Al gobierno de Macri en la Ciudad viene llevando adelante la misma política de achicamiento presupuestario impuesta por los Kirchner en general y la profundiza. El superávit lo destina a pagar más deuda externa, subsidiar empresas amigas y hacer grandes negociados con la obra pública (en los colegios por ejemplo, arregla fachadas que cuestan millones sin arreglar las cañerías de gas, con lo que las romperá y arreglará nuevamente por “otros millones”). Acá empezó con los retiros de los subsidios a las cooperadoras, empeorando las condiciones edilicias ya malas, debido a las obras sin realizar. Hay 300 escuelas que necesitan arreglos en instalaciones de gas (Clarín 2 de agosto). Y ahora se le suma la decisión de recortar un 50% las becas con la excusa de aumentar el monto de las mismas. En el 2007 se solicitaron 65.000 becas y se otorgaron 62.000. En el 2008 (con una inflación interanual de 26%) mantiene el presupuesto destinado a becas y de 50.000 solicitadas, asignaron 30.000 (de las cuales todavía no han sido otorgadas ni la mitad) con lo cual recorta más de un 50% la cantidad asignada y esto agravado, dado que por la altura del año miles de pibes ya quedaron afuera por no haber recibido en tiempo y forma esa ayuda.
Al mismo tiempo Macri profundiza la privatización de la educación. Terceriza las becas a través de la Fundación Cimientos, ONG en la que “aportan” Monsanto, Massalin, J.P. Morgan, Cargill, American Express, Banco Galicia, entre otros y tiene en su consejo académico a Mariano Narodowsky y Juan Carlos Tedesco, ministros de Educación de ciudad y nacional respectivamente.
Debido a esta situación, la semana previa a las vacaciones de invierno empezó a estallar la lucha de los secundarios con la toma del Mariano Acosta, culminando el viernes anterior a las vacaciones con una marcha masiva de estudiantes, padres y docentes convocada por los estudiantes del Cerámicas, Acosta y Moreno, donde el gobierno de Macri se había comprometido a dar una reunión para tratar el tema.
Sin respuestas todavía, los estudiantes dijeron basta y empezaron nuevamente las tomas.
Esta lucha viene germinando en los cortes de principio de año por el gas y se da en un contexto donde se están calentando los motores de la lucha docente por salarios dada la inflación tremenda que no cede ante los números del Indek. También al cierre de esta edición se está realizando un plenario de delegados de UTE para aprobar un plan de lucha y coordinación con otros gremios para convocar a un paro por aumento salarial. La confluencia de estas luchas es necesaria para torcerle el brazo al macrismo y arrancarle más presupuesto (nacional y de la ciudad) para becas, salarios, arreglos, viandas, materiales, etc.
Cambiar la CES desde abajo para la lucha
La CES (Coordinadora de Estudiantes Secundarios), históricamente pretendió ser una instancia de coordinación de los colegios secundarios, y como tal, la reivindicamos y defendemos de los intentos de paralelización. Pero hace ya un tiempo viene ocurriendo que en vez de ser un lugar donde se coordina las medidas que se discuten y aprueban en los colegios viene siendo todo lo contrario. Ahí, en la reunión de la CES, se discute y se toman las decisiones, medidas, fechas y horas que luego los colegios deben cumplir. Si no pasa como se oyó decir a un sector de la CES “el Cerámicas se cortó solo” o durante la toma del Acosta cuando el Cerámicas propuso hacer la marcha el último viernes antes de las vacaciones dijeron “la CES no está de acuerdo porque no lo votó”.
Es por esto que muchos colegios no se sienten representados por la CES. Y es por esto también, que aparecen con fuerza posiciones, equivocadas, de hacer “otra” CES.
Desde el MUS pensamos que se tiene que cambiar el método de funcionamiento actual, desplegando la mayor democracia en los colegios y escuchando lo que realmente los colegios quieren. Tiene que haber un ida y vuelta entre la CES y los colegios. Que sea en los colegios donde se discuta y se tomen las decisiones y la coordinadora funcione como tal, una coordinación. Sólo así vamos a tener la fuerza necesaria para enfrentar las políticas del macrismo y el kirchnerismo que no sueltan un mango para la educación.