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07 de November de 2018

Todos lo pagamos cuando los pesos valen cada vez menos

El impuesto inflacionario

Con la inflación todos los argentinos son forzados a pagar el llamado impuesto inflacionario. El mismo consiste en la pérdida de valor de los pesos que todos tenemos en nuestros bolsillos como consecuencia de la suba de precios: así como cuando uno paga otros impuestos se le reducen sus ingresos disponibles para el consumo, lo mismo pasa con la inflación.
La forma de impuesto inflacionario, que no se ve y no se puede evadir, es el que produce directamente la emisión de pesos, letras o bonos para cubrir los costos en intereses usurarios del endeudamiento tanto del Banco Central como del Tesoro Nacional. Ese impuesto no es coparticipable por las provincias, que no tienen la potestad para imprimir la moneda nacional. El único que saca ventaja con esto es el Estado nacional, convertido en intermediario de los usureros, que hace que todos los argentinos desde La Quiaca a Tierra del Fuego lo paguemos a través del menor poder adquisitivo de esos billetes.
Al llamado impuesto inflacionario que nos saca el gobierno con la pérdida del poder adquisitivo del peso, hay que agregar lo que con la inflación nos saca directamente por la suba de los precios, cuando los impuestos son un porcentaje sobre el precio de todos los bienes y servicios, como es el caso del IVA en las tarifas y todo lo que compramos, los impuestos aduaneros, a los combustibles o al cheque. Lo mismo ocurre con el impuesto a las Ganancias, el Monotributo o a Bienes Personales, cuando no se actualizan los mínimos no imponibles o las escalas del impuesto. Si bien algo vuelve a las provincias, en el caso de los impuestos que son coparticipables, en otros como los aduaneros y a los combustibles también se los queda todo el Estado nacional. Por supuesto que “coparticipándolos” con el sector financiero, a través de las elevadas tasas de interés, con el creciente endeudamiento del Banco Central y del propio gobierno, que provocan mayor inflación de costos ahogando el consumo, la producción y el comercio nacionales.

Aclaración: Por un error en la nota “Una inflación galopante” (hoy número 1727), se remite al artículo “Las principales causas del proceso inflacionario”, en Política y Teoría, número 78, cuando se trata del número 76, de abril-septiembre de 2013.

Escribe Eugenio Gastizoro

Hoy N° 1742 07/11/2018