“El mundial bajo la dictadura fascista”, fue el título de una nota aparecida en Nueva Hora (antecesor de nuestro semanario), días antes de comenzar el Mundial ‘78 (número 277, 26 de mayo de 1978, pág. 6).
Nuestro PCR denunció antes, durante y después del Mundial, la utilización política del mismo, y en particular la terrible represión fascista, contabilizando, ya en ese momento, en 20 mil los secuestrados por la dictadura de Videla. También analizamos los negociados de la dictadura en la organización del Mundial, en los que se gastaron cerca de 700 millones de dólares. Entre los beneficiados, además de CocaCola, o Ford, estaban muchos grupos monopolistas vinculados a lo que era por esos años el socialimperialismo ruso, en algunos casos por las vinculaciones de tradicionales familias terratenientes, como los Lanusse, con intereses en La Serenísima, o a través de testaferros. De estos últimos, el caso quizá más relevante es el de Radio Rivadavia, donde el relator José María Muñoz encabezó la campaña mediática desgañitándose por defender a la dictadura.
Menos conocido, pero interesante por sus lazos con el presente, fue el caso del monopolio de la distribución de comestibles en los estadios y centros de prensa “acordado a Bonafide, empresa de dichos testaferros, en la que se integran los grupos Dujovne y Korn-Werthein, con participación además de las familias Pels y Hirsch Pels, socias y familiares de los Hirsch de Bunge y Born” (Nueva Hora 287, 7 de junio de 1978). El actual ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, tiene lazos de sangre con este grupo, tanto del lado paterno, como del materno, ya que es hijo de los arquitectos Silvia Hirsch y Berardo Dujovne.
En medio del terror fascista, nuestro Partido denunció activamente la utilización política del Mundial por Videla y sus secuaces. En su edición del 7 de julio del 78, Nueva Hora daba cuenta de “una serie de actividades propagandísticas y de agitación, para denunciar la realidad de hambre y represión que la dictadura videlista pretendió ocultar con su falaz propaganda”. En la nota se mencionan “las habituales manifestaciones en Plaza de Mayo” de “familiares de secuestrados y detenidos”, conferencias de prensa de la Comisión de Solidaridad con Isabel Perón, y “en el caso particular de nuestro Partido se llegó a numerosos periodistas extranjeros con una declaración en varios idiomas, que describía la real situación del pueblo”. El artículo reseña varias volanteadas y pegatinas en lugares de mucha concentración de público (estaciones de tren y en empresas) “individualmente y en forma centralizada por parejas durante varias jornadas”.
Así enfrentaban en la calle nuestras compañeras y compañeros a la dictadura, que además utilizó en particular el Mundial para exacerbar el chovinismo, en provecho de sus proyectos de guerra con el hermano pueblo de Chile. Tenemos mártires de esta etapa de la lucha, como los camaradas Daniel Bendersky y Miguel Ángel Spinella, estudiantes de Ciencias Exactas de la UBA, secuestrados entre el 14 y el 16 de septiembre de 1978.
A 40 años de los hechos, podemos mostrar con orgullo nuestra posición política en esos momentos, a diferencia de otros, como el Partido “Comunista” (del que era afiliado el director técnico de la selección, César Luis Menotti), que apoyaba públicamente a Videla. Por eso, mientras Menotti en un reciente reportaje dice: “Cumplí con mi palabra, hice lo que tenía que hacer” (papelitos.com.ar), el PCR puede decir orgulloso que hizo lo que tenía que hacer: combatir a esa nefasta dictadura, afirmando, el 27 de mayo de 1978, días antes del comienzo del Mundial de Fútbol: “El pueblo argentino, demostrando un profundo sentimiento nacional, apoyó y acompañó al equipo; ‘Argentina’, ‘Argentina’ fue en los estadios de todo el país. Ello no significa que el pueblo ignore la dictadura que padecemos, ni arree las banderas de lucha cotidiana, así como tampoco olvida el trasfondo de este Mundial”.
Hoy N° 1722 20/06/2018