El 2, 3 y 4 de julio, el Partido Comunista Revolucionario realizó su Décimo Congreso Nacional, en la ciudad de Rosario. Desde todo el país fueron llegando las delegaciones. Se mezclaba el orgullo de haber sido protagonistas del Argentinazo y de cada uno de los grandes combates obreros y populares, con la alegría del reencuentro de mujeres, hombres, mayores y jóvenes, que están a la cabeza de la lucha en todo la geografía de la patria.
Había obreras y obreros de la alimentación, metalúrgicos, estatales, del transporte, rurales, y de numerosas fábricas; trabajadores municipales, docentes, provinciales y de la Nación, de la salud, de la cultura; mujeres, jóvenes y hombres desocupados, jubilados y pensionados. Había campesinos sin tierra, pobres y medios; tobas y mapuches de los pueblos originarios. Había jóvenes obreros, campesinos y estudiantes. También, el saludo de Paola Salamanca, hija de Reneé y el "Pocho" Garcilazo, combatiente de la guerra de Malvinas.
Estaban los veteranos luchadores comunistas, los que ya llevan una o dos décadas en el combate revolucionario, y la camada que se incorporó en la lucha por el Argentinazo o en estos años teñidos por esa gran pueblada.
Un silencio lleno de emoción rindió homenaje a los que están presentes como banderas del combate obrero y revolucionario (ver recuadro).
Otto Vargas, secretario general del Partido, abrió el Congreso. Cerró su discurso con un llamado a trabajar con fuerza por la unidad de los que luchan.
Cada delegado trajo en su mochila meses de discusión, en medio del combate, sobre las tesis para discusión del Comité Central. Fue un rico debate democrático en los organismos básicos del Partido y en las asambleas de zona, con numerosas propuestas, que hicieron que el Congreso funcionara, en sus comisiones de política internacional y nacional, programa y balance, y en el plenario, como un gran organismo colectivo.
Con la guía del marxismo leninismo maoísmo, el Congreso trabajó intensamente para recoger las enseñanzas de estos últimos años de la práctica del Partido en el seno de las masas, comprobando grandes aciertos y aprendiendo de los errores, enriqueciendo el programa, y trazando la línea política para unir a la clase obrera y el pueblo en la lucha por un gobierno de unidad patriótica y popular hegemonizado por la clase obrera, que abra el camino a una revolución de liberación nacional y social.
La crítica y la autocrítica estuvieron presentes en el balance de los cuadros, junto al criterio maoísta para la integración de cuadros veteranos, intermedios y nuevos que planteó Otto Vargas para la elección del nuevo Comité Central.
Todo estuvo marcado por el gran avance en el fortalecimiento del Partido y sus grandes aciertos. Y mucho más marcado aún, por el orgullo con que abrazan el comunismo los nuevos luchadores; y por la voluntad de todos, veteranos y nuevos, de que lo hecho no es más que una base sólida para afrontar los nuevos combates y los nuevos desafíos.
Los abrazos emocionados al cierre, mostraron la voluntad de unidad de los comunistas revolucionarios para fortalecer el Partido como el gran instrumento que requiere la clase obrera y el pueblo para su revolución.
Presidencia honoraria
El Décimo Congreso del Partido Comunista Revolucionario de la Argentina sesionó con la presidencia honoraria de los cinco maestros del proletariado internacional: Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao; los mártires del Partido en la lucha antigolpista y antidictatorial; José Daniel Rodríguez, de Paraná, mártir del Argentinazo; Cristian Ibáñez y Marcelo Cuellar; de Libertador, y Silverio Méndez -miembro de la Mesa Federal de la CCC- y los otros 13 mineros muertos en Río Turbio; los compañeros fallecidos desde el Noveno Congreso, en la lista que encabeza Norma Nassif. Y Eris Cabrera, secretario general del Movimiento Popular Revolucionario Paraguay Piahurá fallecido el 7/9/02.
CAMARADAS FALLECIDOS: Norma Nassif; Eva Deino, Chichita (La Plata), Gabriel Díaz; Julio Priluka; Víctor Dímola; Juan Carlos Orieta; Genso Arpiola; Claudio (Recursos); Carmen (hoy); Sara, de Buratovich; Oscar Monzón y Zulma, de Jujuy; María y Darío, del Chaco; Julio García y Graciela, de Córdoba; Luis Lecea y Miryam, de Mendoza; Marta Luchese y Dante, de Santa Fe; Abel Alderete y Ramona Cáceres, de Tucumán; Trinidad, de Chubut; Juan, Fernando y Edmundo, de Capital Federal; Fernando Bogado, Ana y Carlos, de Zona Norte del Gran Buenos Aires; Luis López, de La Matanza; Irene, Pedro, Juan y Marcelo, de Zona Sur del Gran Buenos Aires; María Angélica Hernández, de Mar del Plata; Desiderio, de Varela y Ana Lía, de Berazategui.
