En su visita a China, la presidenta Cristina Fernández llevó –entre las tantas ofertas que hizo al gobierno de ese país– la posibilidad de inversiones en minería, ofreciendo explotación de yacimientos de litio y potasio que tiene nuestro país.
En su visita a China, la presidenta Cristina Fernández llevó –entre las tantas ofertas que hizo al gobierno de ese país– la posibilidad de inversiones en minería, ofreciendo explotación de yacimientos de litio y potasio que tiene nuestro país.
Como se conoce en el ámbito de la minería internacional, los yacimientos de litio que existen en la provincia de Jujuy son de muy buena calidad, superior incluso a los extensos salares de Uyuni en Bolivia.
Lo que no mencionó en ningún momento, en relación al litio, es qué características tiene el ofrecimiento que “puso sobre la mesa”, porque hasta el momento el paradigma de las empresas extranjeras imperialistas que explotan los salares en Jujuy, Salta y Catamarca llega hasta el nivel de obtención de carbonato de litio o fosfato de litio para su exportación.
En el caso de Catamarca, según información que proporcionan en Bolivia los responsables de la política para el litio, las empresas aprovisionan el carbonato de litio a la Universidad de Buenos Aires, posibilitando la elaboración de cátodos para la fabricación de baterías que venden a la NASA de Estados Unidos de Norteamérica. Aunque desconocemos el tipo de baterías ya que se es una cuestión “secreta” de la UBA.
De esto no se habla en Jujuy, y menos se comparte la política del gobierno de Evo Morales de llegar en el mediano plazo (un año y medio) a la producción de carbonato de litio grado batería, para la fabricación de cátodos para las baterías, con absoluta autonomía y soberanía.
El abismo que existe entre lo que se ejecuta en la Argentina y Chile y lo que se proyecta en Bolivia es enorme. Bolivia recurrió hace tres años a la cooperación técnica internacional, de Japón y China particularmente, para capacitar a sus técnicos, quienes después de un año de investigaciones lograron el grado de pureza del 99,4%, lo que les permite mineralizar el carbonato.
Pero lo más importante de toda la política de Bolivia es la legislación vigente para todo tipo de explotación de recursos naturales. Mencionamos lo siguiente del texto de la Ley minera N° 535.
“Artículo 26 (Minerales y áreas reservadas para el Estado):
I. El Estado Plurinacional de Bolivia, mediante ley podrá reservar minerales estratégicos para explotación exclusiva por parte de empresas estatales, respetando derechos pre-constituidos o adquiridos.
II. Se declaran como áreas reservadas para el Estado, los siguientes salares y lagunas saladas: Uyuni, Coipasa, Chiguana, Empexa, Challviri, Pastos Grandes, Laguani, Capina. Laguna Cañapa, Kachi, Colorada, Collpa, Lurique, Loromayu, Coruto, Bush o Kalina, Mama Khumu, Castor Coranto, Celeste, Hedionda, Kara, Chuluncani, Hedionda Sud, Salares en Saucarí, Sajama y Sajama Sabaya, salvándose derechos pre-constituidos y derechos adquiridos.
III. Se declara al Litio y al Potasio, como elementos estratégicos cuyo desarrollo se realizará por empresas públicas mineras de acuerdo con el artículo 73 de la presente ley.
“Artículo 73 (Recursos evaporíticos):
IV. La Comibol desarrollará los procesos de química básica de sus recursos evaporíticos con una participación 100% estatal para la producción y comercialización de Cloruro de Litio, Sulfato de Litio, Hidróxido de Litio y Carbonato de Litio; Cloruro de Potasio, Nitrato de Potasio, Sulfato de Potasio, sales derivadas, e intermedias y otros productos de la cadena evaporítica. Procesos posteriores de semi-industrialización e industrialización se podrán realizar mediante contratos de asociación con empresas privadas nacionales o extranjeras, manteniendo la participación mayoritaria del Estado”.
Esta es la diferencia entre una política minera de contenido nacional y soberana y la entreguista del litio como la que se practica en Argentina, en donde aún persisten las leyes mineras del menemismo.
Aun habiéndolo declarado de carácter estratégico a través de una ley provincial, no hubo ni hay una sola medida que se corresponda con la misma. En ese mismo, sentido el gobierno de Fellner creó una empresa estatal Jemse (Jujuy Energía y Minería Sociedad del Estado) donde el Estado provincial sólo tiene el 9% de los derechos sobre la explotación de los salares. Al mismo tiempo el gobernador Eduardo Fellner preside la Ofemi (Organización Federal de Estados Mineros) que en realidad es dirigida por Jorge Mayoral que es, al mismo tiempo, socio proveedor de la Barrik Gold. Con esto se verifica que está lejos del objetivo kirchnerista impulsar una verdadera política de industrialización y sustitución de importaciones para el caso de los insumos de litio, ya que el gobierno practica la connivencia entre empresas imperialistas y funcionarios de turno.
Esta es una muestra más de la contradicción entre el relato kirchnerista y la realidad, que en el caso de la minería mantiene leyes entreguistas y antinacionales que con el pretexto de la seguridad jurídica entregan a las empresas imperialistas multinacionales la explotación de recursos minerales estratégicos como es el caso del litio. En este marco, en relación a los recursos mineros, se inscribe la “alianza estratégica integral” con los imperialistas de China.