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03 de October de 2018

Mayor desocupación, hambre y entrega del país

El nuevo pacto con el FMI

Tras la crisis política que produjo el desplazamiento de Luis Caputo de la presidencia del Banco Central, reflejo de la disputa entre los distintos sectores del capital financiero imperialista, el Fondo Monetario Internacional (FMI) amplió en U$S7.100 millones el préstamo pactado con Argentina en junio por U$S50.000 millones y resolvió adelantar fondos para despejar los temores sobre una eventual cesación de pagos del país (“El FMI intervino al Banco Central”, hoy n° 1736).

“En el núcleo del nuevo plan se encuentra una política fiscal destinada a fortalecer su posición fiscal y contar con un presupuesto sostenible y adecuadamente financiado, una política monetaria sólida centrada en la reducción de la inflación y una política de tipo de cambio flotante sin intervención”, dijo la titular del FMI, Christine Lagarde, al leer el comunicado sobre el nuevo pacto de sometimiento de Argentina.

Para cumplir el compromiso de libre flotación, el Banco Central adoptó un nuevo régimen de tipo de cambio que consiste en dos topes, uno de no intervención y otro de intervención. Para la no intervención se fijó en una amplia banda de 10 pesos por dólar, comenzando entre los 34 y 44 pesos, que se ajustará diariamente con una tasa del 3% mensual hasta fin de año, lo que da una proyección de $48,08 por dólar a diciembre para la banda superior. Si la depreciación del peso supera al tope mayor la autoridad monetaria podrá intervenir ofertando hasta no más de 150 millones de dólares diarios.

Así, con un dólar muy alto como techo, se lograría el objetivo de limitar al máximo la participación del Central en el mercado cambiario, para cumplir el requisito del FMI: que las reservas y los fondos del préstamo (del acuerdo total por U$S57.100 millones) no se utilicen para otro fin que no sea tener fondos suficientes para garantizar el pago de los vencimientos de deuda acrecentados con sus usurarios intereses. En tanto se mantiene la desregulación de los plazos de liquidación a los monopolios exportadores, que continuarán presionando para una mayor devaluación del peso.

 

La restricción monetaria

La otra medida del Banco Central comprometida con el FMI es un cambio en la política monetaria: no emitirá pesos y reducirá a cero el crecimiento de la base monetaria –el dinero circulante más los depósitos a la vista– hasta junio de 2019, con una devaluación programada del 3% mensual y la consiguiente inflación. Para reducir la base monetaria el Banco Central operará diariamente con los bancos, con tasas de interés del 60% como mínimo hasta diciembre de este año, y aumentos de los encajes de los bancos en el Banco Central. Así el viernes pasado, junto a un nuevo aumento en 3 puntos porcentuales de los encajes de los bancos –a un 44% del total de depósitos a plazo– el Banco Central decidió elevar la tasa de interés de las Letras Leliq a 7 días, al 65% anual. Es decir, a un costo muy superior a las anteriores Lebacs.

La medida restringirá aún más el crédito para las familias y empresas, porque desde el lunes las entidades sólo podrán prestar hasta $56 de cada $100 que tienen en su cartera de depósitos, e implicará una nueva suba de las tasas de interés del mercado, para reducir la base monetaria induciendo a que aumenten las colocaciones a plazo. Y para que la decisión resulte más atractiva se autorizó a los bancos a pagar los intereses generados por esas colocaciones cada 30 días, en vez de hacerlo al final del plazo de colocación. Política que rememora a “la plata dulce” simultánea a la “tablita cambiaria” de la época de Martínez de Hoz bajo la dictadura de Videla, que destruyeron las inversiones productivas y terminaron en la crisis de 1980/81.

En definitiva, el nuevo pacto de sometimiento con el FMI, con el mayor ajuste fiscal y mayores tasas de interés, sólo busca retener los dólares para garantizar el pago de los intereses usurarios de los prestamistas con más hambre al pueblo y entrega del país a los imperialistas, más inflación y tasas de interés y un dólar recontraaltos, ahondando la crisis económica, social y política. Este es el rumbo que reafirma el presidente Macri, por el que logra beneplácito de todos los poderes imperiales en dura disputa por el control de la Argentina, expresado en los elogios de personajes tan disímiles como Trump, Merkel, Macron, Putín o Xi Jiping, en una lucha que abarca y lleva a una nueva crisis a todo el mundo, acelerando los factores de guerra. No hay otra salida para los trabajadores, el pueblo y todos los verdaderos patriotas y demócratas que seguir en las calles, profundizando la unidad política en la lucha por torcerle el brazo a la política de Macri y el FMI, acumulando fuerzas para imponer en las calles y en las urnas, una nueva política a favor de los trabajadores, la producción y el comercio nacionales con un nuevo gobierno que la aplique, un gobierno de unidad popular, nacional y democrático. De ahí que lo fundamental hoy es seguir desarrollando y fortaleciendo el PCR y el PTP y su Juventud, en la unidad y la ampliación del frente político En Marcha.

Escribe Eugenio Gastiazoro

Hoy N° 1737 03/10/2018