los distintos espacios en los que participamos. Hemos apoyado desde la multisectorial 9 puntos que aglutinan nuestros mayores reclamos. Luego de todos estos hechos ocurre la desaparición y posterior femicidio de Alejandra.
Nosotras decimos que este es un Estado que deja que nos maten. Frente a esta situación muy grave están comprometidos distintos poderes que se concentran en el Estado y hay un blindaje mediático y político porque en medio de los femicidios, Morales no es titular de tapa. Seguimos buscando la más amplia unidad para enfrentar todo el dolor que vivimos.
Hoy N° 1837 21/10/20