Esta norma establece que Papel Prensa, -la empresa que provee el 75% del papel de diario en la Argentina, cuyos accionistas mayoritarios son los diarios Clarín y La Nación, mientras el Estado posee una participación minoritaria-, debe “asegurar para la industria nacional la fabricación, comercialización y distribución regular y confiable de pasta celulosa para papel de diario”, dice el texto aprobado, que ya está en el Senado para su tratamiento esta semana.
Esta norma establece que Papel Prensa, -la empresa que provee el 75% del papel de diario en la Argentina, cuyos accionistas mayoritarios son los diarios Clarín y La Nación, mientras el Estado posee una participación minoritaria-, debe “asegurar para la industria nacional la fabricación, comercialización y distribución regular y confiable de pasta celulosa para papel de diario”, dice el texto aprobado, que ya está en el Senado para su tratamiento esta semana.
El proyecto designa “autoridad de aplicación” al Ministerio de Economía, y establece la infaltable “Comisión Federal Asesora”, con la que pretende cubrir críticas a un más que seguro manejo discrecional del papel de diario.
Una disputa por arriba
Estamos asistiendo a un capítulo más de la pelea entre el kirchnerismo y el grupo Clarín, esta vez alrededor de una empresa, Papel Prensa, cuyo origen y desarrollo turbio nuestro Partido viene denunciando hace más de 30 años:
“En el caso del PCR nos toca una particular responsabilidad, ya que podemos afirmar con orgullo, que no hubo otra organización popular que luchara tanto, para impedir la consumación del fraude al pueblo argentino, en beneficio de los sectores monopólicos dominantes en el momento en que se consumó lo principal de la entrega de Papel Prensa.
“Muchos compañeros arriesgaron su vida para hacer esa denuncia, bajo la dictadura de Videla, varios cayeron en la ola represiva que desató la dictadura de Videla-Lanusse contra nosotros por esa denuncia.
“Al punto tal que, en 1984, cuando el diputado nacional peronista Norberto Imbelloni hace la denuncia que permitió al fiscal nacional Ricardo Molinas la investigación sobre Papel Prensa, lo hace citando como principal testimonio a Irene Capdevilla, nombre supuesto con que los camaradas del PCR editaron en 1977, en pleno terror dictatorial, el folleto titulado La verdad sobre el caso Graiver.
“Mientras que los sectores de los que el gobierno kirchnerista se considera heredero, fueron partícipes y beneficiarios principales de la estafa. Incluyendo al Partido “Comunista” ahora devenido en “ultrakirchnerista”, como parte de la campaña con la que embellecieron la dictadura prorrusa y sus figuras principales como Videla con Lanusse detrás del trono”, escribía Luis Molinas en nuestro semanario 1322 el 14 de junio del año pasado, cuando el gobierno kichnerista presentó su “informe” sobre Papel Prensa.
Expropiar con control de los trabajadores
En Diputados, algunos sectores opositores se opusieron, y otros se abstuvieron a la hora de votar. Tanto Pino Solanas desde Proyecto Sur, como Margarita Stolbizer desde el FAP, argumentaron que el proyecto da “excesivo poder”, al Ministerio de Economía y deja un papel decorativo a trabajadores, organizaciones sociales y de consumidores.
Este gobierno ya ha demostrado que pretende avanzar sobre ciertos sectores privados –obviamente no en donde tiene dineros invertidos el grupo Kirchner- para usar esos dineros en función de sus objetivos políticos. No es creíble la presidenta cuando dice que no quiere tener un diario. El crecimiento de la pauta oficial de 43 millones a más de 1.200 millones de pesos, el avance de sectores vinculados al oficialismo en radios, TV, diarios y revistas, desmiente sus afirmaciones. Utiliza para esto a prestanombres como Spolzky (ex directivo PC del Banco Patricios) llamado “el chanchito” en el libro Spartacus, sobre un conocido prostíbulo de hombres. Atrás de Spolzky está Electroingeniería, empresa de amigos kirchneristas de CK.
Nosotros hemos repudiado hace décadas los chanchullos con el uso monopólico del papel por parte del Grupo Clarín. Por eso su diario “decidió que el PCR no existía, prohibiendo hasta la mención de su nombre durante décadas. O que el miembro del directorio de La Nación, Escribano, en sus editoriales dijera que “corría el vodka” en la redacción de nuestro periódico Nueva Hora, por nuestras denuncias a la dictadura, al imperialismo ruso y al escándalo Graiver-Papel Prensa”, decía Molinas en el artículo citado.
Por esto propusimos y proponemos la expropiación sin indemnización de la empresa Papel Prensa, con una modalidad que la mantenga fuera de las garras del kirchnerismo y los monopolios reaccionarios, y bajo el control de las organizaciones sindicales, sociales y políticas populares. De modo que constituya un verdadero apoyo a la prensa independiente y popular en primera instancia, y a una política editorial cultural y educativa más vasta.
Sería además un justo reconocimiento a la lucha antiimperialista y antimonopolista del pueblo argentino en general, y en particular para los que denunciaron y lucharon por impedir esta historia de estafa y de muerte.