La semana pasada se conoció la restitución de la identidad de Javier Matías Darroux Mijalchuk, nieto recuperado, tras su apropiación por parte de la dictadura videlista. Es el nieto 130, que muestra la vigencia de la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo y de todo un pueblo, por avanzar en la verdad, la memoria y la justicia en uno de los aspectos más infames del terrorismo de Estado que secuestró, asesinó, torturó y encarceló a decenas de miles de personas.
Hablamos de la apropiación de cerca de 500 niñas y niños, que los torturadores y asesinos de sus madres entregaron a otras familias. La historia de Javier le pone nombre y apellido a esta infamia, y como cada vez que aparece un nieto, permite conocer detalles de las características siniestras que tuvo la política de la dictadura genocida entre 1976 y 1983.
Al mismo tiempo muestra la incansable búsqueda por parte de los familiares, y de las organizaciones de derechos humanos. Porque Javier Matías Darroux Mijalchuk fue apropiado a los cuatro meses, cuando su madre, Elena Mijalchuk, concurrió a un lugar donde le dijeron de forma anónima que obtendría datos de su compañero Juan Manuel Darroux, a los pocos días de su secuestro, en diciembre de 1977.
Elena fue secuestrada, y el bebé aparentemente dejado en la calle, en el barrio de Belgrano de la Capital Federal. Fue entregado a la policía y entró al sistema de adopción. Hacia 2006, Javier inició la búsqueda de su identidad.
En la conferencia de prensa afirmó “a fines de 2006 entendí que si buscar mi identidad no era tan importante para mí no podía ser tan egoísta porque del otro lado podía haber personas buscándome”, dijo Matías. También hizo un llamado público a quienes creen que pueden ser hijos de desaparecidos: “Los invito a juntar coraje y acercarse a Abuelas. El derecho a la identidad no se negocia, no se abandona y no se olvida”.
Este caso en particular demuestra las falsedades de los funcionarios del gobierno macrista como Lopérfido y otros, que pretenden negar la cifra de 30.000 detenidos desaparecidos, ya que los padres de Javier Matías Darroux Mijalchuk no figuran ni en el listado de Conadep, ni en ninguno de los registros que se tiene de los distintos centros clandestinos de detención, comos tantos otros a los que seguiremos buscando, y por los que seguiremos peleando que haya juicio y castigo para todos y cada uno de los genocidas.
Hoy N° 1771 19/06/2019
