Los objetivos políticos del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte en el Atlántico Sur, están claros: a la usurpación colonial de Malvinas, San Pedro (Georgias del Sur), Sándwich del Sur y mares adyacentes, debe sumarse ahora la pretensión de usurpar el Sector Antártico Argentino en su totalidad. Además, el talud de la plataforma continental de Malvinas y sus dependencias y la Antártida Argentina. Más de 3.000.000 de km2 de territorio argentino.
Se trata de una vasta zona rica en petróleo, nódulos polimetálicos, pesca, agua dulce y de gran valor estratégico para los dispositivos de guerra mundial que aceitan las distintas potencias imperialistas. Permite el control de la confluencia del Atlántico Sur y el Pacífico Sur y el despliegue del dispositivo misilístico traspolar para completar el cerco militar sobre China y Rusia. Además, la base de la OTAN en Malvinas se complementa con otras, e integra el dispositivo militar también de agresión a América Latina.
El conflicto en el Atlántico Sur adquiere otra dimensión a la luz de acontecimientos como la cruenta guerra de Rusia contra Georgia por el control de Osetia del Sur, y de las declaraciones en el Pravda, de que será Latinoamérica el escenario elegido sobre el que avanzará el gobierno de Medvédev para “mantener preocupados a los estadounidenses”.
Siempre nos aferramos al mandato de los padres fundadores de una nación libre de todo dominio extranjero. Como dijo el Gral. Belgrano: ni amo viejo ni amo nuevo, ningún amo. Queremos dejar de ser perros y no cambiar de collar.
Se aceleran los tiempos
La pretensión británica de usurpación de más de 3 millones de kilómetros cuadrados de nuestro territorio, está respaldada por la Unión Europea y se articula con el despliegue de la 4ª Flota de los EEUU, potencia de quien Gran Bretaña es socio estratégico.
Con relación a Malvinas, la política del gobierno de los Drs. Kirchner es de continuidad con la impuesta por el menemismo y de defensa de los instrumentos de la rendición: los Acuerdos de Madrid de octubre de 1989 y febrero de 1990 y el Tratado de Londres, que es ley de garantía a las inversiones británicas.
Enfrentamos ahora los tiempos finales en relación a los trabajos para la presentación del relevamiento de las 350 millas. Más precisamente, como dijimos en la Solicitada del 21 de enero de 2008: para el “Efectivo relevamiento del talud de nuestra plataforma continental, para lograr de esta forma, la soberanía de sus recursos subyacentes y la proyección marítima hasta las 350 millas náuticas. Presentar en debida forma y tiempo los resultados de dicha demarcación ante la Comisión de Límites de las Naciones Unidas (3ª Convención Internacional del Mar).”
Como se desprende del texto de un documento de la Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental (Copla), Argentina y Gran Bretaña marchan a presentar el relevamiento de Malvinas bajo el paraguas del Acuerdo de Madrid. Dicho documento afirma que “se han efectuado sesiones de trabajo con representantes del Reino Unido para intercambiar puntos de vista en relación con la coordinación entre los dos gobiernos de las actividades preparatorias de sus respectivas representaciones ante la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (el subrayado es nuestro). De acuerdo con el canje de notas del 8 y 20 de junio de 2001, la fórmula de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes contenida en el párrafo 2 de la Declaración Conjunta emitida en Madrid el 19 de octubre de 1989 se aplica a las actividades mencionadas precedentemente, a todas las reuniones de funcionarios de los dos gobiernos con referencia a tales actividades, como así también a todos los actos necesarios para que dichas actividades se realicen y a todo otro acto relacionado con ellas y a sus consecuencias”.
Por lo tanto la Argentina está obligada a aceptar que el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del norte presente su relevamiento, y que sea considerado país ribereño, es decir, un país “vecino“ de la Argentina, un país con el que la Argentina tendría entonces un conflicto de límites, como podríamos tener y tenemos con Chile o con Uruguay, y no un conflicto por la ocupación militar de un potencia extranjera de nuestros territorios, como efectivamente ocurre.
Por eso la Dra. Frida Pfirter de Armas, coordinadora general de la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (Copla) desde su formación en 1997, dijo en una conferencia en la universidad Fatsa de Mar del Plata, mayo 2008: “La Argentina tiene situaciones de límites que podrían plantear una controversia con Uruguay, Chile y Gran Bretaña. (El subrayado es nuestro). Pfirter señaló que “el problema realmente más grave es en el área de Malvinas, Georgias e Islas Sándwich del Sur donde seguramente tendremos una controversia (el subrayado es nuestro), con pocas posibilidades de solución”. Es decir que la Dra. Pfirter aborda la cuestión de la plataforma continental argentina y el conflicto con Gran Bretaña a la luz de los Acuerdos de Madrid de octubre de 1989 y de febrero de 1990.
Ahora bien, el 8 de julio del corriente, el embajador representante permanente ante la ONU, Dr. Arguello hizo una presentación en la que dice: La República Argentina rechaza (…) la pretensión de (…) considerar a las Islas Malvinas como una posesión del Reino Unido, y a este último país como Estado ribereño en el Atlántico Sur. Las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes son parte integrante del territorio nacional argentino y, estando ilegítimamente ocupadas por el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, son objeto de una disputa de soberanía entre ambos países la cual es reconocida por diversos organismos internacionales.”
Si se aceptan los términos del Dr. Arguello, de que hay una “disputa de soberanía” y no una invasión colonial, ¿Por que las Naciones Unidas no aceptaría la pretensión británica de ser reconocido como país ribereño en el Atlántico Sur? Así los funcionarios de este gobierno ratifican la posición sustentada en los Acuerdos de Madrid de 1989 y 1990. Se marcha de este modo inevitablemente a una situación de países de costas enfrentadas, de países limítrofes que deben resolver su “diferendo” por el camino de una solución que “contemple los intereses de las dos partes”.
Gran Bretaña es una potencia ocupante
Gran Bretaña no tuvo ni tiene derechos de soberanía porque es una potencia colonial que ocupa militarmente nuestros territorios. Ocupó por primera vez las Malvinas en 1833, ocupación que terminó el 2 de abril de 1982 y volvió a ocuparlas el 14 de junio de 1982. Es un error político grave borrar la reconquista argentina del 2 de abril de 1982 y el derecho que asiste a las naciones oprimidas a recuperar lo que les fue arrebatado por el colonialismo y el imperialismo. Así como borrar la nueva ocupación militar colonialista del 14 de junio de 1982.
La subsistencia de los Acuerdos de Madrid y el Tratado de Londres esteriliza la presentación del Dr. Arguello, el Reino Unido apelará a ellos para respaldar su presentación ante la Comisión de Límites de las Naciones Unidas y esta situación abre el camino a la pérdida definitiva de más de 3 millones de kilómetros cuadrados de territorio argentino.