En 1826 se aprobó la ley de enfiteusis. El interés de Rivadavia era fundamentalmente financiero. Se ponía a la tierra pública como garantía de empréstitos que ayudarían a establecer el Banco Nacional y otras medidas de gobierno. A partir de ella el Estado fue perdiendo definitivamente las tierras públicas y éstas cayeron en manos particulares. La Legislatura de la provincia de Buenos Aires autorizó al gobierno a vender 1.500 leguas cuadradas de tierras dadas en enfiteusis y tierras baldías en manos del Estado. Se permitió pagar incluso en especies. Así por ejemplo Don Francisco de Rosas pagó parte de sus tierras en Azul (10 leguas vendidas en 48 mil pesos) con 578 novillos a 45 pesos cada uno y 9 vacas a 40 pesos cada una.
02 de October de 2010