Este domingo 30/10 se celebró en Brasil la segunda vuelta para elegir presidente en Brasil. Lula le ganó al actual presidente, Jair Bolsonaro, por dos millones de votos. Esto es, en porcentajes, una escasa diferencia: 50,9% a 49,1%. El triunfo de Lula crea mejores condiciones para el desarrollo de las luchas populares en América Latina.
La elección fue muy peleada, y Bolsonaro, exmilitar de 67 años, levantó la diferencia que le sacó Lula en primera vuelta, pero no le bastó para ganar. Bolsonaro creció un 5,6%, y Lula un 2,8%. De hecho, cuando se conocieron los primeros resultados parciales de las elecciones, Jair Bolsonaro superaba por un punto a Lula, ya que el conteo comenzó por los estados donde había ganado Bolsonaro. Recién pasado el 55% de los votos escrutados, los porcentajes mostraron ganador a Lula. Tendencia que se fue consolidando al crecer la cantidad de votos escrutados.
Si bien Lula fue sindicalista, y basó su campaña en un discurso más progresista, tuvo un giro más conservador para evitar que Bolsonaro crezca aún más. Por ejemplo, un nombre que suena fuerte para ministro de economía es el expresidente del banco central de Brasil Henrique Meirelles, quien creó la regla de “límite de gasto” que sigue siendo el principal ancla fiscal del país.
El giro más concreto hacia la derecha fue la candidatura de Geraldo Alckmin acompañando como vicepresidente a Lula. Alckmin fue gobernador de São Paulo y uno de los líderes históricos del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), de tendencia neoconservadora y liberal. En declaraciones con grupos empresarios, Lula dijo “de economía hablen, con Alckmin”. Brasil permite la acumulación de cargos, y Alckmin podría ser designado ministro de economía, o alguien cercano a él.
Lula también publicó una “Carta Pública al Pueblo Evangelista”, que dio a conocer en una reunión con pastores evangélicos y políticos vinculados a las religiones. El electorado evangelista le dio una gran cantidad de votos a Bolsonaro. En esa carta, Lula aseguró que respetará la libertad de culto en el país, y desmintió inventos bolsonaristas como que si llega al Gobierno cerrará tempos e instalará baños unisex. Pero la peor declaración en esa carta fue cuando Lula ratificó su posición contra el aborto “en forma personal”, aunque aclaró que la discusión para cambiar la legislación se dará en el Congreso y no por el presidente.
Bolsonaro levantó banderas ultraconservadoras, sexistas, contra el aborto, homofóbicas y abiertamente de derecha.
Es muy importante remarcar que, con el 52,77 por ciento de los votos en el ballotage, en el estado de Bahía resultó ganador el primer candidato autoproclamado indígena: Jerónimo Rodrigues. Se impuso a Antonio Carlos Magalhaes Neto, heredero de la dinastía conservadora bahiana.
América Latina mostró su alegría por el triunfo de Lula. Gabriel Boric, presidente de Chile, escribió en twiter “Lula. Alegría!”. El presidente Alberto Fernández afirmó que el triunfo de Lula Da Silva en Brasil “es merecido y le hace muy bien a la región” y aseveró que el vínculo bilateral “seguramente será mucho más profundo y más realista y sincero”. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, publicó “Viva Lula”. Y el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, escribió “Ganó Lula, bendito pueblo de Brasil. Habrá igualdad y humanismo”.
Los imperialismos también quieren marcar la cancha. Biden (presidente yanki), Macron (presidente de Francia), y representantes de la Comunidad Europea mandaron felicitaciones a Lula.
Bolsonaro se convierte en el primer presidente brasilero en perder una reelección. Al cierre de esta nota, se había recluido sin hacer declaraciones ni reconocer el triunfo de Lula. Aunque el presidente de la Cámara baja del Parlamento de Brasil, aliado de Bolsonaro, felicitó a Lula. Es importante remarcar que Lula tendrá un Congreso opositor.
El bolsonarismo hizo muy buena elección en la mayoría de los estados. Como ejemplo, en San Pablo (el estado más poderoso de Brasil) ganó por primera vez un candidato de Bolsonaro: Tarcísio de Freitas.
Hoy N° 1937 02/11/2022
