Nosotras en el Partido valorábamos que iba a ser una jornada con las características que tuvo, inmensa, bien explosiva. Por un lado, viene mucha bronca de abajo, por un montón de razones. La principal es la situación económica, la plata no alcanza, bajos salarios, aumento de la inflación y la carestía. Comenzaban las clases y en muchas casas no alcanzaron a comprar una mochila o zapatillas. A esto se le sumó la bronca por los femicidios (uno cada 26 horas) y en estos días nos conmovimos frente a esa brutal violación grupal en Palermo, en CABA. Se juntaron varios elementos.
En el trasfondo está el acuerdo con el FMI que se está discutiendo, lo planteamos en varias reuniones que realizamos con nuestras compañeras. Mucha discusión por abajo con el tema del pago de la deuda, no fue ni es sencilla esa discusión. Discutimos cómo integrar el debate sobre este acuerdo, con la realidad de las mujeres. Planteamos que teníamos que ir a compartir un mate con las compañeras, a conversar. Hagamos reuniones, participemos de las asambleas y en todos los ámbitos en los que podamos participar, para pelear una consigna unificada para todo el país.
Esto fue previo a las reuniones con las aliadas del Frente de Todos, y las que hubo con las compañeras de Ni una menos. Tuvimos dos semanas de ida y vuelta con nuestras compañeras en los lugares, y planteamos que teníamos que salir con una consigna que le pegue a este acuerdo con el Fondo, y de ahí salió, entre todas, la consigna “La deuda es con nosotras, no con el FMI, que la paguen los que la fugaron”.
Metimos esta consigna política que nos unifica, en todos lados. En particular unifica a las mujeres del movimiento obrero, que están muy embroncadas con la situación, lo que empalma con las consecuencias que denunciamos de este acuerdo, que va a traer más sufrimiento, más ajuste, menos plata en el bolsillo.
En una reunión nacional de mujeres del Partido acordamos esta consigna y la salimos a pelear en todos lados. Se fue creando un clima de mucho entusiasmo con el 8 de Marzo. En los lugares las compañeras preguntaban “¿qué se va a hacer el 8?” antes que se estableciera cómo iba a ser la jornada.
Se hicieron múltiples reuniones en las provincias y los lugares con distintas fuerzas y corrientes, con las características propias de cada lugar, se reactivaron algunas multisectoriales de mujeres y surgieron otras nuevas.
Nosotras reivindicamos en todos lados que el 8 de Marzo es un día de lucha, y planteamos en primer lugar todas las reivindicaciones de las mujeres trabajadoras. Empezando por igual salario por igual trabajo, el tema de la inflación, la pelea por un salario igual a una canasta familiar, entre otros puntos, y esto atado a la oposición a la firma de este acuerdo con el FMI.
A esto se suma la pelea por la emergencia nacional en violencia, que es una exigencia de hoy, con presupuesto acorde, real y efectivo, por las muertes por femicidios y la violencia que nos atraviesa. Junto a esto volvimos a plantear con fuerza la exigencia del reconocimiento económico a las promotoras en prevención de violencia, que se han multiplicado en todo el país. Y no nos olvidamos del reclamo de tierra, techo y trabajo para todas.
Fuimos al encuentro de las distintas corrientes con amplitud, escuchando a todas. Levantando las reivindicaciones de todas, incluyendo las de las diversidades. Con relación a la movilización a Congreso, y en todos lados, hubo grupos de compañeras que jugaron un rol destacado y fueron protagonistas de las discusiones, reuniones, asambleas que se realizaron para acordar una movilización unitaria en cada lugar.
Pero lo que sobre todo hay que destacar es el protagonismo de las miles y miles de mujeres que coparon las calles el 8 de Marzo en todo el país. Fue una movilización impresionante, de mujeres que estaban organizadas, y muchas que no, fueron sueltas, de sus barrios, lugares de trabajo o de estudio. Una cantidad de pibas inmensa, que se hizo notar. Las mujeres querían marchar.
Y prácticamente no hubo lugar de la Argentina donde las mujeres no realizaran alguna actividad. Es algo que emociona, y muestra un movimiento que no para de crecer.
El movimiento de mujeres de nuestro país, con su protagonismo, tiene una agenda definida, una demanda impresionante de reivindicaciones, que va a seguir luchando por sus derechos, y va a seguir peleando por una sociedad más justa e igualitaria. Creo que esto está en el trasfondo de estas inmensas movilizaciones.
Las mujeres somos una gran avanzada de la lucha popular en la Argentina. Y este 8 de Marzo fue muy masivo, en toda América Latina, y en otros países del mundo.
Un tema de discusión con nuestras aliadas que estuvo muy presente este 8 de marzo, es la posición ante la guerra. Nosotras en todos lados planteamos nuestra denuncia de la invasión imperialista a Ucrania, así como el rechazo a la intervención de los yanquis y la OTAN. Por los debates que hay, en el documento que se leyó en el Congreso, por ejemplo, esto quedó medio lavado. Seguiremos dando la discusión sobre esta guerra, en cada lugar donde estamos. Porque partimos de la defensa de la autodeterminación de los pueblos. Hay un sentimiento profundo en las masas, que se vio en muchas compañeras de los barrios marchando con carteles hechos a mano, que decían “No a la guerra imperialista”.
Ahora, pasado el 8 de Marzo, haremos un balance de esta jornada, y veremos las actividades para adelante. Parte de esta ola que crece ya está planteando el tema del Encuentro Nacional de Mujeres, teniendo en cuenta que han bajado los contagios por la pandemia. Y por último, felicitar a las miles y miles de compañeras que han sido protagonistas de esta extraordinaria jornada en todo el país.
Hoy N°1905 16/03/2022
